Gustavo Yankelevich habló sobre el duelo y contó cómo hace para conectarse con su hija, Romina Yan



Gustavo Yankelevich, pasó por “El Observador” y habló de todo un poco en el ciclo de entrevistas radiales que lleva adelante Luis Majul. El empresario y productor de televisión y teatro, habló de cómo transita la partida de su hija, Romina Yan quien falleció en 2010. Allí describió las primeras sensaciones como “un agujero negro” del que muchas veces logra salir gracias a la conexión que mantiene con su hija, a quién le habla cada vez que lo necesita. Adentrándose más en el tema, Yankelevich relató una anécdota que le sucedió estando de viaje por Europa y ejemplifico cómo su hija siempre está presente: “Una mañana me levanté en Florencia (Italia), me levanté mal. Me apareció otra vez el agujero negro y decía: ‘No lo voy a poder soportar’”, comenzó a relatar para El Observador. 
 “Yo dije: ‘Ayúdame porque no salgo, no salgo, te pido que me ayudes, que me saques de esta’. Dije eso y me fui a la estación de tren con mi mujer, con Rosella. Estábamos esperando que anunciaran nuestro viaje, que era a Milán. Y mi mujer me dice: ‘¿Me acompañás a tomar un café?’ Y le dije que no, me quedé esperando”, recordó. Fue ahí que el empresario explicó como una voz, entre miles de personas, lo llamó y al bajar la vista se encontró con una mujer a la que recuerda como “muy luminosa”: “Bajo la vista y veo a una mujer muy luminosa que se me acerca y me dice: ‘¿Le puedo dar un beso?’. Le dije que sí claro y nos abrazamos, y en eso le dijo: ‘Yo no la conozco, ¿usted es de acá?’. Y me dice: ‘No, estoy de paso. Si tiene un minuto le quiero contar algo’”, prosiguió Yankelevich. Acto seguido narró que la mujer le confesó que tras tener dos hijas mujeres, era su decisión con su marido no tener más hijos, pero tras un embarazo imprevisto, sus hijas quisieron llamar a su nueva hermanita Romina, por su gran fanatismo a Jugate Conmigo, ciclo donde debutó Romina Yan en televisión. Ante esta confesión, el productor le preguntó a la mujer: “¿Vos tenés una hija que se llama Romina por mi hija?”. Le dijo que sí, le dio un beso y se fue.
 “Nunca supe hasta el día de hoy quién era. Me puse a llorar y justo llegó mi mujer, que me preguntó qué me pasaba. Estaba llorando de felicidad porque Romina, me había sacado del agujero negro, algo que le había pedido dos horas antes. Y me lo sacó, porque me dio una felicidad lo que me acababa de pasar. Y yo sabía que era ella, porque se lo pedí y lo tuve”, se sinceró. “Desde que falleció Romina, la única manera de entender el dolor era abriendo la cabeza, iniciar una búsqueda. Me ayudó a mí a encontrar la paz”, continuó. “Mi dolor estaba en el medio del pecho, un poquito más abajo. Fue muy difícil a pesar de que me di cuenta de que no había perdido a Romina al poco tiempo, pero el dolor estaba, extrañarla estaba. Me costaba creer que no iba a compartir más físicamente con ella”, agregó.
 Para completar la anécdota que compartió con la audiencia, Yankelevich reveló que hace un tiempo le regalaron el ejemplar El Gran Libro de los Ángeles, de Giuditta Dembech, y lo relacionó con su experiencia espiritual en Italia: “Leo que una de las frases que dicen los ángeles es ‘estoy de paso’. Si lo hubiera leído antes sabía que estaba con un ángel”, completó.
 



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