La NASA pierde el contacto con la sonda InSight



Después de compartir su última foto el lunes, la NASA anunció oficialmente el final de la misión InSight, diseñada para estudiar el interior de Marte, después de que las baterías solares de la sonda finalmente perdieran toda su energía. “Mi energía es muy baja, así que esta puede ser la última imagen que pueda enviar. Sin embargo, no se preocupen por mí: mi tiempo acá ha sido productivo y tranquilo. Si puedo seguir hablando con mi equipo de misión, lo haré, pero pronto me desconectaré. Gracias por acompañarme“, tuitearon en primera persona desde la cuenta de NASA InSight.La sonda aterrizó con éxito en la superficie marciana en 2018 y llegó a Marte en noviembre de ese mismo año. Pero el módulo que estaba destinado a durar solo un año estuvo cuatro impensables años recopilando información sobre el tamaño y la composición del núcleo, la corteza y el manto de Marte.Para ello, la sonda llevó a bordo varios instrumentos científicos, como un sismómetro para medir los movimientos sísmicos de la superficie marciana y un radiómetro térmico para medir la cantidad de calor que fluye desde el interior del planeta. Como otro objetivo importante era estudiar el clima y el tiempo en Marte, también llevo consigo una serie de sensores que medían la temperatura, la humedad y la presión atmosférica, así como cámaras que tomaban imágenes de la superficie marciana y monitoreaban el tiempo en el planeta rojo.Entre sus aportes, InSight detectó más de 1300 terremotos marcianos, reunió información sobre las condiciones climáticas, investigó el núcleo líquido de Marte y ayudó a los investigadores a cartografiar la geología interior del planeta. Una de sus últimas contribuciones fue la de este mes, que permitió a los científicos conocer que Marte alberga una región volcánica activa de un tamaño similar al de Europa occidental y que podría entrar en erupción en cualquier momento.Los responsables de la misión eran conscientes de que iban a perder el contacto con la nave ya que hacía meses porque sus paneles solares se habían llenado de un finísimo polvo marciano que habían dejado las baterías sin carga. Y aunque a lo largo de este año intentaron varias maniobras para salvarla, nada funcionó.  “Ahora nuestra sonda es parte del paisaje marciano y si hay más terremotos nadie podrá captarlos”, destacó Simon Stähler, geofísico de la Escuela Politécnica Federal de Suiza y miembro del equipo científico de la misión.



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