¿Cómo será el futuro del trabajo para las mujeres?



 
Un 72% de mujeres y un 77% de hombres de nuestra región cree que la robótica y la inteligencia artificial harán desaparecer más puestos de trabajos de los que creara. Estos datos los arroja la encuesta de opinión Latibarometro del 2017 realizada a población adulta de 18 países de América Latina y la cual representa a más de 600 millones de habitantes de nuestra región.  Si bien existe mucha incertidumbre de lo que pasara en el futuro, pareciera ser que las mujeres son un poquito más optimistas del mismo. Esto me lleva a una pregunta de mucha relevancia para nuestra región: ¿Cómo las transformaciones en curso de automatización y digitalización afectarán las oportunidades de las mujeres en el mercado laboral?  En particular, ¿estas transformaciones ayudaran a reducir o aumentar las brechas de género existentes en el mercado laboral referentes a participación, desarrollo profesional y salarios?
En el presente, sabemos que existen brechas considerables a favor de los hombres respecto al nivel salarial y los niveles de empleo. Adicionalmente, existen diferencias en los tipos de actividades que los hombres y las mujeres realizan en el lugar de trabajo. Entonces, ¿es la nueva transformación digital una oportunidad o una amenaza para avanzar en la igualdad de género en el mercado laboral? Exploremos un poco los distintos tipos de revoluciones digitales que estamos observando, para ahondar un poco más en el tema: (i) tecnologías de automatización y (ii) tecnologías de intermediación.
Por un lado, existen las tecnologías de automatización, como los robots y la inteligencia artificial, que son aquellas que pueden reemplazar empleos y tareas. Hasta el momento se ha observado que la infiltración de estas tecnologías ha sido más común en sectores como la agricultura y la manufactura, sectores que están predominantemente dominados por hombres. Pero en el futuro, se espera que la automatización se extenderá, aunque en diferentes grados, en todos los sectores y la mayoría de las ocupaciones, incluidas aquellas que son tradicionalmente dominadas por las mujeres, como los servicios.
Bajo este escenario incierto, tanto mujeres como hombres tienen mucho para perder de esta revolución digital. Entonces se espera que los efectos de la digitalización en el trabajo dependan fundamentalmente de las habilidades. Se ha estimado que los empleos que tendrán mayor crecimiento son aquellos relacionados con los servicios sociales de salud y educación, el cual puede abrir una ventana laboral para las mujeres quienes se concentran en estos rubros. Por otra parte, existen persistentes diferencias de género en el campo de estudio entre hombres y mujeres, que pueden significar que las mujeres se beneficien menos de las nuevas oportunidades de empleo que se proyectan en ocupaciones relacionadas con las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniera y Matemáticas, conocidas como STEM por sus siglas en ingles.
Por otro lado, se encuentran las ‘tecnologías de intermediación’, que hacen referencia a las plataformas de la economía gig, como Airbnb, Uber y UpWork. Estas tecnologías juntan a oferentes con demandantes de servicios, reduciendo de manera radical los costos de transacción. Estas tecnologías permiten una mayor libertad en el lugar y el momento en que se lleva a cabo el trabajo. La flexibilidad y la elección de dónde, cuándo y cómo trabajar facilitan la combinación del trabajo remunerado con las responsabilidades de cuidado, las cuales con mayor frecuencia asumen las mujeres. Como consecuencia, estas tecnologías pueden fomentar la participación de las mujeres en la fuerza laboral. En principio, estas tecnologías han reducido las barreras de entrada para las mujeres en industrias tradicionalmente dominadas por hombres, como la conducción de taxis, entre otras. Proyecciones para Estados Unidos estiman que los trabajadores gigs crecerán exponencialmente para el 2027.
Sin embargo, las plataformas digitales pueden erosionar los derechos de las trabajadoras y trabajadores. Al ser clasificados como independientes, no se tiene derecho a la paga por enfermedad o vacaciones, pensiones o subsidios por maternidad/paternidad. A su vez, estas tecnologías pueden arrastrar las brechas de genero observadas en el mercado de trabajo más tradicional que conocemos: brechas salariales, y segregaciones de tareas por género. Una investigación reciente de Stanford, la Universidad de Chicago y Uber, basadas en evidencias de un millón de conductores de viajes compartidos en Uber en Estados Unidos, sugiere que los hombres ganan aproximadamente un 7 por ciento más por hora que las mujeres en promedio. Evidencia en UK sugiere que las trabajadoras gigs se concentran mayoritariamente en los sectores administrativo, de atención y de ayuda doméstica.

Lo cierto es que este es recién el comienzo y aún no existe un profundo entendimiento del potencial impacto de las tecnologías de automatización e intermediación en las brechas de género y en particular, falta mucha evidencia para la región. Y aquí vuelvo a una de las preguntas iniciales: ¿es la nueva transformación digital una oportunidad o una amenaza para avanzar en la igualdad de género en el mercado laboral? Como grupo BID vemos como una oportunidad el comenzar a debatir sobre el futuro del trabajo y trazar un mapa más equitativo del mercado laboral. Sin investigación y acción de políticas públicas, las barreras que las mujeres enfrentan podrían incluso aumentar. Por esto, los invito a seguir la nueva serie sobre el futuro del trabajo en América Latina y el Caribe del BID, para seguir aprendiendo más sobre este tema y acompañarnos activamente en este debate.



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