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Mundo.- ¿Cómo desarrolla una planta el gusto por la carne? En la obra Little Shop of Horrors , todo lo que se necesita es una gota de sangre humana. Pero en la vida real, se necesita mucho más. Ahora, un estudio de tres plantas carnívoras estrechamente relacionadas sugiere que la mezcla genética diestra les ayudó a desarrollar la capacidad de atrapar y digerir comidas ricas en proteínas.
Las plantas carnívoras han desarrollado muchas formas tortuosas de atrapar presas. Las plantas de jarra, por ejemplo, usan “trampas de caída” que contienen enzimas para digerir insectos callejeros. Otros, como la atrapamoscas de Venus ( Dionaea muscipula ), la planta de noria acuática ( Aldrovanda vesiculosa ) y el rocío de sol ( Drosera spatulata ), que están estrechamente relacionados, utilizan trampas móviles. El rocío del sol enrolla su pegajosa plataforma de aterrizaje cuando los mosquitos son atrapados. Y el atrapamoscas Venus usa hojas modificadas, o almohadillas, que se cierran cuando un insecto aterriza, pero solo después de que las almohadillas detectan múltiples toques en sus pelos desencadenantes.
Para descubrir cómo evolucionaron estas trampas, los investigadores dirigidos por el biólogo evolutivo computacional Jörg Schultz y el biólogo de plantas Rainer Hedrich, ambos de la Universidad de Würzburg, secuenciaron los genomas de la rocío solar, la rueda de agua acuática y la trampa para moscas Venus, que están estrechamente relacionados . Luego compararon sus genomas con los de otras nueve plantas, incluida una planta de jarra carnívora y plantas de remolacha y papaya no carnívoras.
Hedrich y sus colegas concluyen que el carnivorio evolucionó una vez en el antepasado de las tres especies e, independientemente, en la planta de jarra. Al agregar estos dos nuevos orígenes a otros ya documentados, los investigadores concluyen que el consumo de carne ha evolucionado al menos seis veces.
“La fortaleza [de este estudio] es el análisis comparativo”, dice Maria Logacheva, científica de plantas del Instituto de Ciencia y Tecnología Skolkovo, que no participó en el trabajo. “Muestra muy bien cómo surgen los nuevos rasgos”.
Sin embargo, Victor Albert, un biólogo evolutivo de plantas en la Universidad de Buffalo, dice que el equipo de Hedrich no tiene suficientes datos para respaldar los dos nuevos orígenes, especialmente porque algunos genes esenciales para la depredación existieron en un ancestro anterior común a las plantas de jarra y los tres nuevos plantas secuenciadas Su equipo está secuenciando dos especies adicionales de rocío de sol para ayudar a aclarar lo que sucedió.
Pero Luis Herrera-Estrella, un genomicista de plantas en la Universidad Tecnológica de Texas, se complace en conocer los nuevos genes que ahora están vinculados al carnivorio. Él y otros pueden estudiar cómo se volvieron a cablear los genes para hacer posible el consumo de carne. De hecho, dice Hedrich, parece que la mayoría de las plantas ya tienen muchos de los genes necesarios. “El camino hacia el carnivorio parece estar abierto para todas las plantas”.
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