Jorge Rial regresó a su programa de radio y contó el episodio que vivió en Colombia: “Estuve 10 minutos muerto”



Jorge Rial regresó a su ciclo de Radio 10, tras sufrir un infarto en Colombia y narró cómo vivió todo ese episodio por el que estuvo varios días internado. Con la voz notablemente afectada, el conductor de “Argenzuela” relató cuáles fueron los primeros indicios de que algo no estaba bien: “Me atravesó una situación que todavía estoy tratando de reconstruir. Una situación muy extrema que nadie piensa que va a pasar, y que me tocó”, comenzó diciendo. “Y que me atravesó absolutamente, lo primero que me atravesó fue el cuerpo y después la cabeza. La cabeza me la rompió en mil pedazos. Porque nadie está preparado para morirse, y literalmente fue lo que me pasó”, aseveró. “En mi hoja clínica, que me la hicieron leer después, yo la leí cuando ya me estaba yendo, no me la dejaron leer antes, dice: `muerte súbita`, estuve mas o menos diez minutos. Estuvieron 10 minutos tratando de reanimarme, me dieron tres descargas eléctricas, y me cagaron literalmente a palos. De hecho me duele mucho la caja toráxica”, sumó. También te puede interesar: Semana de lucha contra la muerte súbita. ¿Qué papel juega la Ley 27.159 para la prevención de la Muerte súbita, recientemente reglamentada?undefinedAl tiempo que recordó al médico que participó de la reanimación y siguió: “Omar, el médico que se trepó arriba mío y que se negó a dejarme ir”, aseguró. Luego habló de su experiencia con la muerte y reveló: “Pasaron un par de cosas muy fuertes, imágenes muy fuertes. Una sola cosa le quiero decir a los que están escuchando: la muerte no es dolorosa, es un lugar cálido, amable. El dolor es si tenés una enfermedad en lo previo y el dolor es el que dejas”, comentó.  Mientras que subrayó: “Ese momento es un momento absolutamente glorioso, es cálido, calentito, lindo, amoroso, te atrae, te absorbe, te llama”, añadió. Luego recordó a su nieto, quién jugó un rol fundamental en su reanimación: “Estaba en esa semi inconsciencia y escucho la voz de mi nieto, y era la voz de mi nieto,  no de un nene, que me decía: dale tata, dale. Yo la escuchaba y me desesperaba”, remarcó emocionado.



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