Quirino Ordaz y Morena: la apuesta por la no confrontación



La cordialidad que imperó en el reciente encuentro de Quirino Ordaz con los alcaldes y los legisladores electos de Morena confirma lo que una fuente cercanísima al primer mando nos confió: el gobernador no está dispuesto a abrir ningún frente con los partidos opositores al PRI; ni por asomo cometería un error como el de su homóloga de Sonora, que se atrajo la animadversión no solo del próximo gobierno federal, sino de la sociedad que vio, en su reforma para vetar los acuerdos parlamentarios, el sello del PRI de antaño: marrullero, gandalla, ventajoso y con mucho que ocultar.En Sinaloa, la reforma constitucional para dar plena autonomía a la Auditoría Superior del Estado, que fue vista por algunos como una «iniciativa anti-Morena», fue detenida por Quirino Ordaz en espera de consensuarla con el hoy partido mayoritario del país. Únicamente si se logra un acuerdo con Morena, la propuesta seguirá su curso en una posible sesión extraordinaria del Congreso del Estado. Solo así.Si bien en la reunión del martes en el Salón de Gobernadores ese tema no se tocó, la mano que tendió Quirino fue estrechada por todos los morenistas. Un clima de altura política, más allá de colores partidistas, se avizora para Sinaloa. Sería suicida para nuestro estado que el gobernador se confrontara con la fuerza política que en breve se instalará en el gobierna federal (al que nada le costaría «meterle el pie» a sus enemigos) y en las bancadas mayoritarias del Congreso de la Unión, donde se definen los presupuestos de los estados. SIMULACIÓN EPISTOLAR. La carta de los senadores electos Rubén Rocha Moya e Imelda Castro Castro al rector de la UAS fue sobrevalorada por buena parte de la opinión pública. ¿La razón? Pretender que la misiva sea un adelanto de futuras presiones, desde la Cámara Alta, para sacar al PAS de la UAS. En otras palabras, y parafraseando a muchos «feisbukeros»: «El inicio de la caída de Héctor Melesio Cuen Ojeda».Nada más alejado de la verdad, y cualquier persona con conocimiento de los entretelones de la política lo sabe.Ayer, diputados federales y locales morenistas respaldaron la propuesta de dar cabida a todos los alumnos rechazados por la UAS tras el examen de admisión. Luego, el rector anunció la apertura de 8 mil 489 espacios adicionales: 2 mil 150 en bachillerato, 5 mil 339 en licenciatura y mil en Medicina.Suponer que así se inicia el fin político de Cuen resulta un sueño guajiro. No es imposible que el presidente del PAS entregue el control de la UAS, pero para eso faltaría un largo trecho y una negociación a su medida.En nuestra opinión, Rocha y Castro buscan «dorarnos la píldora», puesto que arrebatar a Cuen el control de la UAS fue una de sus más llamativas promesas de campaña. Ambos saben que esa tarea sería del más alto nivel, que no está dentro de sus atribuciones, y que el futuro presidente de la República no se va a abrir un frente como el que representa Cuen solo por darles gusto a ellos.Es así que la famosa carta se reduce a simple simulación.Ahora bien, la entronización de Melesio Cuen inicia en 2005 con el gobernador Jesús Aguilar, de cuyo círculo cercano Rubén Rocha forma parte desde entonces, y mantuvo sobre el tema un silencio que nadie dudaría en calificar de cómplice. Omisa fue también Imelda Castro, como diputada local en dos ocasiones y como regidora. Nada es fortuito: ambos forman parte de la nómina de la UAS; él, como jubilado con sueldo de rector; ella, como catedrática. Fue hasta la campaña electoral del presente año que ambos se enfrentaron a Héctor Melesio Cuen porque lo llevaban como candidato contrincante al Senado de la República. Reactivo como es, Cuen ha echado a andar todo su aparato de comunicación, principalmente contra Rocha. Una guerra mediática que no pasará de eso. Al tiempo.



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