A organizarse

A causa de la gravedad de las consecuencias que está arrojando el coronavirus en Sinaloa, organizaciones civiles se activaron para recolectar y entregar alimentos a los damnificados del mal, que ya dejó catorce muertos y más de un centenar de contagiados en la entidad.
Se trata de las personas que viven al día, aquellas que si trabajan comen; y si no, pues no. Y como las actividades prácticamente están paralizadas, el panorama que se les presenta es desesperante.
Por eso hay que aplaudir la labor de las gentes altruistas que han instalado sus puestos de recopilación de víveres para apoyar a los más necesitados que no tienen la más mínima esperanza de que el Gobierno los respalde para salir de la contingencia.
Incluso, el secretario de Agricultura, Manuel Tarriba, convocó a los agricultores a donar productos para repartir a los necesitados.
Sin embargo, tienen que tomar todas las medidas de prevención para evitar el contagio y la propagación del COVID-19 a quienes van a apoyar porque parece que “va a salir más caro el caldo que las albóndigas”. 
Lo anterior en virtud de que en los centros de entrega de despensas no hay ningún control. La gente se concentra, se congrega, sin siquiera guardar la sana distancia, ya no se diga otras medidas de prevención.
En ese sentido, la organización es fundamental para que la buena labor no se convierta en un factor de propagación del virus.



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