Sin derecho de réplica el rechazo al snus o tabaco oral



Hace tres siglos, el consumo de tabaco llegó a Suecia de una manera distinta a otros países donde se fabricaban cigarros. Los escandinavos hicieron polvo de tabaco que mezclaron con agua y sal para formar un comprimido que colocaban en la encía. Así nació el snus, una tradición que comienza a exportarse como una nueva fórmula para consumir nicotina, con menor riesgo a la salud versus fumar.
El snus sueco es distinto al tabaco que masticaban los beisbolistas en Estados Unidos y les provocaba la salivación marrón que escupían en los guantes para ablandar el cuero. Tampoco es el chicle de nicotina para dejar de fumar. Es tabaco oral que se coloca entre el labio y la encía hasta por una hora.
La mucosa bucal es un vehículo muy eficaz para distribuir rápidamente al sistema nervioso la nicotina que contiene el tabaco, por lo que el consumidor siente sus efectos de manera inmediata y constante. La sal favorece la absorción del alcaloide. El efecto es similar al de fumar: acelera el pulso, relaja y despierta.
Aún se estudian sus efectos a la salud, pero en Suecia —la nación con menor índice de consumo de cigarros en Europa, por la manera en que se produce y consume el tabaco— las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón son las más bajas del continente.
Los científicos europeos del Comité sobre Riesgos de Salud Emergentes (SCENIHR, por sus siglas en inglés) consideran el consumo de snus entre 95% y 99% menos riesgoso que fumar.
Las secuelas de cáncer oral vinculadas con el tabaco de mascar norteamericano también abrieron otras líneas de investigación sobre el eventual vínculo del snus con otro tipo de cánceres. Una revisión epidemiológica a seis estudios suecos, noruegos, daneses y fineses concluyó que el snus no está asociado con cánceres de orofaringe, esófago, páncreas o enfermedad cardíaca o accidentes cerebrovasculares.
Sin embargo, se trata de un campo bastante politizado como para aceptar a priori la evidencia científica que se genera, pues también hay resultados que obligan a dudar del snus como un producto completamente inocuo a la salud. En un ejercicio periodístico, The New York Times le pidió a Kristin L. Sainani, una epidemióloga de Stanford ajena a la investigación del tabaco, que examinara la evidencia científica actual sobre el snus.

La científica calificó como “inconsistentes” los resultados que sugieren que no hay ningún tipo de daño a la salud. Sin embargo, el snus se ha presentado como un camino viable para que los fumadores dejen el cigarro y reduzcan el riesgo de cáncer de pulmón una vez que han migrado al consumo de snus. “Desde el punto de vista de la salud pública, si el snus te aparta de fumar, sus beneficios superan con creces sus riesgos”, lanza la epidemióloga de Stanford.
De hecho, se estima que si la prevalencia de tabaquismo en Suecia se extrapolara al resto de la Unión Europea, habría una reducción de 54% en la mortalidad masculina por cáncer de pulmón.
La evidencia científica parece insuficiente y la comercialización del snus está restringida en las naciones europeas, salvo en la región escandinava donde su uso no es cuestionado. En el resto de Europa, se han creado organizaciones de la sociedad civil que impugnan ante las cortes la obstaculización a estos productos, por ejemplo, la New Nicotine Alliance (NNA) argumenta que la prohibición es perjudicial. “Los fumadores del Reino Unido y de la Unión Europea merecen un mejor trato: la prohibición del snus mata”, se lee en su sitio web.
En 1976, 43% de los hombres suecos fumaban con frecuencia. En 2005, el porcentaje disminuyó a 14%; en ese mismo lapso, el porcentaje de consumidores varones de snus pasó de 9% a 22%. Suecia se convirtió en un ejemplo internacional de cómo se puede reducir el consumo de cigarro al ofrecer mejores alternativas a los fumadores que quieren dejar el cigarro y continuar usando nicotina o tabaco. Sin embargo, es indispensable aclarar que la mejor decisión que puede tomar una persona es no consumir tabaco o nicotina, incluyendo el snus.
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A 10 años de que en el país se implementara la Ley General para el Control de Tabaco (LGCT), Animal Político y Philip Morris México se suman al debate con nuevos elementos sobre el control de tabaco con datos serios, verificables y científicamente comprobados.
Fumar es un tema de salud pública. Las campañas de salud en materia de tabaco tienen tres vertientes: prevenir que haya nuevos usuarios, buscar que los fumadores actuales dejen de fumar y proteger a los no fumadores.
En este espacio se ponen sobre la mesa diversos enfoques y propuestas innovadoras que complementan los esfuerzos en materia de salud hasta ahora existentes y ponen a los adultos que han decidido seguir con el consumo de nicotina en el centro de la discusión.
Si te preocupa tu salud, no fumes ni uses nicotina.
La investigación y la redacción de este contenido han sido realizadas por Animal Político.



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