Diez consejos para aumentar la productividad


Para mantener o incrementar tu productividad si trabajás en casa, es importante adquirir algunos hábitos que te ayuden a eliminar interferencias de la vida hogareña, a controlar la procrastinación y sobre todo, a permitirte las pausas necesarias para mantener tu nivel de desempeño. Por eso, diez consejos de Gabriela González Alemán, neurocientífica, Dra. en Genética del Comportamiento y fundadora de Brainpoints (@brainpoints):
Planificá tus tareas el día anterior y establecé prioridades. Es útil dividir las tareas en importantes y no importantes y en urgentes y no urgentes. Las importantes y urgentes debés ponerlas en los primeros lugares de tu lista de tareas y conviene que las hagas vos mismo. Las importantes pero que no son urgentes, si podés, delegalas. Revisá las que no son importantes y tratá de descartar todas las que puedas.  
Terminá lo más difícil e importante durante las primeras horas de la mañana. Para eso, es importante que postergues, hasta un horario que hayas determinado a tu conveniencia, revisar tu correo electrónico. Muchos no advierten que, al revisar el correo como primera actividad, ponen por delante de las propias, las prioridades de los demás. Para que tu día se desarrolle de acuerdo a tus prioridades, tus correos deben esperar a que llegue el horario previsto para revisarlos.  
Decidí qué cantidad de tiempo vas a invertir en reuniones. Que tu día no se disipe entrando y saliendo de reuniones virtuales. Si cubriste el cupo de hoy, pasá las demás reuniones para los próximos días. (¿cuantas reuniones por día es aconsejable?)
Si tu actividad requiere de la generación de ideas o de la resolución de problemas, es útil que dispongas de un tiempo para estas tareas cuando empezás el día de trabajo. Tu momento más creativo es la mañana. Dejá estas las tareas automáticas últimas para el final del día.
Disponé de un espacio específico para trabajar o de diferentes rincones de la casa para tareas específicas. Por ejemplo, podés usar un sillón en especial para determinado tipo de trabajo, un rincón específico para las reuniones virtuales, u y otro espacio para escribir o graficar a mano. Esto te va a ayudar a setear tu mente correctamente y de manera inmediata para cada actividad. 
Tené en cuenta la iluminación y la ventilación de tu espacio de trabajo. Decoralo con plantas. El verde mejora el estado de ánimo y la calidad de vida. Recordá que tu productividad depende mucho del nivel de confort que logres para hacer tus tareas. 
En general, la atención no puede mantenerse por más de 20 o 30 minutos. Es ideal que cada media hora, te levantes, camines, te prepares algo para tomar o hagas una pausa activa. Te va a ayudar a renovar tu nivel atencional. 
Cada dos horas, permitite un descanso de 20 minutos. Desconectate. Salí a la calle, meditá, podés ver un documental corto, o leer algo que te interese pero que no se relacione con tu trabajo. Descansar aumenta enormemente la productividad. De hecho, si tu trabajo te lo permite, 40 minutos de siesta antes de las 3 de la tarde te van a renovar por completo y te van a ayudar a mejorar el sueño nocturno. 
Si trabajás en equipo, mantené el contacto con tus compañeros de trabajo. Que la interacción no se limite a lo laboral. Tené presente los cumpleaños, las salidas y las situaciones de vida de los demás. Compartí todos los momentos que puedas. Estrechar lazos entre compañeros, mejora la interacción y la comunicación en el ámbito laboral.
Por último, evitá las redes sociales. Es útil suspender los avisos para que no interfieran constantemente con las actividades de trabajo. Las redes están diseñadas para darte una retroalimentación inmediata. Tu cerebro interpreta esto como una recompensa y tiende a conducirte a abrir las redes una y otra vez. Descartalas de tu día de trabajo. Si trabajás utilizandolas, concentrate en los aspectos de las redes que están relacionados con tu trabajo. 



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