Conoce cuatro pasos efectivos y sencillos para crear buenos hábitos digitales en los niños


¿Cuántos niños chilenos tienen un celular propio? Puede que hasta hace unos años la respuesta a esa pregunta haya sido incierta, pero en 2020 el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, la Subsecretaría de Telecomunicaciones (SUBTEL) y VTR presentaron un estudio que reveló cifras al respecto.Según la investigación, el 86% de los menores entre 10 y 13 años tiene un teléfono, y entre ellos el uso más popular para el dispositivo es jugar.La cifra toma mayor relevancia si se contrasta con otra surgida en pandemia: un informe de la Comisión Económica para América Latina detalló que desde la irrupción de la emergencia sanitaria, el tráfico de sitios web y uso de aplicaciones relacionadas al teletrabajo y educación aumentó el uso de internet en más de 324%.”Eso representa una situación muy compleja para los niños, porque ellos no tienen aún desarrollada la autorregulación, no tienen los límites claros”, advierte Claudia Sepúlveda, psicóloga en Centro Monteverde del Business Center Puertas de Chicureo.Para la especialista, uno de los riesgos asociados a esa sobreexposición guarda relación con el posible abuso por parte de los menores de espacios superficiales y recreativos como redes sociales y videojuegos.”Siempre un ser humano va a tender a buscar cosas más placenteras que cosas que cuesten más”, explica. Luego agrega: “La cantidad de información circulante en internet también es un tema, en el sentido de cómo el niño selecciona y busca cosas que valgan y otras no. También existe riesgo cuando se usan datos personales con fines desconocidos”.En ese punto coincide María Paula Izquierdo, Marketing Manager de CleverIT, quien suma que mientras más tiempo los niños pasen en internet, más riesgos hay. “El internet no es algo distinto a una plaza, va a haber gente que está ahí para disfrutar y para pasar un buen rato, y va a haber gente que está ahí con malas intenciones. Entonces es importante que el niño entienda esto, que tiene que comportarse en internet como lo haría en una plaza”, comenta la especialista.BeneficiosPese a los riesgos, el acceso a internet representa también una serie de oportunidades y beneficios para los niños.”Es cierto que con esto podemos estimular el desarrollo y el uso de destreza en cuanto a colaboración, comunicación e interacción con los demás. También, hay acceso a información y conexión a distintas culturas, tecnologías y conocimientos del mundo”, apunta Claudia Sepúlveda. “Los beneficios a mí me parece que son muchos, tanto en internet como en las redes sociales. Los niños pueden conocer gente que se parece a ellos, hacer comunidad con niños que de otra forma no conocerían. En estos juegos hacen conexión con niños de otros países, que hablan otros idiomas, que tienen otras culturas, y cuando todo está siendo supervisado y en un ambiente sano, me parecen lugares maravillosos para conectar y aprender”, complementa María Paula Izquierdo.Por esto, ambas especialistas plantean que más que prohibir su uso, es importante generar en los niños hábitos para un correcto consumo de estas plataformas.Para hacerlo es importante comenzar estableciendo límites. “Es necesario que los padres fijen límites en términos de horarios. También saber qué plataformas, software y aplicaciones están usando nuestros niños”, dice Sepúlveda. “No basta con decirle cuántas horas puede pasar en internet y cuántas no, sino también mostrarlo con el ejemplo”, agrega Izquierdo.En paralelo, propone la Marketing Manager de CleverIT, se debe considerar tener una conversación con los niños de manera de ilustrar de manera concreta la realidad de internet. ” Qué personas hay en internet, cuáles son los riesgos cuáles son los peligros, por qué son peligrosos. Y que sepan que tienen que cuidarse de ciertas personas, qué pueden o no decir en el internet, qué es lo que se comparte y qué es lo que no se comparte. Esa conversación tiene que ser muy honesta”, explica.Otra recomendación es compartir con el niño mientras está en internet. “Ver qué es lo que ve, qué tipos de contenidos consume, qué tipo de creadores está siguiendo, qué mensajes está recibiendo, cómo se expresa, qué lenguaje usa. Eso es muy importante porque te va a dar muchos insights de lo que él tiende a consumir cuando no estás”, comenta Izquierdo.Con eso claro, un último paso para crear buenos hábitos digitales es darle valor a la interacción offline. “Hay que darle espacio a la interacción frente a frente, que entiendan que eso tiene un valor y un peso distinto”, cierra Sepúlveda. “Los videojuegos y las plataformas online pueden incluso llegar a enriquecer las instancias de juego offline, replicando las dinámicas de trabajo en equipo y resolución de problemas aprendida”.



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