Las mentiras de la Segunda División del fútbol chileno


Para algunos, solo fue un invento para salvaguardar los intereses económicos de los dirigentes y clubes “referentes” del fútbol chileno, mientras que para otros fue un acierto desde una perspectiva de transición desde lo amateur a lo profesional. Sin embargo, lo que está claro es que la Segunda División del fútbol chileno ha sabido de más problemas que alegrías donde los equipos que pasan por esta división saben que no es un premio, puesto que las regalías que entrega el campeonato se reducen a cero.
El invento de Jadue
Corría el año 2011, y dentro de la Asociación Nacional del Fútbol Chileno (ANFP) merodeaba la idea de tener dentro de su competencia una nueva categoría en el fútbol nacional, la cual albergaría a seis clubes provenientes de la Asociación Nacional del Fútbol Amateur (ANFA) y seis clubes filiales de la misma asociación.
Finalmente, el 22 de noviembre de 2011, luego de una propuesta aprobada en el consejo de presidentes con 42 votos a favor y ocho en contra, nace la Segunda División​ de la ANFP, campeonato que se llevó a cabo desde el año 2012, siendo la nueva tercera categoría del fútbol chileno por encima de la Tercera División A de la ANFA.

Este años se cumplieron 6 años del “invento” de Sergio Jadue y sus secuaces y son innumerables las noticias en medios de comunicación donde se tiene como protagonista la Segunda División, ya sea por problemas administrativos, financieros, de organizaciones, entre otros; sin contar las abultadas cuotas que las instituciones deben pagar.
Esta categoría del fútbol nacional no representa un beneficio en lo deportivo ni menos administrativo, puesto que los equipos que integran la Segunda no tienen acceso a las reuniones de presidentes de la ANFP, por lo que ni siquiera pueden tomar decisiones propias con respecto al mismo campeonato en que juegan.
Sin embargo, para los 32 clubes que integran la Primera A y B, esta división es un perfecto tapón para evitar que nuevos equipos ingresen al negocio del fútbol profesional chileno y así no puedan disfrutar de las abultadas garantías financieras que representa el Canal del Fútbol (CDF).
La Segunda División cuenta con varios antecedentes que evidencian las irregularidades que presenta la categoría, una realidad muy alejada de lo que aparenta la ANFP y los clubes de Primera A y B del fútbol nacional.
Hoy, el campeonato de Segunda División cuenta con 10 equipos; Deportes Santa Cruz, Deportes Iberia, General Velásquez, Independiente de Cauquenes, Deportes Vallenar, Colchagua CD, Fernández Vial, San Antonio Unido, Deportes Recoleta Y Malleco Unido.
El funcionamiento del campeonato se inicia con una primera ronda, todos contra todos, donde los 5 primeros juegan la liguilla por el ascenso y los 5 de abajo por no descender.
Así de bonito suena en la teoría, pero como cuenta Paulo Inostroza, periodista del Diario Concepción, terminada la primera etapa de este año, Vial alegó puntos contra General Velásquez y Vallenar hizo lo propio con Santa Cruz y el propio General Velásquez. En algún momento, Independiente de Cauquenes estaba quedando afuera, pese a terminar cuarto, y Vial estaba entrando, pese a ser séptimo.
Por lo anterior, el torneo estuvo un mes parado y 7 de los 10 equipos dependían de la Primera y Segunda Sala y sus fallos de justicia. Finalmente, después de fallos y tribunales, este año clasificaron a la liguilla los cinco mejores y punto.
Para Felipe Cornejo, técnico de Independiente de Cauquenes “un mes sin fútbol es casi un mes sin ingresos, porque esta división no recibe nada desde la ANFP. Es complicado y lo de este año fue una mancha más en la serie”, sostuvo el DT.
Roberto Meléndez, escritor ligado al fútbol y autor del exitoso libro “Barrio bravo” tiene claro que en esta división del fútbol no existen regalías monetarias para los clubes que la componen, por lo que señala que “si queremos tener una ANFP con proyección a la deportividad y no solamente se debe dejar el chancho (dinero) para 32 equipos (Primera A y Primera B).
Además, el popular escritor de fútbol es tajante al mencionar que la Segunda División “es un candado para dejar el reparto entre los mismos de siempre y consolidar la idea de las sociedades anónimas como única institución para tener un club deportivo”.
Fuera lo deportivo, adentro lo económico
Este año se cumplen 13 años de la promulgación de la ley 20.019 que “Regula las sociedades anónimas deportivas profesionales”. El cuerpo legal marcó un cambio radical en el fútbol chileno.
“Los clubes deportivos, que en su mayoría funcionaban como corporaciones sin fines de lucro fueron presionados desde distintos frentes para transformarse en sociedades anónimas, con un nuevo marco regulatorio y nuevas condiciones que han transformado la propia manera de entender y hacer el fútbol”, indica una memoria realizada por estudiantes de la U. de Chile en 2015 y que da cuenta del proceso de privatización del fútbol chileno.
Felipe Sáez, gerente general de Fernández Vial, tiene una visión particular, ya que el club penquista es uno de los dos equipos que ascendió el año 2017 de Tercera a Segunda División.
“El paso es difícil y los ingresos son súper poco (…) Aquí en Segunda un presupuesto anual puede ser de 200 a 250 millones de pesos, pero en Primera B hay clubes que se gastan eso en un mes”, señala el dirigente del club aurinegro.
Además, el Gerente del Vial es claro al indicar que “en la segunda división todos los clubes son sociedades anónimas. Tuvimos un mes y medio para pasar de ser un club amateur a una sociedad anónima” y agrega que “esta división es complejo hacerla deportivamente atractiva, mientras administrativamente los clubes no puedan funcionar con la normalidad que corresponde”, manifestó Sáez.
En las conclusiones de la memoria señalada anteriormente, se menciona que desde la promulgación de la ley 20.019 poco se ha hablado de las formas de organización del fútbol en nuestro país. “Su salud -aparentemente estable- está en realidad en un estado mucho más crítico del que se presume”, indica el documento.
¿Qué dicen los candidatos?
Hace un par de días, los candidatos a la presidencia de la ANFP; Sebastián Moreno, Harold Mayne-Nicholls y Jorge Uauy, se reunieron con los abogados de la Subcomisión de Control de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), en medio de los exámenes de idoneidad que deben superar los postulantes al sillón del fútbol nacional.
El Mostrador se comunicó con los tres aspirantes al sillón de Quilín para saber la opinión que tiene cada uno de estos sobre la Segunda División del fútbol nacional.
Para Sebastián Moreno, actual secretario general de la ANFP, y que representa el continuismo del actual mandato de Arturo Salah, esta categoría del fútbol desde sus inicios “ha sido una división con una mala implementación y con problemas de base, sin resolver sus ingresos y su relación con los restantes clubes en la ANFP”, señala.
Para salvar esta división, Moreno propone que se debe poner en marcha un plan de acción que se traduciría en tener un ejecutivo exclusivamente orientado a implementar varias de las buenas ideas que los clubes le han hecho llegar y añade que es necesario “profundizar en decisiones y procesos que permitan generar ingresos comerciales y publicitarios, y brindar un esquema operacional que facilite la competencia y la atracción de talentos en su proceso final de formación”, sostiene el candidato por el continuismo de Salah.
Por otra parte, Jorge Uauy, actual presidente de Palestino que figura como la cara de la oposición y que cuenta con el apoyo de los equipos grandes del balompié nacional, sabe que dentro de la Segunda División han existido conflictos financieros por parte de los clubes y de momento, señala como propuesta “explorar la posibilidad de integrar filiales y para ello se debe estudiar y revisar los fundamentos deportivos y económicos, para determinar si existe algún modelo viable para sustentar dicha categoría”, sostiene el mandamás del elenco árabe.
Finalmente, el último nombre del listado es el expresidente de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls, quien fue el primero en confirmar su candidatura, y que tiene a su favor la experiencia de haber dirigido los destinos del fútbol chileno entre los años 2007 y 2011.
Mayne-Nicholls es categórico en señalar que “como tantas cosas que se hacen desde un inicio mal, tarde o temprano generan un mal mayor y eso es lo que ha pasado con esta división” y añade que la creación de la Segunda División no tuvo una razón ni deportiva ni popular, sino que partió para “satisfacer a algunos clubes que apoyaban a Sergio Jadue, que la necesitaban para no salir de la asociación” y agrega que “a partir de ahí –la división- solo tuvo obligaciones, solo tuvo deberes”, manifestó.
A modo de propuesta, el expresidente de la ANFP opina que se debe realizar “un estudio acabado para ver cuál es el camino para hacer la División viable y cómo nos adecuamos a darle un mejor funcionamiento”, concluyó.
Lo que está claro es que mientras la ANFP y sus dirigentes no se hagan cargo de resolver los líos de la Segunda División desde su base, los problemas seguirán siendo pan de cada día, y los equipos que componen esta categoría deberán seguir sorteando las dificultades para quizá algún día, llegar a la élite del fútbol nacional.



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