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Desde el Ministerio de Salud, dijeron que en los cuatro casos anteriores de aplicación de tercera dosis no se abrió investigación, porque correspondieron a errores humanos, pero que la situación del presidente del directorio de la entidad, Alejandro Gil, fue diferente.
La subsecretaria de Salud, Paula Daza, abordó la explicación entregada por la Clínica Las Condes, luego de que la entidad dijo que había tenido cuatro casos de aplicación de tercera dosis, debidamente informados a la autoridad sanitaria y que en ninguno se inició un sumario, como sí lo fue en el caso del presidente de su directorio, Alejandro Gil.Lee también: Clínica Las Condes dijo que aplicó tercera dosis en cuatro casos y que fueron informados a la autoridad sanitariaDaza dijo que los errores programáticos en la aplicación de las vacunas (EPRO), se producen en su totalidad por errores humanos, relacionados con la aplicación de la dosis previo a chequear si las personas ya cuentan con sus dos dosis de vacunación. La situación dijo Daza, es distinta en el caso del presidente del directorio de la clínica, Alejandro Gil, donde hubo una denuncia de personal de salud que acusó haber sido obligada a la aplicación de una tercera dosis. Con ese contexto, planteó Daza, fue que la Seremi de Salud de la Región Metropolitana decidió la apertura de una investigación. La subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, en tanto, dijo que lo que se enfrenta es la situación de una persona que “se apropia de un bien que es del Estado. En este caso no hay un error, hay una intención de ponerse una vacuna”.”Para nosotros eso reviste características de delito penal y por eso hemos presentado una denuncia”, añadió Martorell, quien dijo que dicha vacuna, del laboratorio Pfizer, estaba destinada para la vacunación de niños, niñas y adolescentes.
