Se le acaba el tiempo a AMLO y la inseguridad, al alza

El tiempo se acaba. El presidente López Obrador sabe que el tiempo es corto. Al rendir su cuarto informe, ayer, llegó el momento de preparar su salida. Pero no solo eso, buscar concluir sus grandes obras, la física, el Tren Maya y la planta Dos Bocas. Y la ideológica, que la 4T se consolide. Ayer se observó a un presidente un tanto más conciliador. Particularmente con el empresariado. Lanzar un mensaje de certidumbre, dejar de lado ese discurso que tomó de la “defensa de la soberanía”. Lo que no se vale es mentir en el tema de la violencia. A cuatro años de distancia y de haber iniciado su administración, seguir culpando a los anteriores es no asumir la responsabilidad que le corresponde. A cuatro años de ser presidente, machacar su discurso contra los neoliberales y quienes “me critican son enemigos de la transformación”. Ya hasta los niños de kínder lo saben. Hoy la violencia está desbocada. Hoy los criminales se han apropiado de todo el país. No hay una sola entidad que en la que el crimen organizado no esté aposentado. Al Ejército y Marina, instituciones anteriormente más respetadas en el país, hoy los vejan, los insultan, los desarman y secuestran. Y no hay respuesta de un gobierno que ha privilegiado el “tratar como seres humanos” a los criminales cuando contra ellos debería de aplicarse todo el peso de la ley. No, no señor presidente, no se trata de matar a los delincuentes. Solo se debe, y es su obligación, aplicar la ley. Tal cual.Créanlo, por favor, créanlo. En el Congreso del Estado no es tema importante el desorden financiero, los abusos de poder, los escándalos y el despilfarro que se vive en el Ayuntamiento de Mazatlán. De acuerdo con un par de diputados, en el Congreso se hace “mutis” de todas las acusaciones que se han lanzado contra el alcalde Luis Guillermo Benítez. Hay algunos legisladores de Morena, como Juan Carlos Patrón, de Concordia, que han lanzado cuestionamientos a la administración del “Químico”. Incluso cuando se aseguró que la Auditoría Superior en Sinaloa anunció auditorías al Ayuntamiento de Mazatlán, exclamó que ya era hora de que se pusiera un freno a la corrupción municipal. Pero todas esas expresiones han resultado mediáticas. Porque la mayoría morenista en el Congreso está silenciada. Porque la “línea” que debería de llegar a través de Feliciano Castro, simplemente está “muda”. Y así, de esa manera y con esa actitud, el único mensaje que mandan es claro: la impunidad prevalece.Ayer apareció el alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez. Alguien le avisó hasta Durango que Sinaloa enfrenta el riesgo de ser alcanzada por un ciclón. Que en su ausencia, el gobernador Rubén Rocha Moya puso en marcha un programa de acciones para resguardar a la población más vulnerable. Ayer, en palacio municipal se convocó a una reunión con organismos privados e instancias de gobierno para abordar el tema de las posibles lluvias que pudieran azotar Mazatlán. Antes de este encuentro, el alcalde fue abordado por los reporteros. La pregunta era obligada. El dictamen de la Auditoría Superior de la Federación. El señor, en respuesta, acusó de “amarillistas” a los medios de comunicación. ¿Por qué culpa al mensajero si la ASF, oficial ente, emitió ese dictamen? Sobre el desorden financiero del Municipio, no respondió.



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