Pautas de implicación de los yihadistas en España: desarrollos recientes y tendencias en la amenaza terrorista



Tema
En este documento se analizan, en primer lugar, los patrones de implicación de los yihadistas en España a lo largo de la última década (2012-2023), con especial atención a los desarrollos más recientes (2020-2023). A continuación, se apuntan las potenciales consecuencias de esta evolución en términos de seguridad para nuestra sociedad.

Resumen
Las pautas de implicación de los yihadistas en España presentan en la actualidad elementos de cambio, pero también de continuidad respecto al ciclo de movilización de Siria. Estado Islámico se consolida como la organización hegemónica de referencia para los militantes en nuestro país, mientras que las siglas del al-Qaeda desaparecen del imaginario de estos en los últimos tres años. Sin embargo, los actores que se implican en este tipo de actividades terroristas, bien en solitario bien como miembros de células, grupos o redes (CGR), actúan de manera crecientemente independiente y autónoma respecto a las matrices. Una de las novedades más relevantes se refiere a la incorporación de mujeres a la yihad global, siendo en la actualidad claves para supervivencia de Estado Islámico como responsables de la transmisión vertical de las creencias y valores del grupo. El vector de amenaza que proyecta la guerra que libra Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, tras los atentados perpetrados por la organización palestina el pasado 7 de octubre, puede influir en una intensificación de la amenaza yihadista para Europa y España, con distintas consecuencias a corto y medio plazo.

Análisis
Los individuos –hombres y mujeres– que asumen la ideología del salafismo yihadista después de haber experimentado un proceso de radicalización pueden implicarse en actividades terroristas de esta naturaleza. Aquellos que finalmente deciden participar de manera efectiva en este tipo de actividades delictivas, lo hacen, por lo general, siguiendo las estrategias marcadas por las matrices y organizaciones yihadistas globales, bien para actuar de forma individual y con plena autonomía o, lo que es más frecuente, de manera colectiva en tanto que miembros de CGR más o menos cohesionadas y vinculadas a las organizaciones con las que se identifican. En ambas modalidades, los terroristas asumen diversas funciones, que comprenden un amplio espectro de competencias, incluidas las de financiación, propaganda, radicalización y reclutamiento de terceros y la comisión de atentados, entre otras.

El movimiento yihadista global se caracteriza por su gran capacidad de resiliencia y adaptación a nuevos contextos relevantes para su población de referencia, tales como crisis o conflictos internacionales, explotadas a través de la propaganda con fines de reclutamiento. La última década (2012-2023) ha estado marcada, en términos de implicación yihadista, por el auge y declive de un conflicto en Oriente Medio (2012-2019) que tuvo un inusitado efecto entre los jóvenes musulmanes europeos, también en España[1]; y una pandemia global (2020) que obligó a reorientar sus estrategias de movilización a una realidad caracterizada por el distanciamiento social y la limitación de movimientos, que impulsó la acción de los reclutas en el entorno online.[2]

En las siguientes páginas nos aproximaremos a tres dimensiones referidas a la implicación yihadista en nuestro país destacadas en sus desarrollos más recientes, así como sus posibles consecuencias en materia de seguridad para nuestra sociedad. La primera se refiere a la pugna entre al-Qaeda y Estado islámico en el seno del yihadismo global y cómo ésta se manifiesta entre sus militantes en España. En segundo lugar, abordaremos la creciente descentralización organizativa del yihadismo en nuestro país. Y, por último, pondremos el foco en la incorporación femenina a la yihad global, una de las novedades más relevantes de la década.

Este análisis se basa en datos originales correspondientes a yihadistas condenados o muertos en España durante el período comprendido entre 2012 y 2023, recogidos y almacenados en la Base de Datos Elcano sobre Yihadistas en España (BDEYE).[3] Se trata de 195 individuos detenidos en nuestro país por su implicaciónn en actividades de terrorismo; y el universo de estudio lo completan otros 11 sujetos fallecidos, bien en el curso de un atentado terrorista, bien durante su proceso judicial. Con el fin de apuntar posibles líneas de evolución futura, se han establecido dos subperiodos de estudio: el primero, comprendido entre 2012 y 2019, coincidente con el ciclo de movilización de Siria; y, el segundo, entre 2020 y 2023, que recoge –de manera preliminar– los desarrollos más recientes del fenómeno. Los datos proceden de las sentencias dictadas por la Audiencia Nacional, el único órgano judicial de primera instancia que entiende de delitos de terrorismo en España. En algunos casos, esa información ha sido complementada con informes policiales y sumarios judiciales, y asistencia a las vistas orales y entrevistas en prisión a 40 yihadistas condenados en España.

La desaparición de al-Qaeda del imaginario de los yihadistas en España

Tras la división del yihadismo global en dos bloques y la emergencia de Estado Islámico como matriz terrorista, en 2014, ésta ha sido la organización de referencia predominante para los yihadistas de nuestro estudio. Su popularidad alcanzó el cenit en 2020, cuando se convierte en el grupo hegemónico. Por su parte, el mando central de al-Qaeda, así como sus franquicias, entidades afiliadas o afines que componen su órbita –todas las presentes en el primer subperíodo– desaparecen como fuente de inspiración pese a haber operado como referentes para yihadistas implicados en el primer periodo. Además, a pesar de que el epicentro del yihadismo global haya basculado hacia África, más concretamente al Sahel,[4] donde las ramas locales de al-Qaeda y, sobre todo, las provincias locales de Estado Islámico[5] exhiben gran fortaleza, no se aprecia que los yihadistas de nuestro país atiendan a las consignas de movilización dictadas por dichos grupos (Figura 1).

Las lealtades de los yihadistas se demuestran flexibles y de carácter fluido. En la actualidad, es frecuente que los individuos implicados accedan y difundan propaganda de organizaciones que presentan matices ideológicos diversos e incluso antagónicos sin que esto les résulte incoherente. Y, en lo referente a la fluidez, observamos que sus lealtades pueden cambiar en el tiempo como consecuencia de cambios en el contexto: por ejemplo, algunos de los seguidores del Frente al-Nusra migraron hacia la organización de Abu Bakr al-Baghdadi, a la que atribuían mayores expectativas de éxito a medida que consolidaba su dominio territorial por las armas en la zona de conflicto.[6] 

Sin embargo, al-Qaeda no ha conseguido recuperar la lealtad de los militantes en España a pesar de la derrota militar de Estado Islámico sobre el terreno y el colapso del califato en 2019. Sus lealtades no parecen estar condicionadas por la competición existente entre Estado Islámico y al-Qaeda por el liderazgo del movimiento yihadista global. Ni la desaparición de al-Qaeda del imaginario de los militantes en nuestro país, ni la hegemonía de Estado Islámico pueden explicarse por su situación de fortaleza o debilidad en los contextos extraeuropeos en los que operan. La popularidad de Estado Islámico en España responde en mayor medida a la propia percepción que tiene el militante de base como una organización más dinámica y mejor conectada con su realidad inmediata, que la ortodoxa al-Qaeda.

Figura 1. Condenados en España por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista o fallecidos como consecuencia de su implicación en España entre 2012 y2023, para distintos periodos de detención o fallecimiento, según organización de referencia (en %)

 Periodo de detención OrganizaciónDetenidos entre 2012-2019Detenidos entre 2020-2023TotalEstado Islámico96,6100,097,0Frente Al Nusra24,0–21,3Al-Qaeda10,3–9,1Harakat Sham al Islam7,4–6,6Al-Qaeda en el Magreb Islámico6,9–6,1MUYAO6,9.6,1Otras4,69,06,1Total(175)(22)(197)Casos sin dato  8Fuente: BDEYE

Pero tanto Estado Islámico como al-Qaeda, están tratando de capitalizar la intensa ofensiva israelí en la Franja de Gaza, desplegada como respuesta a los ataques terroristas perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre, para recuperar centralidad dentro del movimiento yihadista. Debido a la imposibilidad de sendas matrices para intervenir directamente en el conflicto, sus estrategias apelan a la acción de los militantes en todo el mundo contra objetivos israelíes y occidentales de manera más amplia. Este vector de amenaza podría repercutir en una intensificación del riesgo de atentados yihadistas en Europa Occidental dirigidos contra blancos de oportunidad, preferentemente judíos, protagonizados por actores implicados en solitario o pequeños grupos yihadistas conformados por individuos radicalizados en suelo europeo. En su dimensión exterior, las condiciones tan particulares de acceso al territorio palestino imposibilitan el desplazamiento de militantes a gran escala para implicarse como combatientes terroristas extranjeros (CTE) en el terreno como, sin embargo, ocurrió en el caso de Siria e Irak.

Una amenaza crecientemente desestructurada e individualizada

La segunda dimensión apunta a una configuración del yihadismo en España fragmentada y conformada crecientemente por actores que cuentan con un grado significativo de iniciativa y autonomía respecto a las estructuras globales para la toma de decisiones y desempeño de sus actividades. Esto se aprecia entre los individuos que se implicaron en compañía de otros afines como parte de CGR: 89,2% del total; y también a quienes optaron por una implicación en solitario, modalidad en la que se incluye el restante 10,8%.

Más células, grupos y redes inspiradas por la ideología que vinculados a las organizaciones de referencia

A lo largo de la última década han operado en nuestro país un total de 69 CGR en las que se implicaron 182 yihadistas. De ellos, el 88,5% eran hombres y un significativo 11,7% mujeres. Nueve de cada 10 de dichas CGR (92,7%) estuvieron activas durante el ciclo de movilización de Siria e Irak, mientras que una de cada 10 (7,3%) fueron desmanteladas en el período que se abre en las postrimerías del conflicto.

El significativo incremento de sujetos que se implican en CGR inspiradas sólo por la ideología yihadista, sin la concurrencia de ningún vínculo con una organización de referencia, desde 2020 apunta un escenario crecientemente descentralizado y, en consecuencia, menos jerarquizado o dirigido conductualmente por estructuras organizativas. En concreto, la mitad de los yihadistas implicados (47,4%) hasta 2023 lo hicieron en CGR inspiradas, 30 puntos porcentuales por encima de los registrados para el mismo tipo en los siete años previos (Figura 2). La tesis de la descentralización se explica igualmente por la pérdida de peso de las CGR relacionadas con una organización que en la actualidad acogen al 36,8% de los militantes (frente al 79,9% de los registrados en el periodo de Siria). La única célula integrada en el mando central de Estado Islámico a partir de 2020 corresponde a la conformada por tres individuos británicos sin ningún arraigo en España detenidos cuando trataban de retornar a Europa tras implicarse como CTE de Estado Islámico en Siria. Es decir, responde al legado del conflicto en Siria y no a un desarrollo propio del periodo 2020-2023 que estamos analizando.

!function(){“use strict”;window.addEventListener(“message”,(function(a){if(void 0!==a.data[“datawrapper-height”]){var e=document.querySelectorAll(“iframe”);for(var t in a.data[“datawrapper-height”])for(var r=0;r<e.length;r++)if(e[r].contentWindow===a.source){var i=a.data["datawrapper-height"][t]+"px";e[r].style.height=i}}}))}();

En cuanto a la convergencia o divergencia de las funciones de sendos elencos, es reseñable que los grupos inspirados concentran sus actividades básicamente en la difusión de propaganda y glorificación del terrorismo para reforzar el imaginario de los militantes y ampliar su base de reclutamiento. Además, el 22,2% de los individuos implicados en CGR inspiradas lo hacen de manera combinada con otras tareas específicas de radicalización y reclutamiento. La prevalencia de estas funciones permanece estable de un periodo a otro, lo que apunta a que este tipo de elencos son menos vulnerables a los cambios de contexto que los que cuentan con vínculos organizativos. Un ejemplo es el referido a las tareas de radicalización y reclutamiento que hoy aplica a seis de cada 10 de los individuos que participan en grupos relacionados (57,1%), por debajo de quienes lo hacían en el ciclo de movilización de Siria (91,3%). Del mismo modo, las tareas propias de un conflicto abierto, como el entrenamiento o el envío de combatientes al mismo, tan relevantes en el primer período, desaparecen en el segundo (Figura 3).

Figura 3. Condenados en España por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista o fallecido como consecuencia de estas actividades implicados en compañía (2012-2023), para distintos periodos de detención o fallecimiento, según tipo de CGR

Detenidos  entre  2012 y 2019Detenidos  entre  2020 y 2023 Tipo de Grupo, Célula o Red (CGR)Tipo de Grupo, Célula o Red (CGR)Función de la CGRCGR con enlace organizativoCCR integradaCGR con enlace organizativoCGR inspiradaCCR integradaRadicalización y reclutamiento91,3%0,0%57,1%22,2%100,0%Financiación58,3%0,0%28,6%0,0%100,0%Difusión de propaganda y enaltecimiento55,9%0,0%85,7%100,0%0,0%Entrenamiento30,7%0,0%0,0%11,1%0,0%Operativas22,8%100,0%28,6%22,2%0,0%Apoyo logístico0,8%0,0%0,0%0,0%0,0%Envío a zona de conflicto61,4%0,0%0,0%11,1%0,0%Total1271Total913N=147  N= 22 Casos perdidos= 2  Fuente: elaboración propia a partir de datos de la BDYE.

En términos de amenaza terrorista, los datos disponibles apuntan a un leve incremento de los individuos implicados en funciones operativas –de tipo preparatorio exclusivamente o relacionadas con la materialización de atentados– entre quienes se implican en elencos inspirados, pasando de 10,5% a 22,2% en la actualidad. Este porcentaje es consistente con aquellos que asumen esas mismas funciones como parte de CGR vinculadas a las organizaciones de referencia, que también se ha incrementado levemente en los últimos años: del 22,8% al 28,6%

!function(){“use strict”;window.addEventListener(“message”,(function(a){if(void 0!==a.data[“datawrapper-height”]){var e=document.querySelectorAll(“iframe”);for(var t in a.data[“datawrapper-height”])for(var r=0;r<e.length;r++)if(e[r].contentWindow===a.source){var i=a.data["datawrapper-height"][t]+"px";e[r].style.height=i}}}))}();

En cambio, existen diferencias cualitativas entre ambos grupos referida a la presencia de individuos con formación y experiencia previa en este tipo de actividades y su efecto en la ambición y efectividad de planes operativos violentos. El conocido como “efecto veterano”. Nueve de cada 10 de los reincidentes se implicaron en CGR relacionadas (92,9%), adoptando funciones con finalidad operativa (69,2%) o de tipo preparatorio (30,8%). Esta aproximación preliminar sugiere, de manera lógica, una mayor profesionalización para la ideación, preparación y comisión de actos terroristas de los elencos relacionados con las organizaciones de referencia, sobre la base de una mayor cualificación y expertise entre sus militantes (Figura 5).

Figura 5. Yihadistas condenados o muertos en España reincidentes (2012-2023), según tipo de CGR y función operativa

Tipo de Célula, Grupo o Red (CGR)Tipo de función operativaCGC relacionada con enlace organizativo  Implicados solo en actividades operativas solo de tipo preparatorio69,2%Implicados funciones de finalidad operativa30,8%CGR inspirada  Implicados solo en actividades operativas solo de tipo preparatorio100,0%Implicados funciones de finalidad operativa0,0%CGR integrada  Implicados solo en actividades operativas solo de tipo preparatorio0,0%Implicados funciones de finalidad operativa0,0% N= 14 Casos perdidos= 0 Fuente: BDEYE.

Un ejemplo es la célula que perpetró los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrills en 2017. Esta célula extensa, compuesta por 10 individuos, pretendía llevar a cabo una secuencia de gran envergadura en Barcelona y posiblemente también París. Para esta acción se utilizaron grandes cantidades de explosivo, conocido como triperóxido de triacetona (TATP), que pretendían usar cargando furgonetas, cuya deflagración pretendían amplificar con la acción simultánea de bombonas de butano. La ambición del plan, así como las medidas de seguridad adoptadas por los terroristas durante el proceso, señala directamente a los conocimientos y experiencia de su líder, el imán Abdelbaki Es Satty, un individuo con larga trayectoria yihadista en España, que falleció a consecuencia de la explosión accidental del explosivo que habían fabricado.

Los actores solitarios como principal fuente de amenaza yihadista en la actualidad

La presencia de actores que se implican en solitario es una de las tendencias más significativas de la evolución de esta amenaza en Europa Occidental a partir de 2011[7], y la principal fuente de amenaza terrorista efectiva también para España.[8]

Los actores solitarios son individuos que, tras capacitarse de manera autodidacta en entornos principalmente online, se implican por cuenta propia y pasan a desarrollar actividades que incluyen la comisión de atentados. Por lo general, estos son poco sofisticados y de baja letalidad. En algunos casos, cuentan con una organización de referencia bien identificada, aunque en la experiencia española, estos tienden a combinar el consumo de propaganda de distintas organizaciones. En España todos tenían Estado Islámico como fuente principal de inspiración, pero más de la mitad compaginaba esta con la influencia de al-Qaeda. Es común entre los actores solitarios que la ideología salafista yihadista sea utilizada de manera instrumental para justificar acciones motivadas por factores más de tipo personal que por argumentos de tipo político o religioso.[9] Otra de sus características distintivas es el mayor impacto de problemas de salud mental entre aquellos que se implican en CGR, lo que les hace más imprevisibles y difíciles de discernir.[10]

En el caso de España, la presencia de actores solitarios es significativa desde 2012, cuando su peso se triplicó, pasando de un exiguo 3,6% del total entre 2001 y 2011, a un relevante 10,6% durante el ciclo de movilización de Siria. En el último período evolutivo, su presencia se consolida cuantitativamente. Siendo la novedad del último trienio (2020-2023) que, por vez primera, una mujer de estas características fue condenada en nuestro país (Figura 6).

!function(){“use strict”;window.addEventListener(“message”,(function(a){if(void 0!==a.data[“datawrapper-height”]){var e=document.querySelectorAll(“iframe”);for(var t in a.data[“datawrapper-height”])for(var r=0;r<e.length;r++)if(e[r].contentWindow===a.source){var i=a.data["datawrapper-height"][t]+"px";e[r].style.height=i}}}))}();

Estos actores se desenvuelven sobre todo a través de Internet, herramienta que utilizan para la difusión de mensajes, imágenes y narrativas que glorifican el terrorismo inspirado en la ideología salafista yihadista (80%). Pero este tipo de actores han pasado también a la acción desplazándose de manera autónoma a zonas de conflicto (20%) y/o asumiendo funciones operativas (15%). La incidencia operativa de los actores solitarios es uno de los desarrollos más remarcables de los últimos 10 años en términos de amenaza: desde 2018 se acumulan un total de tres ataques de inspiración yihadista perpetrados por estos. Concretamente en las localidades de Cornellá (Barcelona, en 2018), Torre Pacheco (Murcia, en 2021) y Algeciras (Cádiz, en 2023).

En los casos de Cornellá y Torre Pacheco[11], se trata de ataques yihadistas poco planificados y en los que se emplearon tácticas no sofisticadas. Ninguno de los perpetradores contaba con un grupo de referencia claro, sus materiales dogmáticos pertenecían a varios, lo que les permitió elaborar un argumento ideológico “a medida” para justificar la comisión de sus acciones violentas. Las motivaciones para cometerlas apuntan a factores de carácter personal y no relacionados con la yihad global: un conflicto con su sexualidad no resuelto en el caso del primero y los agravios sufridos en su experiencia de menor no acompañado en España, en el segundo.

El papel cambiante de las mujeres de Estado Islámico

Desde 2012 y hasta hoy, un total de 24 mujeres se implicaron en actividades de terrorismo internacional (11,7% del total) en nuestro país. Esto contrasta con el hecho de que hasta 2014 ninguna mujer hubiese sido procesada en España por actividades relacionadas con este tipo de terrorismo.[12] De esas 24, todas menos una lo hicieron durante el ciclo de movilización vinculado a Siria y con Estado Islámico como organización de referencia, animadas tanto por la existencia misma de un dominio territorial como por el llamamiento explícito de al Baghdadi a realizar la migración –o hijra– hacia dicho territorio. La restante se implicó en solitario, a partir de 2020.

Las funciones individuales propias de las militantes femeninas implicadas como parte de CGR en España se inscriben fundamentalmente en las propias de la esfera privada o doméstica, debido a la idiosincrasia patriarcal que emana de su ideología. Ocho de cada 10 tenían voluntad de desplazarse al califato para contribuir activamente a la construcción estatal, principalmente como esposas y madres, responsables de la transmisión vertical de los valores yihadistas a la siguiente generación (66,7%). También para dar apoyo a sus contrapartes masculinas, tal y como dictan los textos que regulan normativamente el papel de las militantes de Estado Islámico.[13] De manera coherente, ninguna mujer de nuestro estudio registra entre sus funciones alguna de carácter operativo y ni siquiera ha sido entrenada en el uso de armas o explosivos (como sí ocurre, de manera agregada, en el 69,6% de los casos de sus contrapartes masculinos, incluidos los que también tenían la voluntad desplazarse al territorio como CTE con funciones operativas). 

Pero las mujeres han sido empoderadas estratégicamente por Estado Islámico en la esfera virtual con fines proselitistas y de enaltecimiento de su organización (62,5%) o para la captación y radicalización de otras mujeres (50%). También destacan las que a través de la misma herramienta digital se emplearon en funciones logísticas (12,5%) y de financiación (10,7%) (Figura 7).

Figura 7. Condenados en España por actividades relacionadas con el terrorismo, yihadistas muertos en actos de terrorismo suicida en España entre 2012 y 2023, por distintos sexos, según función individual (en %)

 Sexo Funciones individualesMujeresHombresTotalDifusión de propaganda62,556,757,4Radicalización y reclutamiento50,030,332,7Desplazamiento como CTE4,236,532,7Entrenamiento-19,116,8Operativas-18,516,3Financiación10,712,510,9Apoyo logístico12,511,811,9Envío de combatientes a zona de conflicto8,39,08,9Dirección y coordinación4,29,08,4Desplazamiento con funciones no operativas66,7-7,9Total (nº)24178202Casos sin dato  3Fuente: elaboración propia con datos de la BDEYE.

No cabe ninguna duda de que la existencia de un proyecto de construcción estatal en Siria e Irak ha sido determinante para la incorporación de las mujeres a la yihad global. Respondiendo a la llamada de Al Bagdahdi, estas militantes no han puesto de manifiesto la dimensión ideológica de su participación, sino que también demostraron su capacidad para avanzar en los objetivos de Estado Islámico activamente y por iniciativa propia. Una vez desaparecido el dominio territorial, su futuro es objeto de preocupación por parte de los decisores públicos y actores de la seguridad en Europa. Hay evidencia de yihadistas europeas implicadas en la ideación o planificación de atentados en sus territorios de origen, bien como parte de pequeños grupos o en solitario, en sus territorios de origen.[14]

Conclusiones
Las pautas de implicación recientes de los yihadistas en España a lo largo de la última década indican que la lealtad hacia su grupo principal de referencia no es estática sino dinámica, además no está condicionada por la fractura existente en el seno del yihadismo global y la competición entre al-Qaeda y Estado Islámico por erigirse vanguardia de este, sino por las percepciones que ellos mismos construyen, influenciados por la propaganda difundida a través de Internet y redes sociales. En este ámbito, Estado Islámico se ha comportado de manera mucho más audaz y efectiva que al-Qaeda, trasladando a sus militantes en el Viejo Continente y en España, una imagen más moderna y dinámica que la que proyecta al-Qaeda. Pero en virtud de la fluidez que caracteriza dichas lealtades, las siglas de la organización fundada por Osama Bin Laden podría volver a resonar ante un cambio de contexto o una reorientación estratégica de la matriz; aunque los actores activos en nuestro país se desempeñan de manera crecientemente independiente y autónoma favorecidos por el impulso de los espacios virtuales. Las novedades más relevantes de la última década se refieren tanto a la incidencia operativa de los actores solitarios, por un lado, como a la incorporación de las mujeres a la yihad global, por otro. Estas militantes femeninas atesoran un papel fundamental en la actualidad para la supervivencia de Estado Islámico como responsables de la transmisión vertical de las creencias y valores del grupo.

A pesar de que la incidencia del terrorismo yihadista en España es baja y se manifiesta en forma de atentados poco sofisticados y baja letalidad en la actualidad, como consecuencia del proceso de descentralización descrito, el nuevo vector de amenaza que proyecta el conflicto en Palestina puede influir en una intensificación de la amenaza yihadista para España y Europa, con distintas consecuencias a corto y medio plazo. Todo lo anterior obliga mantener la efectividad de las capacidades antiterroristas desarrolladas a lo largo de la última década, dirigidas a contrarrestar y prevenir esta grave amenaza para nuestras sociedades democráticas.

[1] Fernando Reinares, Carola García-Calvo y Álvaro Vicente (2018), Yihadismo y yihadistas en España. Quince años después del 11-M, Real Instituto Elcano.

[2] Sergio Altuna y Carola García-Calvo (2020), “¡Castigo de Alá! El movimiento yihadista global ante la crisis del COVID-19”, ARI, nº 52/2020, abril.

[3] La BDEYE es gestionada por el Programa sobre Radicalización Violenta y Terrorismo Global del Real Instituto Elcano. Los miembros de Programa reconocen la excelente labor que han realizado Lucía Fernández Rodríguez y Naomi Moreno Cosgrove, ayudantes de investigación en prácticas del Real Instituto Elcano, en la codificación de datos obtenidos de sentencias judiciales dictadas por la Audiencia Nacional.

[4] Institute for Economics & Peace (2023), Global Terrorism Index 2023: Measuring the Impact of Terrorism, Sídney.

[5] Ibidem.

[6] Fernando Reinares, Carola García-Calvo y Álvaro Vicente (2018), Yihadismo y yihadistas en España. Quince años después del 11-M, Real Instituto Elcano.

[7] Jonathan Kenyon, Christopher Baker-Beall and Jens Binder (2023), “Lone-Actor Terrorism – A Systematic Literature Review”, Studies in Conflict & Terrorism, vol. 46, nº 10, pp. 2038-2065.

[8] Europol (2023), European Union Terrorism Situation and Trend report 2023 (TE-SAT).

[9] Europol (2023), TE-SAT 2023 y Jonathan Kenyon, Christopher Baker-Beall and Jens Binder (2023).

[10] Ibidem.

[11] El ataque de Algeciras no está reflejado en el presente documento por no haber sido todavía juzgado en la Audiencia Nacional.

[12] Carola García-Calvo (2017), “No hay vida sin yihad y no hay yihad sin hégira: la movilización yihadista de mujeres en España, 2014-2016”, ARI 28/2017, marzo.

[13] Charlie Winter (2015), Women of the Islamic State. A manifesto on women by the Al-Khanssaa Brigade, Quilliam Foundation.

[14] Robert Simcox (2018), “The 2016 French Female Attack Cell: A Case Study”, CTC SENTINEL, vol. 11: (6.), pp. 21-25.
Autor: Carola García-CalvoLa entrada Pautas de implicación de los yihadistas en España: desarrollos recientes y tendencias en la amenaza terrorista se publicó primero en Real Instituto Elcano.



Source link

Related Posts

Add Comment