Madres de migrantes desaparecidos acuden a toma de muestras



Graciela Gutiérrez busca desde hace 13 años a su hijo, Juan Manuel Chávez, desaparecido a los 23 años el 1 de marzo de 2009, tras salir de San Martín Cuautlalpan, municipio de Chalco, Estado de México. Este lunes, fue la primera en llegar a la brigada de toma de muestras referenciales, que arrancó tras la reciente aprobación para crear el Centro Nacional de Identificación Humana. 
Solo con unos cuantos minutos de diferencia, también llegó la XVI Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos. Con ellas venía Rebeca Ernestina Arteaga, del departamento de Choluteca, Honduras, que busca a dos de sus hijos, Abel Isaías y Wilmer Jesús Betancourt, desde hace casi 10 años, cuando tenían 26 y 30 años. Ambos desaparecieron en su tránsito de Veracruz a Estados Unidos, cuando intentaban regresar después de haber sido deportados una primera vez.
A Rebeca Ernestina ya le habían tomado una muestra genética antes, en Honduras, al igual que a otro de sus hijos y a su nieto, hijo de Wilmer. Lo hizo un grupo de antropólogos de Argentina. Pero este lunes no quiso dejar pasar la oportunidad de hacerlo en territorio mexicano, para aprovechar la brigada de toma de muestras referenciales que anunció la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) y a la que llegó alrededor del mediodía, con las otras 45 mamás, papás y familiares de migrantes desaparecidos que forman parte de la caravana.

Graciela, por su parte, recuerda que ha dado muestras en todos lados, sin ningún resultado: “He ido a varias partes, he tenido varias tomas; me uní a un colectivo de madres buscadoras y nos fuimos a la brigada nacional de Sonora a Tijuana. Ahí tuve ya una muestra pero fue al norte; entonces, creo que es bueno hacerlo aquí en el estado; sigo en la búsqueda”.
Este lunes, casi ni sintió el pinchazo. Después de firmar un consentimiento y de que el personal de la CNB le explicara que tomarían siete u ocho gotas de sangre, aunque podía salir un poco más, simplemente contestó: “Para las mamás, no importa”. Le sorprendió, además, ver en el registro de personas desaparecidas una foto de Juan Manuel que ni siquiera ella conocía, probablemente de algún trámite oficial. A la pregunta expresa, le contestaron que obtener su perfil genético tomará alrededor de seis meses, y que para una posible identificación no hay un tiempo determinado. 

“Entonces (cuando desapareció su hijo), nunca tuve apoyo de las autoridades, siempre me pedían hasta para la gasolina y yo no tenía, siempre mis familiares me apoyaron en ir a buscarlo en los semefos, en las cárceles; a donde me decían que habían encontrado personas, iba, y nunca tuve resultados. Sigue desaparecido”, lamenta Graciela.
En entrevista afuera del número 102 de la calle Londres, donde se ubica la brigada para la toma de muestras, la comisionada nacional de Búsqueda, Karla Quintana, subraya que siempre se privilegia la búsqueda en vida, pero ante la crisis en materia forense, que implica que existan por lo menos 52 mil personas fallecidas sin identificar en México, “es muy importante poder regresarles a casa; si es sin vida, que sea con todas las medidas de dignidad y de protección de la información para las familias”.
Evitar más fragmentación de datos, el objetivo
Esta brigada, cuya información se concentrará en el Centro Nacional de Identificación Humana una vez que se ponga en marcha, apunta a evitar más fragmentación de la información. “Lo que queremos en este momento es recordar la importancia de compartir información, y recordar que la desaparición no respeta fronteras; por lo tanto, tenemos que compartir. Si no, no vamos a poder encontrar a las personas”, explica Quintana.
El Centro Regional de Identificación Humana de Coahuila, que ya trabaja con el enfoque de identificación masiva que se plantea para el Nacional, ha recuperado ya, según Quintana, más de 750 cuerpos de fosas comunes de diferentes panteones municipales, y recopilado más de mil muestras referenciales principalmente en Coahuila, pero también mediante brigadas en Nuevo León y Durango. 
La próxima entidad para tomar muestras referenciales destinadas al Centro Nacional podría ser Jalisco, donde desde hace tiempo se trabaja en implementar el enfoque de identificación masiva. A finales de mayo, la CNB iniciará la primera exhumación de cuerpos en esa entidad en una fosa común, a la que seguiría la toma de muestras de familiares. La idea es continuar con los lugares donde ya existen centros de resguardo de cuerpos, como Jalisco, Michoacán, Tamaulipas, Veracruz y, próximamente, Sonora, Sinaloa y Nayarit.
“Esto es muy importante porque uno de los temas principales que vamos a hacer es recuperar cuerpos de las fosas comunes, y lo más importante es tener dónde ponerlos después de que se les vuelve a analizar. No podemos, y no queremos, regresar a nadie a una fosa común”, señala la titular de la CNB.
Además, remarca que el Centro Nacional no será un servicio médico forense nuevo. Lo diferente es que está dirigido exclusivamente a personas desaparecidas y con un enfoque masivo, que no busca identificar uno a uno, sino a todas las personas sin vida que no han sido identificadas frente a todos los grupos familiares que buscan a una persona desaparecida. El sistema forense tradicional no trabaja así, ni en México ni en ninguna parte del mundo.
“El sistema masivo ha tenido que ser creado ante crisis como las que tenemos, por ejemplo, en la ex Yugoslavia, en Guatemala, en Argentina, en Chile; ya ha sido probado que funciona para este tipo de casos, y nos permitirá avanzar de manera muy rápida. No hay tiempo. Es importantísimo ver esta cadena de centros regionales, con el Nacional, de una manera dirigida exclusivamente a buscar la identificación humana de personas desaparecidas”, señala.
Recuerda que el Banco Nacional de Datos Forenses, de acuerdo con la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, le corresponde a la Fiscalía General de la República (FGR), desde que la norma fue publicada en 2017. Animal Político publicó que este no ha sido creado en más de cuatro años.
Ese banco tendría que ser alimentado por los servicios forenses del país, que en su mayoría son parte de las fiscalías —a excepción de casos como la Ciudad de México, Guerrero o Jalisco—. Un gran número de ellos necesita más recursos y personal. La información que hasta ahora tiene la CNB, por parte de la FGR, es que el banco se está construyendo y que en el próximo año o dos años estará en funcionamiento. 
“Lo que nosotros queremos no es una base paralela, estamos en contra de la fragmentación de la información por la naturaleza del fenómeno de la desaparición; las muestras que tomemos podrán ser compartidas, con la debida privacidad, con las fiscalías para poder tener las mayores coincidencias posibles”, asegura Quintana.
El dictamen aprobado por el Congreso para crear el Centro Nacional de Identificación Humana establece que para su operación no contará con recursos propios este año, sino que su puesta en marcha dependerá de un subsidio federal ya autorizado que se destina a las comisiones de búsqueda estatales, y que hasta ahora ha sido insuficiente, según ha señalado el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU.
Ante esto, la comisionada afirma que, por lo pronto, empezará a trabajar con el presupuesto de la CNB, pero que la aprobación era fundamental en este periodo para poder gestionar más recursos para el próximo año, pues la comisión está en tiempo justo para pedirlos.
Hasta hoy no existe un registro oficial a nivel nacional del número de personas fallecidas no identificadas, o de los restos que han sido hallados en distintos lugares del país por las comisiones de búsqueda y fiscalías locales. El cálculo de 52 mil no incluye los cuerpos todavía no localizados ni los fragmentos de restos humanos que familias y colectivos recogen cotidianamente en fosas clandestinas.
La brigada de tomas de muestra referenciales permanecerá hasta este jueves 12 de mayo, de 9:00 a 16:00 horas. Para acudir, lo mejor es que lo haga el mayor número posible de familiares de la persona desaparecida. No es requisito haber denunciado, ser mexicano ni tener una carpeta abierta en un lugar u otro, o no tenerla, además de que, al igual que con Graciela y Rebeca Ernestina, la muestra se puede tomar aunque ya existan una o varias en otros lugares.
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