Se conocieron nuevos mensajes del celular de Marcela Acuña que la comprometen más en el crimen de Cecilia

Marcela Acuña, acusada por el femicidio de Cecilia Strzyzowski junto a su esposo Emerenciano Sena y su hijo César, quedó más comprometida en la causa por un peritaje tecnológico que se realizó sobre su teléfono celular.La conversación hallada entre la acusada como coautora del asesinato y su colaboradora Fabiana González, sucedió en la tarde del 2 de junio, el día de la desaparición de la víctima. “Fabi creo que sucedió algo grave con César, hablá con Gustavo (Obregón), no le digas a Eme ni a César, estoy desesperada”, le dijo Acuña en uno de los mensajes enviados y cuyo contenido fue incorporado al expediente judicial.En otro extracto, Acuña le dijo a su colaboradora “le dije a Eme que Gustavo está con Samuel, no metas la pata, urgente andá, entrá sola a casa”.Y luego agregó: “Tenemos hasta las 19.30 para sacar eso de casa”.Aunque no se menciona explícitamente a Cecilia en los mensajes, los investigadores consideran que están vinculados al femicidio y a la necesidad de hacer desaparecer el cadáver.Al respecto, el abogado Fernando Burlando, representante junto a sus colegas Juan Arregín y Sergio Briend, aseguró al canal Todo Noticias que están “convencidos” de que los siete detenidos por el hecho fueron “los autores del crimen”.”Fue un asesinato muy torpe que abraza la impunidad, cuando alguien se siente impune comete este tipo de torpezas”, sostuvo y añadió: “La prueba es abundante, los indicios no solo hablan del asesinato sino de quiénes son sus autores”.El letrado dijo que no tiene “la postura de que no hay cuerpo”, ya que “hay restos humanos en ínfimas cantidades donde fue calcinado el cuerpo y precisamente hay coprocesados que hablan de la incineración donde se encontraron esos restos”.Mientras tanto, sigue pendiente alguna prueba genética como la de los rastros de sangre encontrados en la camioneta de César Sena, donde presumen que trasladó el cuerpo de Cecilia ese 2 de junio cuando se la vio ingresar a la casa del matrimonio por la mañana y nunca más salir.
 



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