La difícil decisión de una madre: “Mis dos hijos necesitan un riñón y solo puedo donar uno”



Sarah Bingham es una mamá de 48 años que tiene una de las decisiones más difíciles que la vida le pudo poner. Dos de sus tres  hijos,  Casper de 12, Ariel de 16 años y Noah de 20 años necesitan un riñon para seguir viviendo.Y aunque la noticia de compatibilidad de los órganos es una buena noticia, el hecho de que solo pueda donar uno de sus riñones, ante la necesidad de 2 órganos es devastadora. 

Darryl, el padre de los niños, se realizó los estudios pertinentes pero no es compatible con ninguno ellos, por lo cual queda descartado para ser el segundo donante necesario. Los problemas para la familia Bingham llegaron en 2016, cuando Ariel tenía 11 años y  comenzó a sentirse constantemente cansada y sus notas en el colegio comenzaron a bajar,  por lo que Sarah y Darryl decidieron educarla en su casa.Sin embargo, en la primera semana de esa nueva modalidad la niña enfermó. Sufría calambres en el estómago y sudor frío.En la consulta al médico, las pruebas en el hospital Royal Victoria Infirmary descubrieron que tenía nefronoptisis, una enfermedad genética que causa inflamación y cicatrices en los riñones y por la cuál en un lapso de tiempo el paciente necesitará un transplante y diálisis de por vida. Luego de tres años de luchar contra la enfermedad sometiéndose a diario a diálisis, la salud de la niña comenzó a empeorar. En simúltaneo Noah, estaba estudiando para ingresar a la universidad UCLAN en Preston cuando su rendimiento académico comenzó a bajar, no comía bien y bajó de peso. Hasta que un día comenzó a temblar, se puso amarillo y gritaba de dolor.En la consulta al médico lo internaron y le dieron diálisis de urgencia. Luego de las pruebas realizadas llegaron a la conclusión que necesitaba un trasplante de riñon ya que padecía la misma enfermedad que su hermana. 

“Estaba lista para darle un riñón a mi hija y luego mi hijo sufrió insuficiencia renal y también necesita un riñón. Obviamente, solo tengo uno que puedo donar”, dice la mujer con preocupación.

Cuando Sarah y Darryl se sometieron a las pruebas para ser donantes de sus hijos, en ambos caso dió el mismo resultado, su madre era compatible con ambos hijos, y su padre no. Por lo cuál los pone en una situación de extrema dificultad al tener que decidir a cuál de sus dos hijos le van a donar el órgano. 
“Los equipos médicos renales no te presionan (para tomar una decisión), porque te estás arriesgando al donar un riñón. Tienes que tomar esa decisión tú misma”, explica la mujer de Hexham, en el norte de Inglaterra.

Y agregó: “Obviamente, como madre, cuando tienes dos hijos que necesitan trasplantes de riñón y esperabas darle tu riñón a uno, y de repente el otro también necesita uno, sientes este dilema”, dice Bingham.Su hijo está “muy mal”, pero se somete a diálisis con regularidad y se encuentra en una condición estable por ahora.
Mientras que la  función renal de su hija “se ha deteriorado más en el último año” y probablemente será quien primero necesite un trasplante.Y sería quién reciba el órgano de su mamá. 

Sarah comenzó una búsqueda incanzable en la comunidad en la que vive para encontrar posibles donantes para su hijo, y felizmente habría dos amigos de la pareja que son comparibles con Noah. 

“El tiempo de espera para un trasplante es de tres años en promedio, por lo que los pacientes a menudo se enfrentan a una situación agotadora y aterradora”, explicó  John Sayer, un especialista en atención de riñones del Hospital Freeman, en Newcastle, y quien está tratando al joven, y además aseguró que la nefronoptisis afecta a aproximadamente una de cada 100.000 personas.

Por su lado, su marido comenzó a participar en  Kidney Research UK,  una organización que se dedica a la investigación de las enfermedades de riñón, y logró recaudar más de 100 mil libras.

La pareja tiene otro hijo, Casper, de 12 años, que está siendo examinado para ver si él también tiene la enfermedad.Mientras esperan los resultados para ver si el hermano menor, Casper, también sufre de problemas en los riñones, Ariel y Noah esperan una fecha para la intervención.



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