Caso Lola Chomnalez: le dieron prisión domiciliaria a “Cachila”, condenado por encubrir el femicidio



Ángel “El Cachila” Moreira, el cuidacoches condenado por encubrir el crimen de Lola Chomnalez, la adolescente argentina asesinada en diciembre de 2014 en la playa de Barra de Valizas, obtuvo el beneficio de prisión preventiva domiciliaria, según indicó su abogado al diario El País.“Está muy contento, no es lo mismo pasar este proceso en el Comcar que en una casa”, dijo el letrado Ignacio Morena. Según dijo, quedará bajo responsabilidad de una persona que lo alojará en una casa en el departamento de Canelones.El abogado también confirmó que presentó un recurso ante un Tribunal de Apelaciones de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) tras la revocación de la absolución Moreira, que fue condenado a ocho años de prisión.Morena afirmó que el cuidadoches fue “inducido” y “presionado” a declarar que había estado en la escena del crimen y que no conocía a Leonardo David Sena, procesado como autor del crimen.Según el abogado, no existe “nexo” que vincule a su defendido y Sena. “No se conocen”, agregó y sostuvo que la Fiscalía “no puede probar” “El Cachila” haya encubierto a Sena. “Cuando se le atribuye un delito a un ciudadano se debe establecer claramente cuál fue la acción o la conducta que desplegó el acusado para poder ser responsable del delito que se le atribuye”, manifestó.El letrado dijo que cuando a Sena le mostraron las fotos del Cachila “no lo reconoció” y que cuando le consultaron directamente por él “dijo que no lo conocía”.Cómo fue el crimen de Lola ChomnalezLola, de 14 años, viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández, quien se encontraba junto a su esposo, Hernán Tuzinkevcih, y el hijo de éste.Al día siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos.Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.Para la fiscalía, la adolescente trató de escapar corriendo de sus asesinos, fue alcanzada, herida con un arma blanca y golpeada en la cabeza para finalmente morir asfixiada cuando, ante sus probables pedidos de auxilio, le apretaron la cara contra la arena.“El Cachila” fue detenido al comienzo de la investigación, pero quedó libre ya que dio negativo el cotejo de su ADN con el material genético hallado en los objetos de la víctima. En 2019 la Justicia uruguaya lo volvió a imputar y lo detuvo como encubridor al concluir que “estuvo presente antes, durante y después del homicidio” de la adolescente.En el juzgado, “el Cachila” insistió en su temor a que le atribuyeran la autoría del crimen de Lola. “Yo me acerqué, la vi semienterrada, pero no quise llegar. No avisé a nadie”, explicó el cuidacoches, según el diario El País.En su fallo, el Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 4° Turno entendió que Moreira “encubrió” los hechos que desencadenaron la muerte de la adolescente pues “ayudó, colaboró, contribuyó o facilitó” que el autor o los autores del asesinato de Lola no fueran juzgados.



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