Alumnos UC descubren que el cochayuyo podría usarse para construir


La industria de la construcción se enfrenta a un reto mundial: reemplazar los materiales sintéticos por productos de calidad y amigables con el medio ambiente. Uno de los materiales de construcción más contaminantes es el poliestireno expandido o plumavit.A ese desafío se lanzó un grupo de alumnos de Ingeniería de la Universidad Católica, quienes diseñaron una lámina de cochayuyo termoprensado con características parecidas al plástico aislante llamado plumavit.Recurso disponibleEl proyecto Ecoyoi es una de las 11 ideas finalistas del curso de Investigación, Innovación y Emprendimiento de la facultad de Ingeniería de la Universidad Católica y que está apoyado por el programa de Ingeniería 2030 de Corfo.”La idea es aprovechar al cochayuyo, un recurso natural disponible y cultivable a lo largo de nuestra costa, para sustituir un material sintético, por otro con menor huella de carbono, biodegradable e igual de resistente”, señaló el estudiante Nicolás Solís, uno de los miembros de Ecoyoi.Primero, explica Solís, se pica el cochayuyo en trozos para luego extraer químicamente el alginato, un biopolímero que combinado con celulosa se comporta de forma similar al plástico. El segundo paso es “vaciar la mezcla a un molde, donde es termoprensado, hasta conseguir una plancha de 50×100 cm, con espesor de 50 ml y un kilo de peso”, agrega el futuro ingeniero.Para el director académico del curso, Michael Leatherbee, estas iniciativas buscan que todos los estudiantes de pregrado tengan una experiencia “lo más cercana posible a la complejidad, incertidumbre y desafío que significa que llevar un producto o servicio innovador de base científica-tecnológica al mercado”, explica.Cochayuyo vs plumavitEl plumavit es uno de los productos plásticos más usados, especialmente como aislantes de calor o frío, ya que es altamente higiénico, no se pudre, no genera moho ni se descompone.Sin embargo, su reciclaje es complejo, ya que ocupa mucho volumen y es difícil de compactar y trasladar. En Chile se desechan cerca de 360 millones de toneladas al año, y el plumavit puede permanecer hasta mil años en el planeta debido a que no es biodegradable. En Chile existe un emprendimiento de pintura en base a él.Los investigadores, a los que se suman a Solís, Daniela Bernal, Nicole Caballero, Fernando Mayta y Natalia Lagos, descubrieron que el cochayuyo, por su parte, posee una estructura similar a un panal de abejas, lo que al sellarse con un alto contenido de aire en su interior, adquiere cualidades de aislamiento termoacústico, lo que lo hace un recurso natural perfecto para usarse en vez del plumavit.



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