El presidente de Clínica Las Condes (CLC), Alejandro Gil Gómez, de 73 años presentará una acusación en el Ministerio de Salud por la pérdida de vacunas, tras sospechar irregularidades en el vacunatorio.Según indicó el diario La Tercera, esta arremetida de la clínica es calificada como un “contraataque” tras las críticas recibidas por la tercera dosis que se aplicó en el recinto médico que preside, y cuya accionista controladora es su pareja, Cecilia Karlezi Solari mediante el Grupo Auguri.Recordemos que tras conocerse el hecho, el gobierno presentó una denuncia ante la Fiscalía Oriente de la Región Metropolitana por el presunto delito de apropiación indebida.Uno de los hombres más cercanos a Gil y gerente general, Jerónimo García, está a cargo de la auditoría. García explicó que encontraron una “serie de irregularidades” con respecto a la eliminación de vacunas y que pondrán “los antecedentes a disposición del Minsal para que realice la investigación respectiva”.Lo que levantó las sospechas de la clínica fue un acta efectuada el 2 de julio del presente, que refiere la eliminación de vacunas por parte de Leticia Ortiz, ex jefa de los Servicios Ambulatorios de la institución.Según el documento, ese día la profesional eliminó cuatro vacunas provenientes de un determinado lote, las que caducaban el 31 de octubre del presente año.En el acta, que tiene la firma de Ortiz, señalan que “quedan vacunas preparadas al final del turno y se eliminan por pérdida de estabilidad”, lo que se refiere a los cambios de temperaturas.Desde Clínica Las Condes explicaron que Ortiz presentó su renuncia ante notario y firmada el 6 de julio, cuatro días después de la eliminación de las vacunas.Por los hechos anteriores, la clínica decidió efectuar una auditoría que se encuentra en curso y las sospechas apuntan a la encargada del vacunatorio. Tampoco descartan la participación de otros funcionarios involucrados en esta presunta vulneración de protocolos.Creen que las vacunas del acta no fueron eliminadas sino que aplicadas a personas no habilitadas por el cronograma de vacunación para recibir las dosis. También barajan la opción de que pudieron ser comercializadas a pacientes “VIP” y cercanos al cuerpo médico.
