Si Darth Vader no es tu padre, ¿quién es tu padre?



Durante décadas la pregunta de quién es el padre se repite. Generaciones confundidas y desconfiadas enfocan en la cuestión sanguínea el peso de la familia, pero ¿siempre fue así?En este Dia del Padre analizamos junto a Nara Milanich, historiadora e investigadora del rol paterno a lo largo de la historia, qué significa ser padre hoy y porqué la importancia e insistencia de saber si ese hijo es propio.    Mío, mío y todo mío Se habla y se habló tanto de patriarcado que es un concepto que pareciera haber perdido valor, pero es una figura que se sostiene a lo largo de la historia y que aún marca el rumbo social. La propiedad privada tiene un valor en si mismo y son la herencia y la paternidad vínculos que se aúnan cuando hablamos de lazos.  Si bien en nuestro país hay poca información al respecto, al menos tres de cada diez hogares carecen de padres y siete de cada diez padres ausentes no están al día o siquiera pagan alimentos. Esta realidad pone de relieve la importancia de cuestionar y redefinir el concepto de paternidad, trascendiendo la biología y centrándose en el compromiso y el cuidado que aún hoy recae socialmente sobre las mujeres.Históricamente, se ha intentado establecer una relación de propiedad sobre los hijos e hijas, como una forma de ejercer control sobre su crianza y preponderando lo sanguíneo por sobre el resto de las variables. 

En la búsqueda de definir a la paternidad, se desarrollaron herramientas científicas y pruebas genéticas que intentan establecer vínculos biológicos. “Sin embargo, estas pruebas no resuelven las tensiones existentes, ya que el padre biológico puede ser diferente al padre socioafectivo, quien desempeña un rol significativo en la crianza y el amor hacia sus hijos e hijas. Esto demuestra que la pregunta por el padre es más bien una cuestión social y emocional que no puede ser resuelta únicamente desde una perspectiva científica”, sostiene la investigadora.El poderoso ADN A lo largo de la historia, las categorías de maternidad y paternidad demostraron ser maleables y sujetas a cambios. “Existen tensiones, ambigüedades y diversas formas de vivir estos roles. Es importante reconocer que las definiciones rígidas y conservadoras de la familia no reflejan la realidad histórica, ya que siempre ha habido flexibilidad en la manera de entender y vivir la paternidad”, explica Nara.La búsqueda por definir al padre biológico tuvo etapas y experimentó avances científicos significativos, especialmente en el siglo XX con la introducción de pruebas genéticas. Sin embargo, paradójicamente, estas herramientas no resolvieron las tensiones existentes entre las diferentes formas de concebir la paternidad. “En muchos casos, el padre biológico difiere del padre socioafectivo, lo cual evidencia que la ciencia no puede proporcionar una respuesta definitiva. La cuestión del padre no es meramente personal o existencial, sino que tiene implicaciones sociales, políticas y económicas”, específica la historiadora. Querer saber de forma evidencial quién es el padre se activa también de forma multifactorial. No sólo quieren saberlo ellos, también ellas y a su vez, el Estado. “La ausencia de un padre puede convertir a los niños y niñas en una carga pública, lo que genera un interés de la sociedad y el Estado en establecer la responsabilidad paterna. En este sentido, el concepto de paternidad responsable fue abordado tanto por movimientos feministas como por sectores conservadores”, sostiene Nara. Así de complejo como suena, la biología y la ciencia pueden ser muy útiles y a su vez muy peligrosas: “Las feministas, en ocasiones, abogan por pruebas genéticas de paternidad como parte de la responsabilidad que los hombres deben asumir en la crianza de sus hijos e hijas. De hecho, también están las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes utilizaron este descubrimiento para definir identidades y marcar así la historia”, indica.  Sin embargo, es importante reconocer que estas tecnologías pueden ser utilizadas de diversas maneras y que no todas son de reconstrucción y justicia. “Según el contexto cultural y político, lo biológico puede convertirse en herramientas de acoso o control. Eso demuestra lo neutral que es la ciencia”, advierte. Seres sociales inevitables  Es fundamental reconocer la importancia del amor, el cuidado y la responsabilidad en la figura paterna, más allá de los vínculos biológicos. La diversidad de formas de paternidad, incluyendo padres adoptivos, padrastros, tíos o amigos cercanos, demuestra que trasciende la sangre y puede ser ejercida por aquellos y aquellas que desean o no tienen alternativas de asumir ese rol.En definitiva, la pregunta de “¿quién es el padre?” nos invita a reflexionar sobre la complejidad y la variedad de las relaciones paternas a lo largo de la historia. Superar los estereotipos y entender que antes de que exista el ADN también existía el amor, el cuidado y el rol paterno. “Uno pensaría quizás que la ciencia al final triunfa, porque de esta larga búsqueda por el padre terminamos descubriendo el ADN que nos da con un 99.9% la seguridad de una respuesta. Pero sin embargo ese descubrimiento aumentó las tensiones entre estas distintas formas de definir este rol”, indica Nara y finaliza: “Una pregunta válida es porqué sentimos la necesidad de utilizar esa tecnología para definir a un padre biológico, si a lo largo de la historia está demostrado que el padre era más bien una figura social”. 



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