La versión 195 del clásico universitario, uno de los partidos más atractivos de la historia de nuestro campeonato, llega a una nueva edición con muy poco brillo y expectativas. Las realidades de juego y posiciones en la tabla son factores claves para este momento.
Los azules con la mochila de luchar cada punto para evitar caer en la zona de descenso directo y los cruzados con una campaña llena de irregularidades y la emoción de haber quedado fuera de la lucha por el título hace varias fechas.
Sin embargo, es y seguirá siendo un partido con tradición e historia. Un cotejo, que antaño, tenía una rivalidad dura, especialmente en los 90, cuando ambas universidades se disputaban palmo a palma el cetro del mejor, con jugadores de un nivel internacional importante.
¿Favorito? Un poco para los de Holan, porque si bien no han cumplido con las expectativas trazadas desde el retorno del técnico argentino, es una escuadra que tenía más asimilada su idea de juego y cuenta con un par de individualidades que pueden marcar la diferencia en un instante complejo del partido.
La U de López está en otra sintonía. La lucha por sobrevivir obliga por muchos momentos a olvidarse de la calidad de juego, que igual se puede sostener, pero, claro, el objetivo primero es uno solo: sumar puntos para no caer en la zona de descenso. Eso pasa a ser también un arma de doble filo, ya que, desde la mirada sicológica, la presión es enorme. Y esto se liga a que un alto porcentaje de los titulares azules son jugadores jóvenes, que pueden reaccionar de manera especial frente a este escenario adverso y la poca visibilidad de líderes con experiencia para poder guiarlos en estas instancias.
En la otra vereda, Holan sigue dándole vueltas a cómo reencontrase con el fútbol que les permitió a los cruzados marcar amplias diferencias. Hoy se ve un equipo gastado y que ya los rivales saben cómo neutralizar y hacerles daño. Pero, a pesar de ello, en el análisis uno por uno, los de San Carlos sacan algunas diferencias importantes. Por nombres, claramente, el plantel de la UC es superior, pero eso muchas veces, al momento de jugarse el partido, si no se sabe cómo expresarlo, le permite al contrario poder igualar circunstancias y fuerzas.
El factor del público jugará un rol clave. Después de mucho tiempo se vuelve a jugar en el Nacional y con 25 mil espectadores, una motivación extra para el plantel azul, que, si lo sabe usar bien a su favor, puede tener una instancia anímica extra, y no es que a los cruzados les vaya a pesar, porque son todos jugadores grandes y con muchos partidos de este tipo en el cuerpo, pero pasa a ser un escenario que hacía mucho tiempo no se daba.
En la previa se ve un clásico con poco brillo y luces. Un partido que así, a la primera, pareciera ser uno más del torneo, pero que, si se logra encender en la cancha, por orgullo y urgencias, puede volver a crecer y motivar al público.
