En marzo pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó cifras recientes sobre la violencia en contra de las mujeres. A través del Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal (CNPJE) 2021, señaló que la violencia familiar registró la segunda mayor frecuencia en 2020 entre delitos contra este sector, solo después del robo.
Según el comunicado que emitió la institución, la violencia familiar tuvo un aumento de 5.3% entre 2019 y 2020.
Con estos y otros datos como telón de fondo, por medio de libros recientes, periodistas mexicanas investigan y narran las violencias de las que las mujeres son las principales víctimas.
En este domingo, Animal Político recomienda tres títulos para no dejar de nombrar este problema, así como la responsabilidad que el Estado tiene por fomentarlo y no hacer lo necesario para ponerle fin.
‘Mexicanas en pie de lucha’
Las autoras son Nayeli Roldán, Claudia Ramos, Laura Castellanos, Daniela Rea, Ivonne Melgar, Valeria Durán y Laura Castellanos.
Mexicanas en pie de lucha (Grijalbo, 2022) es un libro que muestra la geografía de la violencia de género en México, donde mujeres de cualquier edad son blanco de diversas violencias desde un Estado machista, algo que no ha cambiado en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Nayeli Roldán, coordinadora del texto, habla del trabajo periodístico y de cómo las historias presentes en él son una aportación a la discusión sobre el movimiento feminista desde el periodismo.
Mexicanas en pie de lucha busca ser una pieza que haga contrapeso a un gobierno que se dice a favor de las mujeres pero no opta por mecanismos que aporten a protegerlas, en un país donde al día se cometen 11 asesinatos de mujeres —entre feminicidios y homicidios dolosos— y donde el presupuesto para investigar estos delitos sufrió un recorte de 73% tan solo en 2020.
‘#Con las niñas no y tampoco los niños’
En esta ocasión, Frida Guerrera, periodista, activista y defensora de los derechos humanos, regresa con un nuevo libro dedicado a tratar el feminicidio infantil en México.
La autora habla de las infancias y expone, entre otras realidades, que madrastras, padrastros, padres y madres son quienes violentan y asesinan a niñas, niños y adolescentes.
A través de una serie de casos que la periodista ha cubierto sobre feminicidio infantil, deja claro un punto: la niñez es responsabilidad de todas y todos.
#Con las niñas no y tampoco los niños (Aguilar, 2022) también está acompañado por una serie de recomendaciones a las y los lectores para saber qué hacer y a dónde acudir cuando detectan violencia en casa contra las infancias.
Con conceptos básicos para entender el problema, la autora busca apoyar y también presenta líneas de denuncia para saber a quién pedir ayuda, así como un directorio de procuradurías del país para acudir y denunciar un caso de este tipo.
‘Cartas de amor y rebeldía’
A lo largo de su trayectoria periodística, la autora, Lydia Cacho, se ha dedicado a investigar el tema de la trata de personas, en el que las mujeres y las infancias son las principales víctimas.
Ante la persecución, el hostigamiento y los atentados de los que también fue víctima —a pesar de la disculpa pública que recibió por parte del Estado mexicano—, la autora tuvo que exiliarse de México para proteger su vida, después de que el 23 de julio de 2019 hombres armados entraran a su casa y mataran a sus perras.
Tras este “aviso” por parte de los “poderosos líderes de las mafias de tratantes de personas”, como escribe Cacho, decidió salir de México dejando amistades, familia y recuerdos de su infancia en el país.
Es durante el exilio que escribió Cartas de amor y rebeldía (Debate, 2022), uno de sus libros más íntimos. La autora muestra recuerdos de su infancia, su recorrido en el periodismo, su trabajo al investigar las redes de trata infantil y la primera vez que tuvo una libreta en sus manos y cumplió uno de los sueños de su madre: ser escritora.
“Cuando mi madre me entregó la primera libreta en 1975 y me dijo ‘escribe lo que sientes’, sin saberlo iniciaba un viaje que ella quiso recorrer también, pues soñaba con ser escritora. Sus cartas aquí publicadas son un homenaje a ella, que ya muerta publica un retazo de su palabra que inexorablemente va atada a la mía”, escribe.
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