Escuelas sin baños y con grietas dudan volver a clases el 7 de junio



Antes de la pandemia, la primaria Francisco Villa tenía goteras en el edificio de la dirección, una de ellas era tan grande y molesta que las cubetas fueron insuficientes. Por eso optaron por pegar con silicón un tubo de pvc al techo y, simulando una tubería, lograr que el agua cayera fuera de la oficina.
Ahora saben que esas oficinas tuvieron un proceso constructivo obsoleto en el cual la loseta se rellenaba con enladrillado pero que con el tiempo acumuló agua de tal manera que la única solución será quitar ese relleno y ponerle un impermeabilizante prefabricado.
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Por eso desde este viernes, tres albañiles y una arquitecta están concentrados en esa intervención –a cargo de la Secretaría de Obras de la Ciudad de México– como parte de las acciones de rehabilitación de las escuelas para el regreso a clases presenciales a partir del 7 de junio, como anunció la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, este no es el principal problema de la escuela enclavada en colonia Francisco Villa, en Iztapalapa. Lo más grave es que no funciona ninguno de los siete sanitarios y sus respectivos lavabos, debido a que las tuberías ya cumplieron su vida útil, y eso ni siquiera se debe a un año sin usarse, sino a la falta de mantenimiento durante años.

“Sabemos que el recurso que necesitamos es mucho, pero los baños son una prioridad. No podríamos dar el servicio necesario ni indicado, por salud y por toda la contingencia”, explica la directora, Janette Montoya, en entrevista con Animal Político.
La escuela atiende a 400 estudiantes en el turno vespertino y aún cuando el plan de regreso previsto por el gobierno capitalino sea sólo atender a la mitad por día, significarían 200 alumnos más el personal administrativo, docente y de limpieza. Por lo tanto, los padres de familia y autoridades deberán definir si existen las condiciones para volver a actividades con una escuela sin servicio de baños y lavabos, sobre todo en medio de la pandemia cuya principal recomendación es el lavado constante de manos.
La última intervención en la infraestructura de esta primaria ocurrió en 2019, cuando el recurso del gobierno federal alcanzó sólo para habilitar el baño de la planta baja, pero según la arquitecta Yazmín Tapia quien está haciendo la evaluación estructural, el inmueble tiene al menos 10 años sin mantenimiento.
“Se requiere impermeabilización en el edificio de aulas y dirección, rehabilitación de los siete núcleos sanitarios que no están funcionando por las carencias que tienen los ductos; las instalaciones eléctricas necesitan cambio del cableado y cambiar gabinetes y poner malla ciclónica y pintura”, explica la arquitecta Tapia.

Sólo por el cambio de toda la instalación sanitaria llevaría al menos mes y medio trabajando a marchas forzadas y con los recursos suficientes que, en un cálculo conservador, podría ascender a 600 mil pesos.
Cuando la directora Janette Montoya escuchó en voz de la arquitecta que la reparación de los baños deberá ser integral y, por tanto, costosa, se preocupa aún más. “De dónde vamos a sacar ese dinero para eso”, dice.
Por eso, no duda en pedir ayuda frente a la cámara en la que respondió a esta entrevista. “Sabemos que no somos la única escuela y agradecemos el apoyo (por la losa), esto suma, pero les pediríamos el apoyo para que nuestra comunidad realmente se sienta en condiciones seguras”.
Al recorrer la escuela efectivamente la filtración lo ha alcanzado todo. Las lámparas están oxidadas, los techos húmedos han botado la pintura y los baños están cubiertos por capas de polvo; pese a que los inodoros y azulejos son relativamente nuevos, sin agua resultan simplemente inservibles.
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Las intervenciones
Tras el anuncio del regreso a clases, el gobierno de la Ciudad de México recibió el diagnóstico de 2 mil 773 escuelas de educación básica y, con base en ello se determinaron las acciones urgentes para atender en las próximas dos semanas.
Entre las principales necesidades está la fumigación, solicitada por 126 planteles; 122 pidieron rehabilitación de bardas y 97 impermeabilización y 29 planteles están contemplados para mantenimiento mayor, aunque ahí no se encuentra la primaria Francisco Villa.
El Instituto Local de la Infraestructura Física Educativa de la Ciudad de México dispondrá de 120 millones de pesos de presupuesto para estas rehabilitaciones. De ello, 25 millones serán para bardas; 10 millones de pesos para impermeabilizar y 85 millones de pesos para el mantenimiento mayor.
El preescolar Batalla de Puebla sí fue incluida para reemplazar su barda perimetral, afectada desde el sismo de 2017. Estos cuatro años no ha sido reparada y, para evitar algún percance, pusieron una malla ciclónica a dos metros de la barda para que los niños no se acercaran.
Sin embargo, las necesidades aquí también son mayores y no son por la falta de uso tras un año de confinamiento por la pandemia de coronavirus, sino sobre todo a la falta de reparación tras el sismo hace cuatro años, que dejó el piso del patio agrietado e inservibles el chapoteadero y el arenero.
Las escuela tiene 35 años de vida y atiende a más de 200 alumnos, pero tampoco estarían seguros de ofrecer servicio de agua puesto que el área donde se encuentra la cisterna y los tinacos también necesitan reparación o podrían colapsar.

Y con más fenómenos naturales, las afectaciones siguen. Tras el sismo del año pasado, las puertas de los salones también se descuadraron y las losetas de los salones están agrietadas, lo mismo que las jardineras del patio central.
Las autoridades de la escuela tampoco están seguros de regresar a clases presenciales bajo esas condiciones, aunque los padres de familia confían en que la infraestructura se ve bien y es segura.
Ana Lilia, madre de una alumna, dice que sí la mandará a clases porque “está muy estresada en la casa y como es su último año requiere de esa adaptación con sus compañeros porque entrará a otra escuela y le va a costar trabajo adaptarse, pero si hay instrucciones de que no está en buen estado, tendré que acatarlo”.
Éstas escuelas son algunas de las que están siendo rehabilitadas previo al regreso a clases y de las que Benito Nadales Rómulo, supervisor de obra, está reportando desde el 14 de mayo.
A su cargo están 30 escuelas para impermeabilizar, bardas perimetrales, daños mayores e instalaciones eléctricas que deberán estar listas en un periodo de 25 a 30 días. Sin embargo, las escuelas reportan que ningún orden de gobierno les ha dado mantenimiento en los últimos cuatro años y sus necesidades son mayores, por lo que el cumplimiento de metas parece difícil y el plazo para el regreso a clases vencerá en dos semanas.
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