Mateo Bendesky: “Había escuchado muchísimo a Tangalanga de adolescente; me parece un ícono del humor argentino”



La nuestra es una sociedad apasionada por sus ídolos. No es novedad que en la Argentina nacieron personalidades ilustres tanto en el fútbol, la música, el cine, el deporte, la ciencia y la cultura en general; pero hay algo que llegó con la tecnología: la oportunidad de que una persona que no se dedica al ámbito público o mediático pueda llegar a trascender. Hoy, en pleno auge de youtubers, influencers, y realizadores de contenido esto no nos resulta llamativo y cada día hay más conciencia de que aquello que surgió (tal vez o no) como algo improvisado, implica trabajo, constancia y talento. Sin embargo, antes las cosas eran diferentes y a medida que artefactos y maquinarias se instalaron, las posibilidades se democratizaron a “la gente común”, “anónima”. Y este es otro fenómeno que nos causa admiración.Algo de esa mística rodea al Doctor Tangalanga, personaje de la cultura popular argentina que logró ser viral mucho antes de que existiera ese concepto. Alter ego de Julio de Rissio, un vendedor de fragancias, surgió como consecuencia de la casualidad, de su época y de una causa noble: entretener a Sixto, un amigo enfermo. Características que vuelven su historia, singular e ideal, para contarla en una pantalla grande.De esto se trata  “El método Tangalanga”, la nueva película de Mateo Bendesky (“Los miembros de la familia”, “Acá adentro”) protagonizada por Martín Piroyansky (“Porno y helado”, “Vóley”). Una comedia de época que recupera la génesis de la voz detrás de las bromas telefónicas no como biopic, sino como una ficción que se nutre y brinda homenaje a la edad de oro del cine argentino.Martín Piroyansky en “El Método Tangalanga”| Foto: Gentileza de prensa.“Desde el momento que me incorporé al proyecto, tenía en la cabeza la idea de que Martín hiciera a Tangalanga”, cuenta el director en diálogo con Filo.News. “Somos amigos hace muchos años y nunca habíamos trabajado juntos. Entonces era una doble oportunidad: por un lado trabajar con un actor que me parece talentosísimo, que estaba convencido que iba a hacer un gran Tangalanga joven; y por otro armar una película juntos. Fue un placer enorme”, asegura.Universo TangalangaLa intención de realizar una película sobre “el vengador telefónico” -como también se  lo conoció- incluso la soñó el mismísimo Rissio, quien quería hacer de su vida un film. Sin embargo, se concretó muchos años después.“El proyecto me llegó a través del productor Diego Dubcovsky que ya hace varios años venía con la idea de hacer una película sobre Tangalanga y hace poco me llamó para incorporarme al proyecto como director”, cuenta Mateo, quien le dio su propia impronta.“Me encantó la idea. Yo había escuchado muchísimo a Tangalanga de adolescente, conocía las bromas, me resultaba divertidísimo y además me parece un ícono del humor argentino. Así que le dije que sí de una; y a partir de ahí empezamos a trabajar y a darle forma al proyecto para que se transforme en lo que es hoy”, detalla.Martín Piroyansky en “El Método Tangalanga”| Foto: Gentileza de prensa.
Para ese entonces, había una primera versión de guión a cargo de Sergio Dubcovsky (hermano del productor), por lo que una vez incorporado al universo Tangalanga, Bendesky comenzó a reescribir la película y junto a Nicolás Schujman le incorporaron otros elementos, que justamente, corrieron el foco de la cuestión biográfica para jugar con el espíritu desfachatado del personaje. “En ese proceso logré apropiarme de la película y armamos el elenco, el equipo”, añade.En la película que tuvo su presentación el la 37° edición del Festival de Cine de Mar del Plata, Piroyansky se transforma en Jorge Rizzi, un tímido empleado corporativo dedicado a la venta de jabones, cuya vida da un giro particular cuando su amigo y compañero de trabajo Sixto (gran trabajo de Alan Sabbagh), queda internado. Expuesto por las presiones de su jefe (con la gracia de Luis Machín), perturbado por no animarse a encarar a Clara (Julieta Zylberberg en una interpretación novedosa frente sus últimos personajes), la recepcionista del hospital; y producto del azar o la casualidad, libera a Tangalanga con él una serie de secuencias que rápidamente se salen de control.Julieta Zylberberg y Martín Piroyansky en “El Método Tangalanga”| Foto: Gentileza de prensa.Mateo tiene 33 años, nació en pleno auge del fenómeno Tangalanga por lo que descubrió las cintas a principios de los 2000. “No me llegaron en cassettes, como se viralizaron en el primer momento, sino que me acuerdo de buscar ‘Tangalanga’, bajarlas una por una en el Napster -como ‘Peluquero Calentón’ o ‘Papi Fútbol-, escucharlas de una y otra vez y estallarme de la risa”, recuerda.Su generación, como la mía, llegó a utilizar el teléfono de línea: memorizar el número de un amigo o amiga, esperar llamadas. Algo que hoy resulta obsoleto. Sin embargo, su película llega con oportunidad de entretener contando el antes del personaje situado en los años ‘60.“Había una cuestión histórica: yo quería que la primera broma que aparezca en la película fuera la primera real de Tangalanga, que es el llamado al veterinario para vengarse de lo que le cobra por ocuparse del perro de Sixto. Si bien le cambiamos algunas cosas es esa tenía que estar y fuimos viendo cuáles quedaban mejor para ilustrar esta idea de ‘el vengador anónimo’ que fue”, detalla.
Musicalizada por “Tengo”, de Sandro, como banda sonora, “El método Tangalanga” logra una excelente reconstrucción de época, a cargo del diseño de arte de Ana Cambre y Agustín Ravotti, que homenajea al cine argentino de esos años y permite entender que el personaje es producto de su tiempo pero su novedad radicó en romper esos tiempos de tabúes y la solemnidad de la época con algo tan porteño como el arte de putear que sacó a relucir en cada llamado. Su método consistía en marcar un número con la excusa de un reclamo, y terminar despotricando una serie de insultos, pero su poder lograba que sus interlocutores no le cortaran, aún sabiendo que los estaba cargando.  “Desde el principio tenía esta idea de que además de estar ambientada en los ‘60, aludiera al cine de la edad de oro de las comedias argentinas.  La historia del cine argentino es muy rica y quise homenajearla en la película”, Mateo Bendesky.El elenco se completa con las destacadas actuaciones de Luis Rubio (como el médico), Rafael Ferro (como el jefe del hospital Giordano), Lucía Maciel (como Adela), Antonella Saldicco (empleada en la empresa de jabones), y la participación especial de Silvio Soldán (como Taruffa) .Incluso participan la biznieta y la nieta del verdadero Tangalanga, Luciana de Rissio.“Desde el momento que me incorporé al proyecto tenía en mente esos nombres para el elenco y la verdad es que tuve muchísima suerte, porque las primeras opciones que yo había pensado para cada rol, leyeron el guión y aceptaron”, cuenta el director.La película funciona como homenaje a la perfección de las películas que hoy pasa el canal Volver con el plus de que no fuiste contemporáneo a ellas. ¿Cómo construiste ese universo? ¿y cuán familiar te es ese cine?Desde el principio tenía esta idea de que además de estar ambientada en los ‘60, aludiera al cine de la edad de oro de las comedias argentinas (de los 40, 50 y principios de los 60).Están ahí las referencias a la filmografía de Mirtha Legrand, como “Los martes, orquídeas” y “Esposa último modelo”, a las películas de Niní Marshal como “Cleopatra era Cándida” que la usamos mucho como ejemplo de los tonos de actuación. “Pajarito Gómez” es otra que tiene un pequeño guiño en la peli.Son películas que me encantan y me parecen buenísimas de re-descubrir. La historia del cine argentino es muy rica y quise homenajearla en la película.¿Cómo fue ese proceso de adaptación de crear una comedia romántica de época pero que no perpetuara estereotipos?Desde que escribimos la película teníamos muy presente la idea de jugar con la cuestión de época pero no perpetuar estereotipos. Por eso quería que el personaje de Julieta, fuera la más viva y la más divertida de todas, la más inteligente, la que puede desarmar su situación desventajosa y perseguir un sueño profesional, que en esa época no sucedía tanto.Lo mismo pasa con el romance con Jorge. Nadie viene a salvar a otra persona sino que se complementan, y encuentran la posibilidad de una construcción donde los dos se acompañan.Martín Piroyansky en “El Método Tangalanga”| Foto: Gentileza de prensa.La película en sí es una perlita, ¿me podrás contar alguna perlita del rodaje?Sin dudas la perla del rodaje es el día que grabamos con Silvio Soldán. Era una escena compleja entonces le dedicamos toda una jornada y fue extensa.Fue tan divertido filmar con Silvio. Era la primera vez que hacía un personaje de ficción en cine, si bien había hecho algunos personajes eran cameos o hacía de un presentador televisivo. Vino con toda la letra aprendida, con una predisposición increíble, nos contó un montón de anécdotas de su paso por la televisión, de su vida en el espectáculo, se llevaron re bien con Martín. Creo que ese día estábamos todos hipnotizados con lo que hizo en la película, y con lo que nos contaba.¿Cómo surgió la escena de la hipnosis?Fue un elemento que apareció en la reescritura del guión. Nosotros estábamos buscando un recurso que nos posibilitara contar la transición de este personaje tímido que es Jorge (que inventamos, porque Julio era muy extrovertido) al desfachatado de Tangalanga.Es muy difícil determinar en qué momento exacto aparece una idea pero me acuerdo de estar sentado con Nicolás y de pronto que aparezca lo de la hipnosis, y con eso el diapasón, y con el diapasón lo del teléfono. Algo de ese peloteo creativo fue lo que hizo que surja ese efecto creativo de la ficción porque Tangalanga en la realidad no estaba bajo ningún efecto.Silvio Soldán y Martín Piroyansky en “El Método Tangalanga”| Foto: Gentileza de prensa.Jugando un poco con esta idea, ¿qué te hipnotizó y asombró en el camino de hacer esta película?Todos los días llegaba al set y tenía un elenco soñado y un equipo soñado y me sorprendía de la calidad de lo que estaban haciendo. Ya fuera cuando gritábamos acción y Martín se ponía a interpretar lo que habíamos ensayado, o traía ideas a la mesa que no estaban antes, o cuando veíamos la puesta y cómo había armado la luz Daniel Ortega (en la fotografía), me sentía como flotando.“El método Tangalanga”, una comedia de Mateo Bendesky con grandes actuaciones y homenajes, con funciones en las salas de los cines argentinos, y próximamente en la plataforma de Star.
 



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