Tucumán: un empresario rompió un respirador y estará 30 días detenido


En medio del avance de la segunda ola de la pandemia de coronavirus, los respiradores constituyen un elemento fundamental que permite salvar la vida de aquellos pacientes que presentan cuadros más graves. Por eso resulta inexplicable lo que ocurrió este viernes en Tucumán.En el Hospital Padilla, en la capital de la provincia, un empresario textil desató su furia contra el personal y el equipamiento del nosocomio y rompió un respirador de 1,2 millones de pesos.El hombre, identificado como Hernán Díaz, de 45 años, fue ingresado en el centro de salud por una emergencia. Luego, por razones que aún se investigan, se puso agresivo y se descargó contra el personal y el equipamiento del hospital. En medio de tal escena, Díaz rompió un monitor y un respirador, valuado en más de un millón de pesos.”Rompí el respirador de manera accidental. No fue mi intención dañarlo. Estaba en la camilla y como me meaba (sic), me levanté y con la sonda que tenía puesta lo tiré”, relató. “Y sí, después me enojé y le di una patada al monitor porque todos me estaban gritando”, añadió.El juez Rafael Macoritto no creyó su descargo y, en un fallo con pocos antecedentes, le dictó prisión preventiva por 30 días, tal como se lo había solicitado el Ministerio Público Fiscal, al acusarlo de daño agravado por haber roto esos elementos.
“La actitud del imputado no merece mayores reparos. Fue totalmente indiferente, sin mostrar siquiera arrepentimiento, desplegando una violencia desmedida contra los elementos utilizados para brindar salud a pacientes críticos”, señaló el fiscal.

Su abogado defensor, César Avellaneda, pidió el arresto domiciliario, ya que su cliente sufre de diabetes.Díaz, empresario textil, llamó “maestro” y “hermano” al magistrado y calificó de “inoperantes” a los médicos que lo atendieron. Todo esto ante la mirada de los profesionales, ya que varios de ellos presenciaron, de manera virtual, la audiencia.Ante sus dichos, Macoritto tuvo que pedirle que se ubicara.“La actitud del imputado no merece mayores reparos. Fue totalmente indiferente, sin mostrar siquiera arrepentimiento, desplegando una violencia desmedida contra los elementos utilizados para brindar salud a pacientes críticos. No puedo dejar de resaltar que dañó un respirador artificial en un contexto actual de pandemia, donde este tipo de elementos resultan necesarios e indispensables para salvar vidas. Son escasos los respiradores disponibles en nuestra provincia y desde ahora hay uno menos”, sostuvo el fiscal Carlos Saltor, titular de la Unidad de Flagrancias III, que intervino en la causa.“No hay dudas de que el dolo generado por esta persona es mucho más grave por el contexto de pandemia que estamos viviendo. Este señor, con su actitud, sacó de servicio un aparato elemental para un paciente crítico”, subrayó.



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