Líder del «ala dura» del macrismo lidera encuestas para primarias de agosto en Argentina



La disputa interna en Propuesta Republicana (PRO), la mayor fuerza de la centroderechista alianza Juntos por el Cambio, tuvo como efecto inmediato el fortalecimiento de la precandidatura de Patricia Bullrich, ex Ministra de Seguridad Pública del gobierno de Mauricio Macri  (2015-2019), de cara a las Primeras Abiertas y Obligatorias (PASO), programadas para el 13 de agosto próximo, y las presidenciales y generales del 22 de octubre.
El conflicto entre  Macri -fundador del PRO y máximo referente de la oposición-, y Horacio Rodríguez Larreta, jefe del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, estalló luego de que este último decidiera, en forma unilateral, cambiar el sistema de votación para elegir a las autoridades locales en la ciudad de Buenos Aires, tanto en las primarias  como en los comicios generales.
Con esta modificación, ahora los porteños deberán sufragar el mismo día a través de sistemas diferentes: uno para las elecciones nacionales (Presidente y diputados), en que se usará la tradicional “boleta partidaria”, que utiliza una papeleta para cada partido; y otro para la elección de cargos locales, donde Rodríguez Larreta decidió que se utilice una papeleta única electrónica. Esto perjudicaría la opción de Jorge Macri, primo del ex Mandatario en favor del senador radical Martín Lousteau.
Según comentó el diario La Nación de Buenos Aires, se trata de una jugada de Rodríguez Larreta porque las encuestas revelan que el apoyo a Bullrich ha crecido en los últimos meses y él está en desventaja. Pese a que Macri no ha dado su respaldo explícito a su ex ministra, hay gestos que podrían interpretarse en ese sentido.
El jefe de gobierno porteño ya reconoció que el ex Jefe de Estado apoyará a Bullrich en las primarias. Entonces, Rodríguez Larreta  está buscando el apoyo de la UCR (Unión Cívica Radical), con la tiene una alianza en la ciudad, y la Coalición Cívica ARI,  a objeto de alinear a la mayor parte de la alianza Juntos por el Cambio detrás de su proyecto para llegar a la Casa Rosada.
El ascenso de la ex ministra se ve reflejado en las encuestas y  un estudio de la consultora Aresco determinó que ésta tiene el 14% de los votos en la interna, contra 10,3% de Rodríguez Larreta. La diputada María Eugenia Vidal está tercera con el 7%. El resto de los postulantes no supera el 2%. Otro sondeo sostuvo que 3 de 4 partidarios de Macri votarán por Bullrich.
Dos opciones
Según analistas trasandinos, la gran favorecida con los últimos acontecimientos es precisamente la ex ministra.
Para Carlos Germano, analista político y socio de una firma encuestadora, la presidenta del PRO representa mejor el legado de Macri y  la antinomia que se está viviendo desde hace tiempo en Argentina, entre macristas y anti-macristas y kirchneristas y anti-kirchneristas.
“Su paso por el ministerio de Seguridad la posicionó y desde hace más de un año a esta parte está teniendo una creciente consolidación en intenciones de voto, incluso del sector policial y militar, y todo esto la hace una precandidata muy competitiva”.
Sostiene que uno de los principales temas de la agenda argentina y preocupación ciudadana es precisamente la seguridad. Al respecto, Bullrich explicó que entre sus planes de gobierno está enfrentar la grave crisis de seguridad que atraviesa Argentina por la acción de bandas de narcotráfico.
“Estamos camino a convertirnos en un narco-estado. Frente a esta situación usaremos todo el poder disponible en el marco del estado de derecho”.
Sin embargo, esta doctora en ciencias políticas, debe enfrentar un gran desafío como es fortalecer la articulación de su proyecto presidencial en Buenos Aires, porque se trata del mayor padrón electoral del país, donde se definirá la primaria y que es el territorio donde Rodríguez Larreta la saca un margen de ventaja.
El punto débil de Bulrrich es, según observadores, que su carácter fuerte le juegue en contra y no muestre habilidad ni flexibilidad política en un proceso eleccionario que será largo y muy difícil.
“También le juega en contra que, al contrario de Rodríguez Larreta, nunca ganó una elección para un cargo ejecutivo propio”, dice el consultor político argentino Carlos Fara.
Por su parte, Rodríguez Larreta se presenta como una alternativa más “centrista”, muestra una imagen de moderación conciliación y ha dicho que incluso está dispuesto a dialogar y a abrir a Juntos por el Cambio a los sectores del peronismo no kirchnerista.
“La elección ganada para la jefatura de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es un antecedente importante, experiencia que le puede ayudar mucho en su carrera a la Casa Rosada. Además, es un político muy sistemático, trabajador y, lo que es muy importante, tiene un gran aparato político  para desarrollar su candidatura y sintonizar con las demandas de la sociedad”, explica Fara.
Su punto débil es que está enviando señales de que apuesta a desprenderse de la figura de Macri para construir un nuevo liderazgo de la oposición. Germano agrega que  Rodríguez Larreta debe “necesariamente dar un salto cualitativo importante y mostrarse más como figura nacional y no solo enfocado en Buenos Aires”.
Escenario complicado
De todas formas, gane quien gane la Presidencia, sea de Juntos por el Cambio o del oficialista Frente de Todos,  tendrá que enfrentar un escenario muy complejo en el país trasandino, porque sus finanzas están en mal estado y la polarización aumenta. Según economistas, la pandemia del Covid 19 y la guerra en Ucrania agravaron la crítica situación preexistente.
Con una deuda externa de 276 mil millones de dólares a finales del 2022, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronosticó que  el crecimiento será del  0,1% en 2023 y la inflación, que el año pasado fue el 94,8%, podría llegar al 85%, pero instituciones financieras como el JP Morgan auguran un índice de 138% acompañado de una recesión económica. Mientras, según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), la pobreza ya afecta al 39,2% de la población.
Ante este preocupante escenario, Bullrich enfatizó que se necesita “demoler” el régimen económico de los últimos 20 años que redujo drásticamente los incentivos para invertir, exportar y crear empleo.
“Un nuevo modelo requiere impulsar reformas que cambien los incentivos económicos, restablezca la solvencia fiscal y reconstruya gradualmente la credibilidad”.
Sin embargo, en el kirchnerismo ya dieron señales de que no habrá carta blanca a las reformas  que Juntos por el Cambio pretenda realizar si llega a la Casa Rosada y criticaron la propuesta de la dirigente. El jefe de asesores del Presidente Alberto Fernández, Antonio Arace, manifestó que las posibles soluciones deben contemplar el punto de vista “social” para evitar la “destrucción del poder adquisitivo”. Recalcó que si la fórmula es generar un fuerte ajuste fiscal para enderezar el desequilibrio macroeconómico, habrá un proceso muy fuerte de recesión, una caída del PIB y del empleo.
Fara reitera que la economía será una de las variables que defina la elección. “Hay que tener en cuenta que Juntos por el Cambio perdió el poder en 2019 básicamente por el tema económico”, dice.
Quedan muchas aspectos por definirse aún en Argentina, que decidirán la continuidad del kirchnerismo (que también se debate en pugnas internas por el nombramiento de los candidatos, la caída de apoyo a apenas un 21% y los casos de corrupción de Cristina Fernández) o si el país virará a la derecha, con una victoria de la coalición Juntos por el Cambio, que necesariamente tendrá que unirse para volver a ser el conglomerado  exitoso de los últimos años. Tampoco debe descartarse a la figura de Javier Milei, de la coalición la Libertad Avanza, de postura de rechazo a lo establecido, que sigue creciendo.



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