Director de la División de las Américas de Human Rights Watch: “Esta reforma a Carabineros debió haberse hecho ayer”

Esta jornada el director de la División de las Ámericas de Human Rights Watch, Miguel Vivanco, conversó con Radio Cooperativa donde se refirió a la actual reforma de Carabineros.Vivanco afirmó que “esta reforma a Carabineros debió haberse hecho ayer, no hay que seguir esperando”.”Obviamente que un proceso de reforma constitucional abre toda una oportunidad para repensar la función de la institución, el carácter de la institución, y tratar de hacer esfuerzos por incluso cambiar la cultura de una institución que no está al día y que no opera al servicio de la ciudadanía, como debiera en una sociedad democrática”, aseveró.El abogado expresó que los funcionarios “en la práctica están simplemente actuando como un órgano represor. Yo me atrevería a decir que la moral al interior de los Carabineros no es precisamente muy alta, por los escándalos, por las denuncias que existen, por el maltrato, por las evidencias de constantes abusos”En esa misma línea, Vivanco declaró en el medio antes mencionado que “yo diría que el exceso en el uso de la fuerza es habitual, hay problemas muy serios en cuanto a la capacitación, al reclutamiento y a la falta de mecanismos eficaces de control en la conducta de Carabineros, tanto en el manejo de tareas de orden público, como también en otras tareas como la detención por control de identidad o el trato de los carabineros a las personas que llegan a una comisaría en calidad de detenidos, o están siendo trasladados a la comisaría”, sostuvo.Por otra parte, el director remarcó que “el rol del Presidente (Sebastián Piñera) es absolutamente central, porque esto requiere un liderazgo del más alto nivel”, pues prevé que la institución no estará de acuerdo con el cambio, ya que no estaría “acostumbrada a este tipo de procesos; Los rechaza, los resiente, se defiende”.”Está en juego la credibilidad de la institución y del Gobierno, para que en el menor plazo posible se puedan hacer las correcciones, que no es una cuestión de revisar los protocolos o asegurarse de que reciban cursillos sobre derechos humanos y los reciten en las salas de clases”, cerró.

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