Guamúchil, Sinaloa.- Movidos por la fe y la esperanza de un milagro, una familia originaria de ese municipio de Salvador Alvarado, Sinaloa, hizo una manda y emprendió una camina desde de la comunidad de Terreros para finalizar en la iglesia de Nuestro Santuario de Guadalupe. El motivo de este recorrido es agradecerle y mejorar la salud de sus seres queridos. Joel Sarabia, es un joven adulto que nació y creció en este municipio y que con el paso del tiempo formó una buena familia pero en su camino se ha tenido que enfrentar a diversas situaciones pero la que más le afecta es ver a sus hijos sufrir, es por eso que al enterarse de que sus dos hijos más pequeños sufren de autismo, le prometieron a la Virgen él y su esposa que harían este largo recorrido a cambio de que ella mejorara la salud de sus hijos pero en especial del más pequeño debido a que es quien cuenta con un problema más severo de habla.
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El año pasado fue la primera vez que se colgaron la imagen de la Virgen en el cuello y salieron desde el poblado de Terreros, con el único fin de pedirle a la morenita del Tepeyac que les ayudara a que su hijo mejorara con las terapias y los ejercicios que debía hacer, cosa que ha dado resultado ya que el pequeño Íker ha mostrado algunos avances favorables que si bien no han sido suficientes es un progreso que el menor tiene y con la fe puesta en las manos de Dios y la Virgen seguirán haciendo esta actividad hasta que el cuerpo y su salud se los permita.
“Este es el segundo año consecutivo que hacemos esta caminata, el año pasado vino mi esposa y este año me tocó a mi venir a cumplirle a la Virgen lo promesa que le hicimos”, comentó. El pequeño Íker ha mejorado, pero aún falta mucho por hacer es por es que seguirán en la lucha. Está comprobado que los padres hacen cualquier cosa por los hijos, no importa si esto implica caminar todo un día por lugares peligrosos o de extrema distancia, siempre y cuando sea para mejorar la situación de lo que más aprecian y valoran.
Familia durante la caminata rumbo a la ciudad de Guamúchil. / Fotografía: Daniel Ayala EL DEBATE
Afirmó que él y sus cuñadas tienen motivos diferentes para realizar esta caminata, pero tienen la misma misión, que es pedir mejor salud para sus seres amados. “Mis cuñadas decidieron iniciar con esta manda cuando la salud de mi suegra estaba crítica y gracias a los doctores y a la fe fue que se pudo salvar”, expresó. Este año también partieron de la comunidad de Terreros debido a otra promesa porque en esta ocasión su suegro fue víctima de Covid-19 y afectó gravemente su respiración al grado de depender de un respirador artificial por varios días. “Mi suegro se vio muy grave de Covid desde el mes de agosto hasta el mes de diciembre y ocupa respirador las 24 horas del día, pero gracias a Dios ya se lo quitaron y puede respirar por sí solo, entonces en agradecimiento y por la fe que tenemos nos unimos en esta meta para llegar a la casa de la Virgen de Guadalupe en Guamúchil”, comentó. Sus 4 cuñadas y él realizaron todo el recorrido con valentía y muchas ganas de cumplir con su palabra ante la Virgen de Guadalupe. Para que la caminata no se haga tan pesada se prepararon con algunos alimentos, agua y bebidas hidratantes, además de contar con la compañía de otros familiares a bordo de una camioneta quienes estaban siempre pendientes de lo que llegarán a ocupar debido a que la señal para los teléfonos celulares es muy difícil de obtener y no tendían como pedir apoyo en una situación de riesgo. Este grupo de personas se mantuvo firme y defendiendo su fe ante cualquier cosa y así fue como lograron pasar cerca de 10 horas caminando para poder llegar a la casa de la Virgen de Guadalupe en donde le agradecieron lo que ha hecho por ellos.
