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Australia.- Es evidente que Knickers no es una vaca cualquiera. De hecho, no es una vaca sino un novillo de 1.400 kilos y casi dos metros de altura, el doble que de lo normal, verdaderamente sorprendente. Su propietario, el ganadero del rancho Lake Preston, Australia, Geoff Pearson, la ha bautizado como “la vaca más grande de Australia” y su historia está recorriendo todo el mundo.
Pero además de convertirla en un fenómeno mediático a escala mundial, el gran tamaño de Knickers le ha supuesto una gran ventaja: le ha salvado la vida. Knickers no es una vaca sino un novillo porque es macho y, por tanto, estaba destinado a acabar en el matadero para poder comercializar su carne para consumo humano.
Pearson explicó a The Guardian que debido a su tamaño no podía venderse para su sacrificio, por lo que decidieron darle una segunda vida en la granja. “Es demasiado grande para las especificaciones de la cadena del matadero, sería demasiado pesado para las máquinas y probablemente estaría colgado tocando al suelo, por lo que habría problemas de contaminación, y sus cortes de carne serían demasiado grandes”.
El motivo de su gran tamaño sigue siendo una incógnita que plantea preguntas: ¿Fue creado para ser de este tamaño? ¿Se le administraron hormonas del crecimiento? ¿Esto marca una era naciente de megafauna bovina? Pero Pearson asegura que no puede dar una explicación a su tamaño, “Es sólo una cosa rara”, añade.
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Una teoría podría ser que a Knickers se le dio la oportunidad de crecer hasta su altura máxima. Los novillos se venden generalmente a plantas procesadoras a la edad de dos o tres años pero Knickers, con 7 años, ha podido desarrollar su tamaño máximo. “Podría haber otros animales que podrían crecer hasta este tamaño, pero no se les priva de esta oportunidad”, añade Pearson.
Aunque Knicker no es el novillo más grande del mundo se acerca. Según el Libro Guinness de los Récords Mundiales, el el bovino más grande del que existen registros es de 2,267kg, mientras que el novillo más alto en el libro de récord mide poco más de dos metros.
Con información de: La Vanguardia
