¿Existe realmente en la industria? — Rock&Pop


El concepto de la cultura de la cancelación es uno de los más comentados de los últimos días. Y es que se reportaron múltiples casos donde actores, músicos y hasta personajes animados fueron «cancelados» por sus comentarios de odio o actitudes problemáticas. 
Sin embargo, ¿Cómo se traduce realmente esto en la industria? Y es que si bien existen despido o incluso la eliminación de ciertos personajes, muchos dudan realmente que esto tenga alguna validez en las críticas profundas que se buscan hacer de estos casos.
¿La más reciente víctima de la cultura de la cancelación?
Hace solo unos días se estrenó el trailer de la esperada secuela de ‘Space Jam’. Sin embargo, toda la atención se la llevó un personaje que ni siquiera saldrá en la película: Pepe Le Pew, quien sería la nueva «víctima» de la cultura de la cancelación.
Y es que, desde New York Times se cuestionó a este tipo de personajes, señalando que promovía la «cultura de la violación». En la serie original, el zorrillo confunde a una gata con una zorrilla y realiza múltiples avances sexuales pese a que este busca todos los capítulos alejarse de él.
Tras esto, se anunció que no aparecerá en Space Jam, aunque desde la película señalaron que no tenía que ver con el reportaje, sino con una decisión anterior. Así mismo, decidieron sacar al personaje de cualquier producción futura de Warner Bros.
Las reacciones
Así, las redes rápidamente saltaron a acusar que se trataba de otro ejemplo de la ‘cultura de la cancelación’, siendo que el personaje ni siquiera era tan popular en su instancia. Junto con esto, salieron otros personajes animados también cuestionados como el Maestro Roshi de Dragon Ball y Speedy Gonzalez.  
En conversación con Un País Generoso, Clau Cayo, del podcast No Sabes Nada, conversó respecto a las decisiones de grandes empresas de «cancelar» a estos personajes. Según señaló, es natural que actualmente se mire de forma negativa actitudes racistas, sexistas y de odio que eran normalizadas en esos años. 
Así mismo, señaló que es bueno que se den esos debates en torno al por qué ya no son aceptables estas actitudes. Sin embargo, aseguró que se debe hacer una relectura y que la comedia debe «aprender de sus errores» del pasado, para poder adaptarse al futuro. De esta forma, llamó a entender cómo estas son producto de un época, donde estas actitudes tampoco eran correctas. 
¿De verdad tiene un efecto la cultura de la cancelación?
Últimamente, pareciera más difícil que nunca generar un debate en torno a actitudes racistas, sexistas y derechamente de odio del pasado. Y es que el compromiso con la nostalgia ha hecho enojar a cada persona que se siente personalmente atacada por la «cultura de la cancelación».
Sin embargo, los ejemplos de cómo esto se demuestra en las industrias son variados y el uso de «cultura de cancelación» pareciera intentar disminuir lo que son serias acusaciones. Algunos fanáticos señalaron que se quiere cancelar a directores como Roman Polanski, quien sigue ganando premios y trabajando tranquilo, pese a estar acusado de violación.    
Roman Polanski triunfa en los Cesars

Algo similar ocurre con casos como el de Gina Carano. Y es que fanáticos de la actriz de The Mandalorian acusaron «cultura de la cancelación» por su despido de LucasFilm, una empresa privada con decisión propia. Hasta ella misma señaló que «no nos pueden cancelar si no los dejamos».  
Sin embargo, a solo un día de su despido, una productora de derecha estadounidense ya la contrató, asegurándole una carrera futura, con una fortuna neta de $8 millones de dólares. Así mismo, hizo preguntarse, ¿no es el derecho de una empresa el despedir a quien no comparte sus valores?
Uno de los casos más actuales es el del cantante de country Morgan Wallen. Y es que el músico fue visto diciendo una dañina palabra racista en contra de personas afrodescendientes. El artistas se disculpó, aceptando que era una actitud racista. Si bien algunos aseguraron que era otro ejemplo de la «cultura de la cancelación», el músico lleva semanas en el número 1, con uno de los discos más vendidos del año.
Similares son casos de Marilyn Manson o Armie Hammer, donde quienes los acusan de actitudes sexuales abusivas no llaman a cancelarlos, sino que comparten sus propios relatos. Cabe recordar que el abuso sexual es un tema legal, no solo una «cancelación» de Internet. 
Así, cabe preguntar si es que realmente estas dichas cancelaciones tienen un efecto real en la industria más allá del que un dibujo animado de hace años no aparezca en una película secuela de una comedia de los noventa.
Además, abre el debate sobre cómo podemos ver e interpretar aquellos que antes disfrutábamos y hoy nos pone incómodos, tal como señala Clau Cayo, en búsqueda de poder reestructurar la comedia y contenidos en espacios donde nadie se sienta desplazado ni atacado.
 



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