La lucha de los habitantes de Bahía Chascos por proteger la biodiversidad del lugar ante proyecto energético


En el norte de Chile, en la Región de Atacama y al sur de Caldera, existe un lugar único en nuestro país llamado Bahía Chascos. Este paraíso natural destaca por su biodiversidad y alberga el mayor bosque marino de Alga Marocystis Pyrifera (huiro flotador), una gran pradera de Zostera Chilensis (Pasto Marino), es lugar de nidificación de pingüino de Humboldt, pasan más de cuatro tipos de cetáceos y desde Galápagos migran a alimentarse las Tortugas Marinas Verdes, un animal en peligro crítico de extinción.
Pese a que el sustento económico de muchos habitantes de la región se debe a la recolección de algas y productos marinos, la comunidad se enfrenta al riesgo de que Bahía Chascos se destruya. Es lo que plantean desde los municipios de Caldera y Copiapó, hasta distintas ONGs y habitantes, quienes rechazan al proyecto termoeléctrico que se pretende construir.
El 13 de Junio, el Servicio de Evaluación Ambiental, bajo la dirección subrogante de Veronica Ossandon, aprobó el proyecto Andes LNG de manera unánime por 12 votos. Son 30 días a partir de esa fecha que la ciudadanía tiene como plazo para presentar una reclamación administrativa.
Este proyecto, representado legalmente por Andrés Opazo Irarrázaval, Patricio Monárdez Santander y Gustavo Rioseco, busca instalar un barco factoría, es decir, una fábrica flotante que consta de un terminal para buques transportadores de GNL que visitarán cada 15 días la bahía y una central para transformar gas líquido en gas, a través de un gasoducto submarino de 2 kilómetros de longitud, transportándolo por otro gasoducto de 90 kilometros pasando por el desierto hasta Vallenar.
La Municipalidad de Caldera, bajo la alcaldía de Brunilda Gonzalez, ha presentado en varias ocasiones observaciones del proyecto esperando una respuesta satisfactoria. No ha recibido ninguna solución hasta el momento, sin embargo, en sus oficios deja abierta las puertas a que Andes LNG comente “medidas de mitigación (y) compensación por la intervención de sitios en donde se tiene presencia de importantes bienes patrimoniales”.
Por el mismo lado, Marcos López, alcalde de Copiapó, se opone tajantemente al proyecto afirmando el 25 de marzo del 2019 que “no aprueba la instalación del terminal de descarga y gasificación de la Bahía Chascos”.

El proyecto Andes LNG
El proyecto tiene como objetivo generar energía eléctrica (540 MW) en base a gas natural por medio de la construcción de un terminal, gasoducto y central, energía que será inyectada al Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Pretenden lograr esto con una inversión de 650 millones de dolares.
La construcción del muelle flotante consta de la instalación de un gran número de pilotes, lo que significa dinamitar el fondo marino con más de 180 tronaduras. Estas explosiones no están geolocalizadas, es decir, que los explosivos pueden ser detonados en cualquier parte del sector que estimen conveniente.
Solamente la construcción, que tardaría más de dos años, afectará irreversiblemente la Biodiversidad Marina de Bahía Chascos y su entorno, plantean especialistas.
Guillermo Mery, director regional se Sernapesca en Atacama informó el 10 de Julio de 2017: “Se reitera al titular que no debe hacer uso de tronaduras en el emplazamiento del gasoducto submarino, por el impacto y daño que se causará a los recursos y especies hidrobiológicas presentes”, es decir, locos, lapas, jaivas, ostión, huevos de 2 especies de pelágicos (anchoveta y bacaladillo o mote), larvas y huevos de peces bentónicos (lenguado, bauco, blanquillo, chalaco, peje sapo), reptiles marinos, mamíferos marinos, pingüinos, cetáceos y una de las 6 especies de tortugas que habitan la costa chilena.
Lo que preocupa
A su vez, la operación implica el enfriamiento de motores con agua succionada del mar lo cual tiene dos factores de succión a considerar y uno de descarga.
Primero, la velocidad de succión se espera sea de 0,385 m/s siendo lo recomendado por la agencia de protección ambiental de estados unidos (EPA) solo 0,15 m/s. Segundo, la extracción de agua supone la succión de microorganismos como el plancton, alimento principal de los cetáceos que transitan por nuestra costa.
En relación con la descarga del agua succionada, la temperatura de salida espera ser de 39.2 a 39.9 ºC, es decir, 24,5 grados Celsius más que la temperatura de succión. Esto excede el límite máximo permitido por las normas de emisión para la regulación de contaminantes asociados a las descargas de residuos líquidos a aguas marinas (D.S. MinSegpres Nº90/2000).
Pero también existe un problema en la superficie, al considerar que este proceso se realizará de forma continua durante los 365 días del año por 30 años de operación que tiene proyectado. En la zona existen cuatro sitios arqueológicos que serán impactados, y la central y los 90 kilómetros de gasoducto para transportar el combustible, serán instalada en un sector donde se da fuertemente el fenómeno del desierto florido.
Pero por 30 años cada 15 días, buques con gas líquido realizarán una descarga en Andes LNG. Eso son alrededor de 800 descargas si es que se considera solamente un buque en cada instancia. Por eso quienes se oponen a este proyecto recuerdan que mundialmente todos los días se registran vertidos de hidrocarburos menores de 10 toneladas, tres o cuatro veces al año vertidos de 10 a 700 toneladas, y cada un año y medio vertidos superiores a las 700 toneladas.
Y aunque es difícil determinar que esto sucederá o no en Bahía Chascos, puede llegar a existir una emergencia en una zona de importancia ecológica.

¿Y el plan regulador?
El 27 de agosto del 2018 el consejo comunal de Copiapó solicitó ante la Seremi de Medio Ambiente de Atacama la declaración del “Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos de la Bahía Chascos” en vista de la presencia de la colonia más austral de la Tortuga Verde y el pasto marino que se da solamente en dos lugares de Chile.
Por contraparte, Andes LNG propuso construir un terminal portuario en una Zona de Desarrollo Turístico s (ZUI-5 ) según el plano regulador intercomunal, y un gasoducto en una zona mixta turismo-balneario (USB-1B) según el plano regulador de la comuna de Copiapó, que afectará el área protegida de Atacama correspondiente al sitio prioritario para la conservación de la Biodiversidad del Desierto Florido aprobado el 2002.
Sin embargo, la empresa define que “el proyecto es compatible con el uso definido en estos instrumentos, puesto que toda infraestructura de esta naturaleza es admitida dado que no implica mayor intervención, salvo en etapa de construcción y soterramiento del mismo”.
Es decir, para los municipios de Caldera y Copiapó existe el riesgo de transformar este lugar en zona industrial, lo que abriría paso a otros proyectos industriales en la zona. Y uno de los que más preocupa es Copiaport-E que, aunque no está aprobado, se teme que presenten nuevamente el proyecto con “medidas de mitigación y compensación adecuadas”.
¿Por qué la aprobación unánime?
El seremi de Medio Ambiente, Guillermo Ready, sostuvo que “no hay proyectos que no tengan impacto ambiental y lo importante es que esos proyectos sean de acuerdo a la legislación ambiental, sean compensados, mitigados y en caso de no ser asi, esos proyectos no se aprueban”.
También que el Servicio de Evaluación Ambiental realizó durante tres años una evaluación de todas las variables medioambientales en el aire, el suelo y el agua. Así, se hicieron modificaciones sustanciales al proyecto original y además se incluyeron medidas de compensación como el centro de rescate de especies marinas de la zona respecto a la tortuga marina del sector.
En cuanto a las tronaduras, el 25 de marzo del 2019 Eduardo Anderson Germain, jefe de División de Acuicultura (subrogante) de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, se pronuncia conforme al proyecto, pues asegura que es suficiente “la presencia de un observador que pueda alertar de la eventual presencia de especies de mamíferos y aves marinas tales como pingüinos, lobos marinos o grandes cetáceos” junto con una “actividad previa a las tronaduras, el rescate y relocalización de organismos bentónicos de baja movilidad”. No se hizo referencia al pasto marino y cómo lo salvarán ni al monitoreo posterior de la superviviencia de estas especies relocalizadas.
Aguas
El 5 de octubre del 2018 la Gobernación Marítima de Caldera aprobó el proyecto con la condición de que el agua sea “devuelta al mar a temperaturas inferiores a 30 grados”, dejando la fiscalización de esta práctica en la nebulosa.
Sin embargo, es importante recalcar que la misma regulación de contaminantes asociados a las descargas de residuos líquidos a aguas marinas citada en la primera instancia de observaciones, define la temperatura aceptable en 20º Celcius, no 30º.
Y pese al anuncio de la construcción de un Centro de Rescate de Especies Marinas, que contempla Andes LNG como medida de mitigación, no se ha encontrado nada sobre el desierto florido y los lugares paleontológicos más que un “lo haremos con cuidado”.
“Se trata de un proyecto de un centro de rescate que no sólo apunta al rescate en caso de producirse accidentes en el caso de las tortugas, sino que de todas las especies marinas del sector. Creo que es una muy buena medida de compensación y estoy muy contento de que se haya considerado”, planteó Ready.
Rodrigo Ruiz Cofré de Sernatur, por su parte, a pesar de participar en el comité técnico, no dio a conocer la importancia turística de un lugar con olas para surf y body, la presencia de tal biodiversidad, el desierto florido y el valor paleontológico.



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