¿Por qué el Pilar Solidario no es solidario? Aprendizajes para futuros sistemas



Una de las discusiones actuales más relevantes hacia el largo y mediano plazo es respecto de los sistemas de Seguridad Social, destacando especialmente el tema del sistema de pensiones; en dicho contexto, es importante repasar algunos conceptos sobre el llamado “Pilar Solidario”, compuesto por la Pensión Básica Solidaria (PBS) de Vejez o Invalidez, y el Aporte Previsional Solidario (APS) de Vejez o Invalidez, en específico, los conceptos de solidaridad y Asistencia Social, importantes al momento de proponer nuevas instituciones de Seguridad Social.
La Asistencia Social es una rama de la Seguridad Social, que consiste en aquella actividad de carácter público -financiamiento con cargo del Estado-, a veces integrada con colaboración privada, “que mira a prevenir o eliminar el estado de necesidad o insuficiencia que pueda verificarse en el individuo, su persona física, en su sustento vital o en su desarrollo moral, intelectual o productivo, especialmente cuando no intervenga o intervenga insuficientemente el sistema previsional” (Novoa, 1977). Tiene una relevancia en sí misma, pocas veces destacada.
Por su parte, la solidaridad es un principio de la Seguridad Social, es decir, una idea que inspira a todo el sistema, independiente de cuál institución o rama en particular se trate -sistema de salud, de pensiones, de enfermedades profesionales, de cesantía, seguro o asistencia social, etc.-
Dicho principio establece que, en los sistemas de Seguridad Social “quienes ganan más, aporten más” de modo que ese aporte, unido al de los demás, “permita enfrentar los estados de necesidad que pueda tener que enfrentar el cotizante u otros individuos” (Lanata 2015), por lo que se utiliza dicho al financiamiento de mejores prestaciones generales, y no para el afiliado en particular. Esta situación se da de cierta forma, por ejemplo, en el sistema de FONASA.
Sin embargo, el llamado “Pilar Solidario” no cumple con esa lógica o principio, teniendo más bien características de Asistencia Social de aporte estatal, por lo que en realidad sería un “Pilar Asistencial Estatal”. Esto pues, con la reforma que estableció estas pensiones asistenciales, se mantuvo que cada cotizante del sistema de pensiones cotiza para su cuenta particular, por lo que no hay solidaridad en el sistema; lo anterior, en cuanto el mayor aporte que realizan los que “ganan más” no repercute en mejores pensiones para todo el sistema, sino sólo eventualmente en una mejor pensión particular.
Esto resulta importante, pues con el establecimiento del Pilar Solidario se buscaba dar cumplimiento por parte del Estado de Chile de los principios de Seguridad Social como universalidad, y recomendaciones y acuerdos internacionales de Seguridad Social que establecen la obligatoriedad de que el sistema otorgue prestaciones universales, es decir, que todas las personas, hayan cotizado o no, puedan acceder a los beneficios del sistema.
En ese contexto, en lugar de utilizar dicha oportunidad para establecer un verdadero sistema solidario, o al menos con ciertas características de solidaridad, o haber planteado un “Pilar Asistencial” que hubiese al menos obligado a las AFP a pagar con parte de sus utilidades y ayuda estatal el financiamiento de pensiones universales, o a contribuir en el financiamiento de pensiones universales, al contrario, dicha carga fue asumida en su totalidad por el Estado, sin cargo alguno para las AFP, es decir, sin solidaridad alguna, con cargo del presupuesto general, lo que parece injusto e incomprensible en un sistema que produce grandes ahorros y utilidades, pero a la vez, malas pensiones en general.
De esta manera, en cuanto a elementos conceptuales, es importante destacar que el Pilar Solidario forma parte de la Asistencia Social pero sin una lógica de solidaridad, pues el Estado se hace cargo del total del financiamiento de estas pensiones, pero los cotizantes que “ganan más” no aportan directamente a financiar mejores pensiones para todo el sistema.
Como se mencionaba, comprender mejor los conceptos como solidaridad y Asistencia Social, permitirá plantear de una mejor manera nuevos sistemas y políticas públicas de Seguridad Social; entendiendo que, por ejemplo, propuestas presidenciales relacionadas a la previsión o “sistemas de cuidados”, entre otros, ha dejado de lado una mirada de Seguridad Social, que es desde donde debería entenderse el problema.
 
 

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