¿Qué lleva a alguien a suicidarse? Muchos factores, eso está claro. Pueden ser familiares, puede ser producto de adicciones, por poca proyección a futuro o por alcoholismo, de todo. Cada caso es particular, pero ante las alarmantes cifras que se han visto en los últimos años sobre el bullying contra niños y adolescentes, es importante considerar el factor de contexto escolar como uno de los que puede llevar a un menor o joven a acabar con su vida.
Ante esta realidad, existen fundaciones como Todo Mejora, que promueven el bienestar de niños, niñas y adolescentes que sufren bullying por su orientación sexual, identidad de género y expresión de género. Y también hay otras como la Fundación Katy Summer, creada por Evanyely Zamorano y Emanuel Pacheco, padres cuya hija (Katy Winter) se suicidó producto del acoso que recibía en su colegio, lo que los llevó a fundar esta institución para luchar contra el cyberbullying.
Ambas organizaciones hacen un llamado para ayudar y apoyar a aquellos niños y jóvenes que son discriminados a tal nivel que deciden por fin a su vida. Como, por ejemplo, los niños y jóvenes trans que, cabe recordar, son uno de los principales focos de ataque y bullying en nuestra sociedad.
Esto ha despertado el interés de mundo político y ya es frecuente ver a distintas autoridades reuniéndose con estas organizaciones para trabajar el tema y todo lo que abarca la salud mental. Una de aquellas autoridades que se ha reunido con organizaciones, precisamente con la fundación Katy Summer y Todo Mejora, ha sido la diputada Aracely Leuquén. Situación que, por lo menos, llama mucho la atención.
A través de su cuenta oficial en Twitter, la diputada de Renovación Nacional compartió una fotografía acompañada del diputado de la UDI, Jaime Bellolio, junto a los padres de Katy Winter, además de representantes de la fundación Todo Mejora. Se trataba de una reunión con el jefe de gabinete del Presidente Piñera, para “seguir visibilizando la problemática de salud mental en Chile”, como se cita textualmente de su propio tweet.
Pero la diputada, a través de otro tweet publicado el 29 de septiembre del año pasado, agradece la invitación de las Iglesias Evangélicas de Coyhaique por haberla invitado “a participar de esta linda marcha por la vida y en contra de la ideología de género”. También subió un vídeo a Facebook de su participación.
Además, en un publicación del excandidato presidencial José Antonio Kast, del día 15 de diciembre de 2018, se puede ver a la diputada formando parte de un panel sobre la, nuevamente llamada, ideología de género.
Todo esto va en línea con su votación en contra la Ley de Identidad de Género, tanto para menores de 14 años como para mayores de 14 años, pero no es coherente con su reunión con fundaciones que luchan precisamente contra quienes, como ella, afirman que la identidad de género es solo una ideología.
Porque decirle a un adolescente que su identidad de género es solo una ideología, influye en su autoestima y salud mental, como lo dice el Informe de Derechos Humanos de Diversidad Sexual y de Género, del cual se respaldan las fundaciones para luchar contra el bullying y el cyberbullying. Fundaciones como con las que Leuquén se reunió.
Finalmente, por estos días, la diputada lleva a cabo la formación de una bancada por la salud mental en la Cámara, asegurando que “más de un cuarto de la población infanto-juvenil ha sufrido algún tipo de trastorno psiquiátrico durante el último año”. Un cuarto de población infanto-juvenil que abarca también a los trans, pero que a vista de sus actos, la diputada no los suma realmente.
¿Cuál es verdadera postura de la diputada respecto al tema? Más aún cuando en redes sociales muestra su preocupación sobre la salud mental nacional reuniéndose con fundaciones que luchan a favor por lo que ella, precisamente, marcha en contra.
Puede que haya cambiado su postura, lo cual es legítimo, pero como diputada debería no solo responderle a las iglesias y fundaciones con las cuales se ha reunido y apoyado, sino que también a quienes votaron por ella.
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
