La OCDE proyecta que la economía argentina caerá 1,6% este año



La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) actualizó sus proyecciones para la economía argentina, anticipando que su PBI se contraerá un 1,6% en 2023. Se tratará de la mayor caída de la economía en todo América Latina.El dato fue informado en el documento titulado Perspectivas económicas de la OCDE para países de América Latina, donde el organismo agregó que Costa Rica crecerá un 2,8% este año, seguido por México (+2,6%), Brasil (+1,7%), Perú (+1,7%) y Colombia (+1,5%). Además de la Argentina, el único país de la lista que registrará una leve baja será Chile, de un 0,1%.“En la Argentina el mercado laboral ha mejorado, pero se espera que la próxima recesión traiga consigo una caída del empleo. Las exportaciones están padeciendo las consecuencias de la grave sequía registrada en 2023, pero se recuperarán en 2024. La inflación superó el 100% y se mantendrá en niveles altos a corto plazo, a pesar de contar con una posición fiscal ligeramente menos expansiva. Los estrictos controles de capital y la incertidumbre política ante las elecciones de octubre de 2023 frenarán la inversión y el consumo en 2023″, señaló la OCDE.Por otro lado, el informe dijo que espera que el gasto público disminuya en lo que resta del año, a medida que se reduzcan los subsidios tarifarios a la energía y el cumplimiento de los objetivos fiscales acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que exigen una mayor contención del gasto. Asimismo, la reducción de las transferencias del Banco Central al Tesoro “deberían reducir las presiones inflacionarias” en el mediano plazo, estrechar la brecha entre el dólar blue y el oficial, y disminuir el “riesgo de una devaluación repentina”. Una advertencia: la estabilización de la situación macroeconómica y el descenso de la inflación será “fundamental para reducir la elevada pobreza y hacer frente a las crecientes presiones sociales”.“El crecimiento económico se contrajo en el último trimestre de 2022, principalmente por un descenso de la inversión y el consumo privado. Los indicadores a corto plazo apuntan a una nueva contracción durante la primera mitad de 2023, a medida que la producción agrícola se ve afectada por la grave sequía. El desempleo ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia, alcanzando el 6,3% en el cuarto trimestre de 2022, aunque la informalidad ha aumentado bruscamente, acercándose al 40% de la fuerza laboral. La confianza de los consumidores ha descendido”, señaló la OCDE.La lista de factores que no contribuyen al crecimiento continúa. Con los precios aumentando a un ritmo del 114,2% interanual en mayo, el valor más alto de los últimos 30 años, “falta un ancla formal de las expectativas inflacionarias”. Mientras que una brecha cambiaria cada vez mayor entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, que actualmente se ubica en torno al 100%, dificulta las perspectivas de la economía. Aunque el BCRA subió las tasas de interés para “mejorar los incentivos para mantener saldos en moneda nacional y ha aliviado ligeramente las presiones sobre el tipo de cambio”, la autoridad monetaria deberá seguir subiendo las tasas de interés ante estos niveles de inflación.“Dada su condición de importador neto de energía, Argentina ha estado expuesta a los elevados y volátiles precios de la energía, en particular del GNL. Para suavizar el impacto del encarecimiento de la energía, el Gobierno ha ampliado los controles de precios hasta 2023, que también cubren algunos artículos de alimentación y bebidas. El descenso de los ingresos por exportaciones y las bajas reservas de divisas ejercen cada vez más presión sobre las finanzas públicas, las cuentas exteriores y la economía en general”, dice el informe de la OCDE..En ese escenario, cumplir con el objetivo de déficit primario del 1,9% del PBI en 2023 firmado con el FMI “será todo un reto”. Incluso a pesar de que el Gobierno encaró un camino de quita de subsidios tarifarios. Esto se explica por la fuerte caída de ingresos por impuestos a las exportaciones que provocó la sequía, lo que elevó el déficit. Así, la Argentina cerrará el año una contracción de la economía del 1,6%.Sin embargo, para el año entrante las perspectivas mejoran. El país se irá “recuperando poco a poco” y el PBI rebotará un 1,1%. Aun así, sigue siendo el valor más bajo frente al resto de los países de América Latina. Este repunte gradual se irá dando a medida que se reduzcan las “vulnerabilidades económicas” y las exportaciones ganen volumen. Además, la apertura del gasoducto permitirá reducir la dependencia de las importaciones de gas y “podría aminorar las vulnerabilidades externas”.



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