De Monzón a hoy: cómo cambió el Día de San Valentín



La mañana del 13 de febrero Alicia Muñiz había ido a la casa donde se alojaba el boxeador Carlos Maximiliano Monzón, con la intención de buscar a su hijo y reclamar las cuotas de alimentos que le adeudaba. Esa noche empezó una fuerte discusión por el dinero y después de pegarle y estrangularla, el boxeador la tiró por el balcón.El 14 de febrero a las seis de la mañana, el cuerpo de Alicia Muñiz, sólo con una bombacha, apareció tirado en el patio del chalet con fracturas múltiples de cráneo y sin vida. La imagen fue tapa de diarios y revistas y los titulares rezaban: “Tras una riña con Monzón murió su mujer”. La foto del cadáver desnudo se reprodujo sin ningún tipo de cuestionamiento y el amor como motor de muerte se volvió vox populi.El 3 de julio de 1989 Monzón fue condenado a once años de prisión, encontrado culpable del asesinado de Alicia Muñiz. El juez concluyó que Monzón “obró con plena conciencia de la criminalidad de su actuar”, aunque justificó el accionar con atenuantes como la “emoción violenta” y que sucedió bajo los efectos del alcohol.En ese momento la figura de femicidio no existía, faltaban aún varios años (23) para que la justicia borre el concepto errado de crimen pasional y ubique estos casos en el marco de violencia de género. Sin dudas fue un antes y un después respecto a la cobertura de cuestiones de género en los medios de comunicación. La figura de femicidio aparece en nuestro Código Penal recién en este siglo (2012) pero el concepto de matar por amor o por celos comenzó, en ese momento, a ser debatido por la sociedad argentina.Hoy, treinta y cinco años después, la realidad es parcialmente otra. Si bien los celos continúan siendo una excusa, en términos judiciales la figura de femicidio resguarda, al menos un poco, la integridad de las víctimas y el amor y la violencia no son, a priori, la misma cosa. ¿O sí?Según datos de la Defensoría del Pueblo, el 72% de les jóvenes reconocen violencia psicológica en sus noviazgos. Al parecer, los celos y el control como protagonistas recurrentes de una lectura del amor atada a la propiedad continúan generando daños.Pero no todo es oscuridad, si bien se tiende a repetir los mismos errores que generaciones anteriores, hoy contamos con muchísima información que nos presenta otras posibilidades a la hora de vincularnos.Los movimientos feministas muestran otra forma de relacionarnos con absolutamente todo. Desde el trabajo hasta el amor, el lugar en donde nos posicionamos según nuestro género es clave a la hora de hablar de derechos, de los laborales pero también de los sexuales y los reproductivos. El amor libre, las relaciones poliamorosas, las parejas abiertas, todas esas opciones aparecen en nuestra generación, con sus miles de complejidades, como una salida sin ningún tipo de garantía, un escape aparente a los modelos clásicos del amor en donde todo es heterosexual y desigual.   Uno de los problemas parece ser la industria y la cultura mainstream que insisten en mostrar al amor romántico asociado al sufrimiento y al control. Además de asegurarnos de que es el varón quien posee y la mujer quien obedece es, también, quien presenta a la pareja convencional como la solución a todos nuestros problemas. La crisis vincular que traen los feminismos irrita. Al intentar jaquear los artilugios sexistas que esconde el amor romántico, los varones no saben bien cómo encarar sin incomodar o incomodarse mientras que el resto intenta recopilar toda la información que pueda para sentirse a salvo. El deseo hoy tiene más protagonistas que antes y el choque de paradigmas trae consigo nuevos escenarios. Muchos son los conflictos a la hora de vincularnos, nuevas y cavernosas incógnitas trae esta época post pandémica que encuentra en el desoriente un presente casi constante. Y si bien la violencia de género no cesa, la sociedad pero sobre todo las mujeres y disidencias, entienden un poco más en donde están paradas a la hora de relacionarse amorosamente. Este 14 de febrero la celebración se amplía a otros frentes en una sociedad que busca darle otra vuelta a este sentimiento tan analizado y vandalizado a lo largo de la historia. Hoy los bares y restaurantes se llenarán como siempre de parejas que celebran quererse y que a pesar de tantos contratiempos y confusiones, intentan hacerlo un poco mejor que antes. 



Source link

Related Posts

Add Comment