Zurdistán y el sesgo de confirmación… imposible avanzar así



Tengo que partir con una aclaración. Los términos que usaré en adelante, Derechistán y su gentilicio Derechistano/a y Zurdistán, con su gentilicio Zurdistano/a y todas sus derivaciones, los acuñó un gran intelectual y amigo, que me autorizó a usarlos.
Por lo tanto, me declaro Derechistano, perteneciente al país de Derechistán, pero ojo, con conciencia social, aunque le moleste a los Zurdistanos, porque parece y he insistido en esto anteriormente, que la conciencia social fuera patrimonio de Zurdistán… lo que querían.
Voy a hacer otra digresión que me recordó este mismo amigo, cuando lo llamé para solicitar su autorización para usar sus términos y para ello voy a recurrir a San Wikipedia, que hoy tiene más datos y más fidedignos que la Enciclopedia Britannica. Está bien, no faltará el Millennial o el Generación Z, que no sabrán de que va esto, pero créanme, la Britannica era el referente de información previo a la era digital y aunque se ha modernizado y hoy se encuentra en la web, no le llega ni al talón a San Wikipedia.
Pero volvamos a lo trascendente. Mi amigo ha concluido y lo comparto, que uno de los grandes problemas de la sociedad chilena es que padece del “sesgo de confirmación o sesgo confirmatorio”, que, como dice San Wiki, “es la tendencia a favorecer, buscar, interpretar y recordar la información que confirma las propias creencias o hipótesis, dando desproporcionadamente menos consideración a posibles alternativas. ​Se trata de un tipo de sesgo cognitivo y un error sistemático del razonamiento inductivo. También tienden a interpretar que las pruebas ambiguas apoyan su postura existente. Se ha invocado la búsqueda sesgada, la interpretación y la memoria para explicar la polarización de las actitudes, pero por este sesgo confirmatorio, un desacuerdo se hace más extremo o polarizado a pesar de que las diferentes partes están expuestas a las mismas pruebas; lo mismo pasa con la perseverancia de las creencias, cuando las creencias de las personas persisten, pese a que se ha demostrado su falsedad” y suma y sigue.
​Es evidente que el Zurdistán y el Derechistán chilenos padecen de esta enfermedad y de manera grave. Pero como soy Derechistano, me voy a referir a los Zurdistanos, que otra cosa podría esperar el lector, si algo de sesgo confirmatorio tengo pues, no soy perfecto. Así, en Zurdistán están convencidos, a pesar de las múltiples evidencias en contrario, que no existe conciencia social en Derechistán y que esta sólo se produce por conveniencia. ¡Falso, de falsedad absoluta!
Recientemente, el Ministro Briones ha propuesto un presupuesto para 2021 con base Cero. Bueno, pues Zurdistán se opone, con muy pocos argumentos válidos, más que el sesgo confirmatorio que la propuesta viene del Gobierno, Derechistano. Este mecanismo de elaboración fue presentado por Evópoli, el partido del Ministro, tiene entre sus primeros promotores al Senador Felipe Kast y tiene un objetivo claro, hacer desaparecer programas de Gobierno inservibles y que sólo responden a la Agencia de Empleos más grande Chile y al pago de favores políticos de todos los sectores y transformar dichos recursos, en beneficio para los chilenos más pobres y necesitados. Es decir, hacer más eficiente al Estado.
El diputado Giorgio Jackson manifestó que: “Sería crear falsas expectativas el decir que estamos pensando desde cero los presupuestos de cualquier ministerio, porque simplemente por las leyes comprometidas, personas contratadas, el artículo 21, que es todo el gasto en personal, y también los programas que no se pueden reducir por ley, estamos amarrados básicamente a cerca del 90 o 95% de presupuesto de arrastre y no se puede cambiar eso, comprendería una cirugía mayor, que no se está pensando en hacer. Y tampoco en términos políticos parece conveniente”. O sea, rechaza de plano la idea Derechistana y defiende programas inservibles y cargos regalados por compromiso, justo cuando vienen elecciones, el peor momento. Es cierto que muchos de ellos no pueden desparecer por ley, pero entonces uno se pregunta, ¿para qué está el Congreso? Al final, da lo mismo si los programas sirven o no y si llegan o no a los más necesitados. Una mezcla perfecta entre sesgo confirmatorio y politiquería electoralista… se ve mal la cosa.
Los datos no son muy recientes, pero lo que hay disponible, difícilmente ha cambiado mucho. El índice de Gini, que mide como se distribuye la riqueza de un país – le recuerdo que 0 es la distribución perfecta y 1 es cuando toda la riqueza está en una sola mano – en Chile varia, de 0.5 a 0.47, antes y después de impuestos, es decir, la pasada de las lucas por el Estado, iguala la distribución de la riqueza de los chilenos en un 6%. ¿Qué tal? Por Dios que mal lo hace el Estado chileno… En la Cadem del lunes, vimos que los chilenos nos queremos parecer a Nueva Zelanda. Bueno, en ese país, el Gini varía de 0.46 a 0.33, es decir, la pasada de las lucas por el Estado empareja la cancha en un 28.3%, mirado de otra forma lo hacen casi 5 veces mejor que nosotros. No es la panacea, pero es un cambio significativo y barren con nuestra eficiencia estatal. Los campeones mundiales, son Bélgica, que mejora un 44.8% antes y después de impuestos y Eslovenia, el país con mejor distribución de la riqueza del mundo, sin ser el más rico ni de cerca, que lo mejora en un 44.7%.
Es decir, estos Estados hacen la pega. Transfieren recursos a los más necesitados y ninguno que yo sepa es Socialista, son todos países Capitalistas, con economías de libre mercado, reguladas y fiscalizadas por el Estado, sin ninguna duda sobre el derecho de propiedad, con iniciativa privada y emprendimiento. Es cierto, la educación en todos estos países que lo hacen bien, anda por el 85% en manos del Estado, pero esa es discusión para otra ocasión, aunque no hay duda que está en el centro de todos nuestros problemas.
¿En qué quedamos entonces Zurdistán? ¿Dónde está el fundamento de la oposición, si el objetivo es ir en ayuda de los más pobres? ¿Dónde quedó la conciencia social?
De la boca pa’ fuera como decía mi abuelita. Hasta ahí llega la conciencia social, porque aquí hay que defender los cargos regalados por compromiso electoral y oponerse a la idea del otro meramente por sesgo confirmatorio. Cualquier cosa que se asemeje a conciencia social en Derechistán, se debe rechazar sin elaboración intelectual ninguna. Estamos hasta las masas…
 
 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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