Una dramática situación pasó una familia de la comuna de La Granja esta semana. Uno de sus integrantes falleció de Covid-19, pero para peor el resto de sus parientes debió mantener el féretro en el interior de su casa durante dos días, ya que no podian salir de su casa porque estaban en cuarentena como sospechosos de coronavirus.
Eliana de Las Mercedes Ibacache, de 74 años, comenzó con malestares el domingo y falleció el martes por coronavirus. Solange Soto, su nuera, vive en el pequeño departamento de la población Yungay con sus dos hijos, de 8 y 10 años, y estuvo los dos días a cargo del cuerpo, ya que su marido e hijo de la fallecida está internado en el Hospital Padre Hurtado por Covid-19.
Solange no podía salir de la casa por ser contacto estrecho de estas dos personas y los vecinos se preocupaban de llevarle comida mientras el ataúd de su suegra seguía en el living del hogar.
El alcalde de la comuna, Felipe Delpin, explicó que el féretro de esta persona se quedó más de lo normal en la casa de esta familia porque desde la funeraria, el mismo martes, no lograron coordinar con un cementerio para sepultarla porque no había cupos.
“Ella (Solange) intentó hacer todos los trámites para sepultarla el día miércoles como le había dicho el cementerio, pero finalmente no pudo ser ese día porque ya tenía los cupos completos de sepulturas para ese día”, sostuvo el jefe comunal.
Ayer, a las 13:00 horas recién llegó nuevamente el servicio funerario con personal municipal para retirar el ataúd. Solange Soto, consternada, dijo que el dolor lo lleva ella sola y que su marido no tiene idea de lo ocurrido. “No le puedo contar”, sostuvo, arguyendo la delicada condición en la que él está.
La seremi de salud, Paula Labra, lamentó lo ocurrido y anunció que investigarán a los responsables de lo sucedido para levantar un sumario sanitario, apuntado a la funeraria y al cementerio.
