Cecilia Carranza Saroli y la odisea de mantener el espíritu olímpico entrenando en casa



Cecilia Carranza Saroli está aprendiendo a vivir las 24 horas dentro de su casa y lejos del mar, el lugar donde pasa la mayor parte de sus días, cuando los días eran normales. Está aprendiendo como todos los deportistas que mudaron sus entrenamientos a las cocinas, patios o livings de sus casas. En definitiva, como miles y miles de personas que tuvieron que adaptar sus rutinas diarias porque así lo exigen las normas por estos tiempos y porque así lo impone el maldito coronavirus (Covid-19), que pareciera tener inmerso al mundo en una ficción tristemente verdadera.
La campeona olímpica junto a Santiago Lange en la clase Nacra 17 en los Juegos Olímpicos de Río 2016 regresó al país el 14 de marzo, huyendo de una España que estaba poniéndose cada vez más complicada y encerrada. Desde ese día, cumple con la cuarentena sin salir de su casa. Como debe ser.Acostumbrada a pasar las horas salpicada por el agua y navegando al compás del viento, la rosarina intenta adaptarse a las circunstancias y mantener equilibrados cuatro pilares que conviven en la vida de un atleta: el cuerpo, la mente, alimentación y planificación.”Por un lado estoy tranquila y por el otro tratando de manejar el estrés que genera saber que hay rivales, como los australianos, holandeses, ingleses, que están pudiendo entrenar más que uno. Esto es minuto a minuto, entonces con cada plan tenemos que ser capaces de ser flexibles y readaptarlos. En definitiva, es el espíritu que uno tiene como un deportista olímpico”, cuenta en una charla con Filo.News.
A través de sus redes sociales, la regatista comparte cómo vive sus días entre las cuatro paredes y demuestra que, si hay voluntad, el encierro no le gana al sedentarismo, al ingenio y al humor. “Los entrenamientos físicos están adaptados totalmente a casa, con indicaciones y buscando todas las herramientas posibles para mejorarlos día a día. Y con la comida trato de estar más atenta y no pasarme con algunas cosas porque estás todo el día en casa, hay calorías que ya dejas de gastar por el simple hecho de moverte menos, y tenés más al alcance de la mano la heladera”, confiesa entre risas. Y mientras se prepara una porción de pescado con arroz y brócoli, trae a la conversación a una persona clave en toda esta historia. “Pobre, la tengo a mi novia que está dándome una mano enorme porque como yo tenía que cumplir la cuarentena, se fue de casa y ahora está con la madre pero va y me hace las compras”.
La vida en cuarentena también le da tiempo libre, ese que habitualmente no tiene para hacer cosas fuera de su rutina. Incluso, para prestarle atención a cotidianidades. “Esa es la parte que estoy viviendo con tranquilidad. Trato de disfrutar de casa porque no suelo estar. Me tomo más tiempo… No sé, nunca me puse tantas veces crema después de ducharme. Como más tranquila, tengo más tiempo para informarme, empecé a leer un libro que tenía pendiente. Pero también nuestro deporte tiene mucho de logística y hay parte del día que la tomo pensando en todo eso, en cómo salir fortalecida de esta situación, de no quedarme en el lugar cómodo y eso te lleva tiempo, llamados telefónicos y pedir ayuda”, detalló.
Volver a casa
“Era cuestión de horas para que cierren todo y dijimos: ‘Tenemos que volver a Argentina'”, recordó Carranza Saroli sobre el momento en el que junto a su equipo decidieron irse de una España que recién habían pisado hacía cinco días. La vuelta fue a las corridas, desarmando el barco a contrarreloj y preparando todos los materiales para emprender el regreso a la madrugada.”Después de haber vivido lo que viví en España y viendo lo que está pasando en el mundo, parecería que acá se están tomando medidas rápidas. Quizás al ciudadano que no estuvo como yo en España le parece exagerado, pero yo que lo vi me doy cuenta lo exponencial que es”, sostuvo.Con la experiencia de haber visto de cerca los efectos que causa la pandemia, la regatista insistió más de una vez en que “estamos en un momento en el que hay que ser muy solidarios, pensar mucho en el prójimo. Esto no es fácil para muchísimas personas que debieron dejar de trabajar pero tienen que seguir comiendo. Creo que ante la complejidad de la situación, todos los que podemos tenemos que aportar nuestro granito de arena. Es un momento para unirnos. No sé, la chica que viene a limpiar a casa, que viene una vez por semana, quizás como no viene a casa tampoco va a las otras. Entonces podemos levantar el teléfono y preguntarle: ‘¿Vos estás laburando?; ¿Te pudiste quedar en tu casa?; ¿Necesitas algo?’. Lo que cada uno pueda aportar desde su lugar porque la situación es difícil”.
Dorados. Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli, en lo más alto del podio en los Juegos Olímpicos de Río 2016

La mira puesta en Tokio 2020
El calendario deportivo mundial está detenido casi por completo, pero los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 todavía siguen en pie. La llama olímpica ya flamea en la ciudad anfitriona y el Comité Olímpico Internacional (COI) anunció en un comunicado que todavía no es tiempo de tomar decisiones determinantes sobre la realización o suspensión del gran evento.En la vereda de enfrente a los cuestionamientos que algunas figuras del deporte hicieron sobre dicha postura, Carranza Saroli opinó: “Me parece que el último comunicado del COI es correcto. Porque no te están diciendo: ‘Lo vamos a hacer y no importa que nos moramos todos’. Te están diciendo que ahora tomar una decisión es precipitado y que estamos todos de acuerdo en dos puntos: en preservar la salud de todos y en tratar defender la voz de los atletas y del olimpismo”.Y concluyó: “Quizás no sean los Juegos Olímpicos ideales. Obvio que todos los deportistas estamos con una incertidumbre enorme y nos gustaría estar parados en otro lugar, pero es lo que nos está pasando a toda la sociedad”.En esta nota:



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