Este último tiempo ha estado marcado por el avance y logros de las mujeres en distintas disciplinas deportivas, un ejemplo de ello es la clasificación que logró el equipo femenino de balonmano, Italiano BM, al Panamericano de Clubes.
Este hecho se produce luego de la participación del equipo en la Liga Nacional de Balonmano, donde lograron convertirse en campeonas de la temporada. “Nos preparamos todo el año para esta instancia, por lo que es muy emocionante logar este triunfo”, señaló la goleadora del partido y ganadora del premio mejor jugadora central, Valeria Carrasco.
Cabe destacar que este logro y avance no ha sido el único que ha experimentado la disciplina del handball en nuestro país. Durante octubre del año pasado, la Roja femenina participó para clasificar al Mundial de Balonmano de España, aunque no lograron derrotar a sus rivales, si demostraron un alto desempeño, visibilizando cómo este deporte y las mujeres que lo practican pisan fuerte y seguras.
Sin embargo, aún con las destacadas participaciones de distintos equipos femeninos en este deporte, una de las principales críticas es la poca visibilización de la profesionalización que han logrado las jugadoras chilenas.
Actualmente más de una decena de jugadoras compite en las ligas europeas de balonmano, algo que si sucediera con equipos masculinos, sería viralizado en poco tiempo. Sobre esto, la integrante de la selección adulta femenina, Francisca Parra comentó a La Tercera que “el que haya tantas jugadoras en el extranjero se debe a que en Chile es muy difícil desarrollarse como deportista y como handbolista’’.
Otra crítica es la poca información que existe en nuestro país para aquellas que deciden practicar esta disciplina. Por ejemplo, la portera de la selección femenina, Antonella Piantini comentó en una entrevista que cuando empezó a jugar handball, ni siquiera sabía que se podía ir a jugar fuera del país. Cuando se enteró de que podía aspirar a salir, “me cambió toda la mentalidad”.
Aún con todas estas brechas, las jugadoras opinan que existe una mejor formación a equipos juveniles en relación con cómo era todo hace 10 años, además proyectan que con la profesionalización de las jugadoras chilenas en Europa, será una oportunidad para las próximas generaciones y su desarrollo en la disciplina.
