Gastroenteritis infantil en verano: ¿como prevenirla?



El virus que genera la gastroenteritis puede transmitirse rápidamente a través de superficies y contacto físico y tiene una duración aproximada entre 3 a 7 días, por lo que es esencial el lavado de frutas y otros alimentos que puedan sufrir alteraciones con las altas temperaturas.
Lo cierto es que estos cuadros tienden a aumentar en verano debido a dos motivos: el aumento de temperatura favorece la degradación de los alimentos por la proliferación de microorganismos y hay un mayor contacto de agua por el uso de playas y piscinas. Si está contaminada, las infecciones son inminentes.
El pediatra de Nueva Clínica Cordillera  Jaime Cisneros indica que “independiente del tipo de virus, ya sea, norovirus, adenovirus, rotavirus o hepatitis A, es importante beber sólo agua potable y si no se dispone de ella, primero debe hervirse”.
Por su carácter viral, se debe prestar atención a los síntomas que genera esta inflamación de la mucosa del tracto gastrointestinal, con el fin de evitar focos de contagio.
Según el especialista, es relevante tomar en cuenta ciertas advertencias con respecto a esta enfermedad en niños y niñas, tales como; diarrea que dura más de un día, dolor intenso en el abdomen, síntomas de deshidratación, irritabilidad o falta de energía, boca y lengua seca, no mojar pañales durante tres horas, fontanela hundida, entre otros.
¿Cómo contrarrestar sus síntomas?
En este contexto, recalca la importancia de mantener una adecuada hidratación debido a que el vómito exacerba la deshidratación, por lo que en algunos casos es necesario contrarrestar mediante el consumo de agua potable, agua embotellada sin gas, agua de cocción de manzana o sales hidrantes siempre que sean indicadas por el pediatra.
El profesional afirma que estas infecciones virales pueden generarse por temporadas, y que existe un alza de infecciones de rotavirus y norovirus durante los meses de invierno, mientras que las infecciones estomacales durante el verano, suelen responder al aumento del consumo de alimentos crudos, alimentos que pierden su cadena de frío o consumo de agua no potable.
En este sentido, Cisneros entrega algunas recomendaciones y precauciones para evitar el riesgo de contagios entre los niños y niñas:

Mantener un buen aseo, en especial en verano.
Limpiar objetos que utilicen los niños o niñas.
Lavado frecuente de manos con agua y jabón.
Utilizar artículos personales de manera absolutamente individual.
Desinfectar las superficies duras.
En el caso de viajes a lugares donde cambie la composición del agua, se recomienda consumir sólo agua embotellada.
Evitar el consumo de alimentos crudos.
Evitar juntarse con otro niño que esté enfermo de algún cuadro viral.

Finalmente, concluye que “si hay fiebre y los padres no pueden manejarla, si el niño o niña se encuentra decaído, deben acudir a un servicio de urgencias para que sean atendidos a la brevedad”.



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