En la noche de ayer el Senado aprobó la ley de aborto en Argentina que permite a las mujeres poder realizar este acto hasta los 14 semanas de embarazo, marcando un precedente para la libertad de las mujeres en aquel país y en latinoamérica en general. En medio de la discusión, la parlamentaria católica del Frente PRO, Gladys González, realizó un potente discurso en favor de la ley e hizo un llamado a la gente que comparte su fe a realizar una autocrítica desde su visión de la sociedad.
La senadora partió su discurso contando su experiencia propia de la perdida de un hijo que tenía en gestación y pensó que “dios me había castigado por haber votado a favor de la legalización del aborto”, pero con el paso de los días creyó que a su edad de 45 años el dar a luz era más dificultuoso, asi que continúo con su convicción, a pesar de contraponerse con los pensamientos católicos.
“El Estado debe hacerse cargo, evitar que las mujeres mueran y tratar de salvar las dos vidas porque hay algo de lo que estoy segura, el aborto clandestino es un negocio y ese negocio a penas le interesa salvar una vida, vuelvo hacerme cargo, no voy a mirar a otro lado. La clandestinidad mata, no salva ninguna vida, está comprobado, como está comprobado que esta ley no obliga a nadie a abortar”, comentó González en el Senado.
Además agregó que “no estoy dispuesta a seguir cerrándole las puertas del sistema de salud a ninguna mujer. El dios en el que creo es sinónimo de amor y compasión, nunca de culpa y castigo”.
La congresista también hizo un llamado al sector católico. “Hoy quiero preguntarle a mi iglesia. No será hora de hacer una autocrítica. No será hora de que nos preguntamos por qué tardamos tanto en entender la necesidad e importancia de la educación sexual. No será hora de preguntarnos por qué nuestras mujeres católicas abortan. No será hora de mirarnos hacia dentro y mirar qué estamos haciendo mal que el mundo se aleja más de nuestra fe y elige otras espiritualidades”, apuntó.
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