México.- La comunidad indígena otomí residente en la Ciudad de México rechazó la versión del gobierno capitalino de que, durante la madrugada del lunes, elementos policiacos fueron a liberar la avenida México-Coyoacán, en la colonia Xoco, y no a desalojarlos del inmueble del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) que mantienen ocupado desde hace tres años.
“Se trató de represión, discriminación y racismo, ya que los uniformados golpearon y dejaron heridas a una decena de adultos mayores, adolescentes y mujeres, además de que llegaron seis motociclistas civiles en actitud de provocación y lanzaron tres balazos contra la gente”, señaló.
De los hechos, la citada comunidad responsabilizó al jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, y exigió una mesa de diálogo urgente. Al gobierno federal demandó la expropiación del edificio del INPI, donde se encuentra la Casa de los Pueblos y las Comunidades Indígenas Samir Flores, y del resto de los inmuebles sobre los que desde hace tres años espera una respuesta para solucionar problemas de vivienda.
Por separado, el secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz Suárez, llamó a los integrantes de la comunidad otomí al diálogo y a encauzar su protesta por la vía pacífica, para evitar afectaciones a terceros y permitir el libre acceso en la avenida México-Coyoacán.
