Es lo que hay no más: en medio de la peor derrota electoral de la derecha la UDI proclama a Joaquín Lavin como su candidato presidencial



“Lo mejor que nos podría pasar es una Yasna”, señaló un miembro del consejo general de la UDI a horas de la sesión que ratificara a Joaquín Lavín como el candidato gremialista para la carrera presidencial. Sus palabras, compartidas por varios en el partido, daban cuenta del nulo espacio de reflexión que hubo en la tienda para tomar esta decisión, considerando el cambio de escenario que significaron los resultados de la megaelección del 15 y 16 de mayo y obligados a embarcarse “medio a ciegas”, debido a la premura del tiempo para inscribir la candidatura a las primarias presidenciales.
“Necesitamos una fuerza externa que nos obligue a cambiar sin pagar grandes costos”, como en el caso de la DC, donde la realidad se impuso a las voluntades, explicaron en un sector del gremialismo.
De esta manera, se daba cuenta del riesgo que un grupo de personeros de la UDI cree que se estaría corriendo con un candidato que durante sus múltiples intentos por llegar a La Moneda, ha presentado un rasgo del que aún no se ha podido sacudir, y que tiene que ver con el comenzar como “caballo inglés”, y quemar toda la bencina antes de llegar a la meta.
En este mismo escenario, ha sido comentario de pasillo en la tienda y también en las sedes partidarias de sus pares, cómo nuevamente Lavín se habría estancado en las encuestas desde hace un tiempo a la fecha, pese a que estuvo durante un par de años en la “pole position” sin que otro competidor le hiciera mella.
Y si bien sus defensores aseguraron que sigue siendo el más competitivo, y que los demás postulantes no han podido sobrepasarlo de manera definida, hay hechos que han llevado a la inquietud a varios en su comando. En su entorno,  si bien siguen a bordo, son conscientes de los problemas que arrastra la figura del edil. Y pese a contar con más horas en televisión que cualquier otro funcionario público, sumado  al  respaldo del “grupo controlador” de la UDI, liderado por su brazo derecho, Ernesto Silva, esto no ha sido suficiente para despegarlo del resto de competidores, quienes con menores recursos y redes siguen en carrera.
De esta forma, se llegó a la instancia decisiva con un candidato que nunca ha terminado de convencer del todo a su sector, pues le cuestionan lo que en privado denominan como “travestismo” político, o derechamente populismo. El haberse puesto del lado del Apruebo, el haber apoyado el retiro del 10 por ciento a contrapelo de la mayoría de su sector, y el haberse denominado como “socialdemócrata”, son factores no menores, y así lo hizo saber tiempo atrás tanto la ex presidenta de la tienda, Jaqueline van Rysselberghe, quien pidió “prueba de blancura”, así como la influyente senadora Ena von Baer, quien se posó en la misma vereda.
Pero a diferencia de la DC, no hubo aplazamientos, ni tiempo para el debate o la reflexión, y la mayoría entendió que la proclamación de Lavín era el camino que había que tomar, y no se iban a arriesgar a quedar sin carta en medio del camino. Además, si bien hay quienes creen que el mejor camino es bajar las primarias del sector, hay que asumir que estas se realizarían sí o sí, añadió otro miembro del consejo.
Y bajo un ambiente desmoralizado, y varios aun en estado de “shock”, como relataron, se llevó a cabo la instancia que reunió a cerca de 500 consejeros a través de videollamadas, espacio muy poco propicio para la conversación o el debate, “por no decir nulo”. Por aclamación, finalmente se le dio la venia al edil.
En su intervención al cierre de la instancia, Lavín cuestionó lo “poco audaz” que La Moneda había sido en términos económicos y además llamó a buscar el centro.
La bajada de Matthei y los cuestionamientos a Lavín
Durante la tarde del lunes, y a través de una carta dirigida al presidente de la UDI, Javier Macaya, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei notificaba que no seguía en carrera. La decisión ya la había tomado la noche anterior luego de conocer la debacle electoral de su sector.
En la misiva, Matthei no dejó pasar su molestia con quien fuese su contendor y cuestionó su perfil, señalando que “nuestro sector necesita modernizarse con nuevos rostros e incorporar a personas independientes”.
La frase no pasó desapercibida, considerando que horas antes, el también reelecto alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, había insinuado una crítica de similares características, cuando en entrevista con Canal 13 señaló que se necesitaba un “cambio sustantivo de rostros, no se puede seguir proponiendo lo mismo que hace 30 años”.
En este contexto, hubo unos pocos, cercanos a la alcaldesa de Providencia quienes durante el desarrollo del Consejo General pidieron libertad de acción, haciendo eco de aquellas críticas, y sustentado en que nadie sabría bien donde se encuentra parado el partido hoy, y qué tipo de terreno es el cual se está caminando, sobre todo tras  la pérdida de más de 60 comunas, entre ellas varias populosas y emblemáticas, como lo son Maipú, Viña del Mar, Estación Central o Rancagua. El riesgo a quedar fuera de juego “no es menor”, señalaron. Pero la solicitud, en todo caso, no tuvo gran eco.
Durante su intervención en el consejo, la ex candidata presidencial argumentó su decisión bajo dos parámetros: uno, los resultados electorales, y dos, la desventaja en el apoyo interno de la instancia partidista.
Desde el comando de Lavín, de todas formas, la reflexión interna, a horas de los resultados electorales, y previo a conocer la determinación de Evelyn Matthei, apuntaba a que dado lo incierto del escenario, no quedaba más que tomar una decisión rápida y decidirse por el candidato más competitivo de Chile Vamos. Y esa fue la tesis al menos que instalaron.
Respecto de las características del candidato, que en la interna saca ronchas, según sus cercanos es hoy el traje perfecto para enfrentar lo que queda de camino, señalaron. El haber estado a favor del Apruebo, por el retiro del 10 por ciento, y entregar señales continuas hacia el centro, bajo la frase de que “Chile cambió” y necesita un “gobierno de unidad”, sería herramientas más que suficientes para sustentar su campaña, reiteraron.
De aquí en más, el alcalde retomará la campaña con su traje favorito, el de hacerse pasar por “independiente”, alejado de la marca de su partido- en acuerdo con la tienda- para así acercarse a ese mundo. Una fórmula que en momentos ha dado réditos, pero que difícilmente tenga el mismo nivel de credibilidad, luego de haberse visto obligado a develar su verdadera identidad mientras duró  la competencia con la alcaldesa de Providencia, donde tuvo que hacer vida partidista y entregar claras señales a sus bases, desdibujando su siempre sonriente discurso.



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