La nueva película de Pablo Larraín, El Conde, finalmente tuvo su estreno en Netflix. El director chileno detrás de No y Spencer regresa con una sátira política sobre un Augusto Pinochet vampiro de 250 años que ya está causando bastante furor.
Sin embargo, también está causando bastante polémica y debate, con algunos cuestionando las intenciones del director. Ante esto, el cineasta conversó con medios internacionales y explicó sus motivaciones detrás del filme, incluyendo a quienes señalan los vínculos de su familia con la política.
¿Qué dijo Pablo Larraín sobre El Conde?
Antes de su estreno en el Festival de Venecia, Pablo Larraín conversó con IndieWire sobre sus motivaciones para hacer El Conde. En la ocasión, explicó que llevaba bastante tiempo con la idea de un Pinochet vampiro, pero estaba esperando el momento perfecto.
“Es una figura que tuvo un gran impacto en nuestro sociedad. Introdujo elementos de horror, tragedia y violencia que rompió a nuestro país”, señaló el director chileno sobre la figura de Pinochet. Así, explicó que su idea de convertirlo en un vampiro era un mensaje sobre la impunidad y la sombra del dictador en la historia.
Además, Pablo Larraín también respondió a quienes lo cuestionan por los vínculos de su familia con los partidos políticos de derecha que defendían a Pinochet. “En Chile, muchas familias ven ambos lados de la historia y tienen distintas percepciones. Quizás la mía es más conocida porque son políticos conocidos”, comenzó.
“Honestamente, esto no es un acto de rabia o de rebeldía en contra de mi familia. No estoy intentando ser un rebelde o la oveja negra. No hago estas películas por eso. Las hago porque son necesarias”, respondió Pablo Larraín sobre el mensaje político de sus películas y el contraste con su familia.
Un punto que volvió a discutir en conversación con The Guardian. “Mi padre ha sido miembro de un partido político que lo apoyaba. Actualmente esa no es su opinión. Puede que se haya desviado un poco”, afirmó el director del conde sobre su padre, Hernán Larraín, actual miembro de la UDI.
“Mis padres vienen de una clase social particular. Yo también soy de ese mundo, así que me tomó un poco de tiempo crear mi propia conciencia. Pero que yo sea de ese mundo no significa que no pueda hacer películas de ello”, terminó Pablo Larraín.
