El discurso político de la antipolítica



Ya nos encontramos en el año 2021, ya estamos -otra vez- en un proceso electoral en Sinaloa, ya casi se cumplen 4 años de que Andrés Manuel ganó la elección presidencial, con ello; el anuncio de la muerte de la política tradicional y el declive del sistema como lo conocíamos, para dar lugar al surgimiento de otro nuevo régimen, uno desconocido para todas y todos que prometía o promete todavía la tan anhelada reforma al poder.La política, es una actividad con una amplia labor de venta mediante el discurso, es claro que las decisiones de las personas que llevan a votar por uno u otro candidato en gran medida se origina por el espectáculo de palabras que una política o un político diserta, ya sea en mítines, reuniones o incluso en el desahogo de sus ideas por redes sociales.
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Una idea que ha vendido mucho electoralmente y que se ha convertido en la antítesis de la política es el discurso que busca eliminar las ideologías, las costumbres partidistas, evidenciar los errores y las malas prácticas. Es decir: hacer política saboteando la misma política .En el año 2000, escuchamos a Vicente Fox prometer un cambio, su discurso en la toma de posesión presidencial anunciaba un pacto de la sociedad con la misma sociedad, la alternancia prometía surgir la primavera árabe mexicana, el desenlace ya todos los conocemos.En el 2010 en Sinaloa, Mario López Valdez repitió el patrón. Por primera vez en la historia Sinaloa había dicho no al sistema político tricolor y dado paso a nuevos actores políticos, o al menos esa era la promesa.2018 y aceptamos a un Andrés Manuel anunciando la 4ta Transformación del país, su narrativa versa en el cambio, en nuevas formas de hacer política, en la sepultura de la misma política como la conocemos para dar paso a un nuevo episodio de nuestro país.¿Pero, es en realidad un cambio el que este discurso nos ofrece? ¿O el discurso político de la antipolítica sólo ha servido para disfrazar la oferta en la vitrina?Los componentes del discurso político, son en medida del mensaje que se quiere dar, y como quieres que este sea recibido. Para llegar al poder, esta herramienta es letal e indispensable en todo candidato, o candidata.El uso del Storytelling en la actividad política cada día es más recurrente, inventar historias sobre villanos y héroes es el pan de cada día. Y ante más y mejores herramientas de comunicación la ciudadanía queda atrapada en estas historias, obligadas a elegir un bando, a ser aliadas de quienes combaten a la mafia del poder, o defensores del status quo pero nadie, absolutamente nadie deja de participar en esta narrativa.Hacer política con la antipolítica es la más ruin de las maneras de llegar al poder, prometer algo que no puedes cumplir o que incluso no sabes cómo hacerlo, peor aún.Sin embargo en este camino por descubrir lo que los adversarios políticos hacen mal y evidenciarlo, nos permite desenmascarar verdades que nos han vendido como legítimas, la antipolítica oxigena, destapa cloacas de corrupción, de nepotismo, de delitos propios del poder, libera a la sociedad despolitizada.Y es en esta búsqueda por el poder de políticos y antipolíticos, que nos revelan a la persona común de que están hechos, el ciudadano promedio funge cada elección como un espectador de la pelea entre unos y otros, esperando por lo menos a ver quien es el menos peor y a quien le vamos a encargar el futuro de nuestra nación, algunos diciendo que continuarán con lo que se ha venido construyendo nos prometen un mejor Gobierno, otros sacando a relucir los errores de los antepasados y enjuiciando a sus rivales, pero con conocimiento de causa o sin ella nos ayudan a evidenciar lo que ya todos sabemos, que la antipolítica es un lobo disfrazado de oveja, y que al final, casi todos son iguales.Nos vemos en la próxima.



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