Abuso sexual infantil: ¿estamos minimizando una epidemia?



Con hastío hemos observado estos días el debate en las redes sociales sobre las tesis y artículos sobre pedofilia en el marco de la formación de profesionales en la Universidad de Chile. Mayor asombro nos ha causado la declaración de la Facultad de Filosofía y Humanidades, desde donde se minimizan los hechos, justificando que son “de corte puramente teórico”.
En Chile, el abuso sexual en la niñez es una epidemia. De acuerdo a un estudio realizado por CUIDA UC en 2022, uno de cada cinco adultos en Chile experimentó algún tipo de abuso sexual siendo menor de edad. Entre ellos, existe el doble de prevalencias de trastornos de salud mental y un 20% más de diagnósticos en enfermedades físicas, en comparación con quienes tuvieron infancias libres de aquellas experiencias traumáticas.
Fundación Colunga ha apoyado en su trayectoria a diversas organizaciones que atienden día a día los efectos del abuso sexual. A través de ellas somos testigos de que el acompañamiento a las víctimas y la reparación requieren de un esfuerzo enorme tanto para las víctimas como para los profesionales que los acompañan.
La minimización y la justificación del abuso son factores clave para perpetuar la epidemia. Los trabajos que fueron divulgados en las redes representan un retroceso en la comprensión de este fenómeno, y su impacto en la realidad social no debe ser subestimado.
De aquí que la respuesta de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile resulte impresentable. La prevención y promoción de los derechos de la niñez necesitan de un rol comprometido de la academia, a través de la construcción de saberes y debates teóricos que fortalezcan la defensa de los derechos de la niñez, que apelen a su interés superior, y que no retrocedan relativizando derechos que han sido fortalecidos desde la Convención de los Derechos del Niño.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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